El Frente Renovador santafesino no demoró nada en profundizar el camino que inició su líder nacional Sergio Massa y confía sellar un acuerdo con el socialismo de cara a las elecciones del año próximo.
La foto que promovió menos de un mes atrás el presidente del Partido Socialista (PS), Antonio Bonfatti, retumbó hacia dentro del Frente Progresista. Se conocía de años el vínculo hasta afectivo que tiene el partido de la rosa con Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín, pero la asistencia de Massa y otros renovadores fue una movida fuerte hacia el seno del progresismo de Santa Fe.
Dentro del frente fue el concejal rosarino Pablo Javkin el primero en ponerle los puntos al socialismo si sella finalmente un acuerdo con Massa. “Lo que el Frente Progresista necesita es renovar propuestas y liderazgos, no encerrarse en cuartitos a sacarse fotos con parte del pasado que debemos dejar atrás”, reprochó el candidato en 2017.
Pero pese a los achaques que recibió la jugada de socialistas y massistas, el vínculo derivó en más reuniones y la continuidad de negociaciones para construir, finalmente, “un frente amplio y plural”.
“Hay altas probabilidades de progresar”, le confió a Letra P uno de los referentes santafesinos del Frente Renovador. Entusiasmado, el hombre remarcó que en los diálogos de ambas partes “no se habla de candidaturas por el momento”, pero el socialismo “recibió con los brazos abiertos este aporte”.
Una posible reconfiguración del Frente Progresista y un ingreso del massismo impactarían directamente en el radicalismo, el socio mayoritario del PS en la provincia. El vicegobernador Carlos Fascendini es radical y posó orgulloso para la foto junto a Massa, Bonfatti y el gobernador Miguel Lifschitz.
El segundo de Lifschitz integra el sector Neo, el más frentista de las tres líneas rojiblancas que conviven en Santa Fe. Pero el MAR, sector que lidera el diputado provincial Julián Galdeano, tiene una pata en el frente y otra en Cambiemos, por lo que la hipotética llegada de los renovadores debería moverle la estantería. Una convivencia de esa envergadura asoma improbable.