Cristina en su salsa

Contra G20: con amigos y sin Michetti para pararla, CFK hizo cadena anti Macri

Dijo que el pacto con el FMI transforma al Gobierno "en meros gestores de políticas impuestas desde afuera”. Los “Hitler modernos” y la necesidad de un frente con “los agredidos por el neoliberalismo”

“Muy buenos días a todos y todas". El característico –pero menos frecuente- saludo público de Cristina Fernández de Kirchner sonó para el auditorio del microestadio de Ferro como el rasgueo del primer acorde en el recital de un grupo que vuelve a tocar tras varios años de ausencia. El estallido y los cánticos retenidos en el tiempo se desataron de inmediato bajo el caluroso tinglado del club de Caballito. Su exposición de casi una hora en el marco del primer Foro Mundial de Pensamiento Crítico la hizo rodeada de dirigentes afines, militancia efervescente y sin topes de tiempo, de esos a los que la vicepresidenta Gabriela Michetti ha recurrido en diversas sesiones del Senado para intentar frenar su exposición.

 

En ese contexto propicio, la ex presidenta arremetió contra las políticas implementadas por el gobierno de Mauricio Macri y el acuerdo con el FMI, el que consideró que transforma a los funcionarios nacionales "en meros gestores de políticas impuestas desde afuera”. Pero también hizo gala de un modo herbívoro: “No gritemos, no silbemos ni insultemos porque perdemos tiempo para pensar otras cosas”, marcó la cancha ante la primera silbatina que despertó la alusión al gobierno de Cambiemos.

 

En ese sentido, renegó del mote de “Contra Cumbre” que se le imprimió informalmente a ese encuentro organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), a diez días de la Cumbre del G20 a desarrollarse en Buenos Aires:  "Esto no es ninguna Contra Cumbre. Como espacio progresista debemos a aprender a presentarnos no como una contra", sostuvo para llamar a pensar en "una nueva categoría de pensamiento que es la de pueblo" y que "excede izquierdas y derechas".


 


Así, bregó por la construcción de un frente opositor que aglutine “a los agredidos por el neoliberalismo”: "No puede haber una división entre los que rezan y los que no rezan, división que no es nacional y popular. Es un lujo que no nos podemos permitir. Porque en nuestro espacio hay pañuelos verdes pero también hay pañuelos celestes. Tenemos que aprender a aceptar eso sin llevarlo a la relación de fuerzas", señaló al aludir al debate por la interrupción legal del embarazo.

 

A tono con la consigna del encuentro, CFK se sumergió en las relaciones entre estructura y superestructura. De este modo, y al subrayar que en la actualidad “el 80% del poder está por fuera del poder Legislativo y Ejecutivo” y que “medios de comunicación, movimientos sociales  (entre otros)” son los que tienen ese poder que hay que tener en cuenta", cuestionó la perdurabilidad de un mismo esquema de institucionalidad a la largo de los últimos 300 años: “Es imprescindible darse una nueva arquitectura institucional que refleja la estructura de poder", apuntó para dar cuenta de una visión que ya había puesto de manifiesto en mayo del año pasado durante su exposición en el Parlamento europeo, en Bruselas (Bélgica).
 

 


LOS HITLER MODERNOS. Ya posada en la coyuntura, arremetió contra "algunos Hitler modernos que acusan a los inmigrantes de tener la culpa de que no haya trabajo". “Creo que la culpa por la falta de trabajo, fábricas y comercios que se cierran, debe buscarse no en los inmigrantes sino en las políticas públicas que se han implementado", dijo la senadora en respuesta a discursos que afloraron en los últimos meses de parte de dirigentes del oficialismo y de la propia oposición peronista.

 

"Cuando se agota la argumentación del capitalismo en algunos sociedades comienzan a surgir los movimientos de extrema derecha que tratan de explicar los problemas encontrando culpables", planteó la senadora nacional, luego de comparar estos discursos con los relatos sobre los que se montaron el nazismo y el fascismo en la Europa de entre guerras.
 

 


Por otro lado, aseveró que “el neoliberalismo ha vuelto a endeudar al país" y que "el Gobierno, que dijo que era fácil, duplicó los niveles de inflación que dejamos". En el detalle, aseguró que en los primeros diez mes del 2015, "medido con el índice de la Ciudad, fue del 19,8%. Mientras que tres años después llegó al 38,2%. Asimismo, se refirió a las elecciones del 2015 y explicó que "perdimos por apenas un punto y medio o dos puntos, después de 12 años de un bombardeo mediático sin precedentes".

 

En cuanto al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), sostuvo que este pacto “convierte a la Argentina una vez más en meros de gestores de políticas que son impuestas desde afuera”. Y ahondó: “Este gobierno endeudó al país con 140 mil millones de dólares, además de la deuda del FMI. Son dólares que no sabemos dónde están porque no pueden verificarse en una mejora para la calidad de vida de los argentinos, los jubilados, los trabajadores. Hoy la Argentina vuelve a tener el cepo estructural de una deuda externa sin precedentes, como el que tuvo a partir de 1976”.

 

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