En el estribo del quinto paro general contra el gobierno de Cambiemos, la cúpula de la CGT clavó los frenos y analiza, con altas chances de concretarlo, una suspensión de la medida de fuerza inconveniente para el macrismo. La cercanía de la fecha probable del paro con la Cumbre del G20 y la posibilidad de recalentar más el clima social agilizó los contactos con el sector más dialoguista de la central para arrimar posiciones y concretar el encuentro tripartito de este martes.
"Ellos nos vinieron a buscar y los recibimos", presumió uno de los principales dirigentes de CGT como resumen de lo que significó que el ministro de Producción, Dante Sica, el degradado secretario de Trabajo, Jorge Triaca, y los principales representantes de las cámaras patronales se prestaran a reunirse en la Federación de Trabajadores de la Sanidad, que conduce Héctor Daer.
La reunión se extendió durante más de dos horas, en las que sindicalistas y empresarios de la Cámara de la Construcción (Camarco), de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y de la Unión Industrial Argentina (UIA) intercambiaron posiciones sobre cómo atenuar el impacto de la crisis económica en cada uno de sus sectores. Varios participantes destacaron el rol que jugó Sica, que en más de una ocasión se retiró de la mesa para comunicarse con el ministro de Haciendo, Nicolás Dujovne, y no hacer agua con compromisos después irrealizables.
El principio de acuerdo alcanzado por los sectores, que el Gobierno deberá después formular de manera de manera que convenza a todos, tiene tres puntos centrales.
Por un lado, el pago de un bono no remunerativo de 5.000 pesos que se abonaría en dos cuotas, a razón de un pago en el mes de diciembre y el segundo en febrero. A la hora de justificar el monto, Daer consideró que cada cuota representa el 10% de un salario de 25.000 pesos, lo que compensaría, al menos temporalmente, la pérdida del poder adquisitivo.
El segundo punto es la formalización de un mecanismo a través del cuál encausar, y en lo posible evitar, nuevos despidos. Según la propuesta sindical, todo intento de cesantía sin causa se tendrá que discutir en una mesa de negociación en la Secretaría de Trabajo, donde participarían los gremios de cada sector. De esta manera, se haría más dificultoso despedir, aunque todavía no está la letra chica que marque cuáles serían las consecuencias de un virtual incumplimiento por parte del empresariado.
Finalmente, la CGT reclamó que la actualización de las jubilaciones, prevista para marzo del año que viene, se adelante al mes de diciembre. "El impacto inflacionario que más afectó el poder adquisitivo de los jubilados recién va a recomponer los haberes en marzo y lo que nosotros queremos es que se les de ya una solución", consideró Daer.
"En una crisis de la magnitud como la actual, perdemos todos, trabajadores y empresarios", sostuvo al final del encuentro el presidente de la Cámara de la Construcción, Gustavo Weiss, que se mostró cauto sobre la posibilidad de que se cumpla con el bono en todos los sectores. "Hay ramas que están en una situación crítica, hay que ver si tiene la posibilidad de abonarlo", dijo.
La exigencia de la CGT para que el bono se fije a través de un decreto presidencial responde, justamente, a la intención de que tenga alcance universal y se cumpla. El antecedente inmediato fue el pacto firmado a fines del año pasado que no pocas cámaras patronales incumplieron.
La posibilidad de que la cumbre de este martes sea el primer paso hacia una mesa de diálogo social sobrevoló el encuentro, aunque desde la cúpula de la CGT fueran escépticos. "Este es un gobierno que no cumple los acuerdos", dijo uno de los dirigentes que encabezó el encuentro y que, sin embargo, se mostró confiado en que tanto el Gobierno como las cámaras cumplan con las demandas presentadas.
"No es una solución de fondo, son medidas en un contexto en el que la actividad económica sigue cayendo y la recesión sigue avanzando. Tenemos la obligación de defender el poder adquisitivo de los trabajadores", dijo Daer en un clima que anticipa sino una suspensión, al menos una postergación de lo que hasta la semana pasada era paro general al que solo le faltaba oficialización.
La última palabra sobre esto la dará el Consejo Directivo de la CGT el jueves, cuando ya esté sobre la mesa el texto del decreto que Sica se comprometió a acercar antes de ese encuentro. Otra incógnita es cómo caerá la decisión de la suspensión del paro en los gremios que supieron alinearse con Hugo Moyano y que, en desacuerdo con la salida de camioneros de la cúpula de la central, optaron por permanecer en su conducción.