Intrigas de balcarce 50

Interna detrás del bono y teorías conspirativas sobre la salida de Triaca

Debajo de la pulseada entre empresarios y sindicalistas por un paliativo para fin de año, suenan los crujidos internos del flamante Ministerio de Producción y Trabajo. El rol en las sombras de Dujovne

En medio del tironeo entre el Gobierno y las cámaras empresarias por la aplicación obligatoria de un bono extra de fin de año, la tensión menos advertida no gira en torno a esos 5.000 pesos y las cuotas de pago, sino al futuro del ex ministro Jorge Triaca como subalterno de Dante Sica, titular de la flamante y compactada cartera de Producción y Trabajo.

 

"El secretario de Trabajo del Gobierno sigue siendo Triaca. Está trabajando con nosotros. Hoy a la tarde tenemos juntos una visita a la Feria del Empleo que se va a realizar en Lanús y sigue siendo el secretario de Trabajo", atajó Sica este jueves para aclarar las versiones sobre su desplazamiento. Pero la confirmación oscureció, porque terminó de darle entidad pública a los rumores de despido o renuncia del funcionario, que ya registran dos inflexiones críticas en un año. 

 

En los despachos que responden directamente a Triaca, adjudican la ola de versiones sobre su partida a una maniobra del dirigente gastronómico Luis Barrionuevo y el ex presidente interino Eduardo Duhalde para quedarse con la Secretaría de Trabajo. “Es una movida de Barrionuevo y del duhaldismo residual, que es encarnado por Sica”, disparó un hombre que responde al titular de la cartera laboral.

 

“La consideración de Macri con Jorge sigue intacta, siempre hablan”, agregó la fuente cercana a Triaca y remató que si hay desplazamiento, sería a través de su renuncia y no de una baja deshonrosa. Sin embargo, algo de eso hay tras la degradación de ministro a secretario. “Es como que te dejan en el equipo sin la cinta de capitán”, se lamentó un funcionario laboral, en referencia a la desazón que respira el ex ministro desde que tiene que darle explicaciones a Sica.

 

 

 

SANDRA EN EL RECUERDO. La primera irrupción de versiones sobre la salida de Triaca data de principios de enero pasado, cuando su empleada Sandra Heredia lo denunció por maltrato mediante la filtración de un audio donde se escuchaba al entonces ministro tratarla con furia. “Sandra, no vengas, eh; no vengas porque te voy a mandar a la concha de tu madre; sos una pelotuda”, le dijo Triaca a la mujer, que luego contó que había sido contratada en la intervención del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), a pedido del titular de la cartera laboral, para compensar sus trabajos como “casera” de una quinta familiar.

 

El caso y el desgaste posterior alimentaron a los detractores de Triaca dentro del gabinete, que reclamaron su cabeza a coro. En el entorno del ministro deslizaron -más de una vez- que su partida había sido acordada con el presidente Mauricio Macri para el último trimestre de este año y separar su salida del escándalo de enero, que dejó en evidencia la discrecionalidad de Triaca en la intervención de un sindicato que Cambiemos había explotado como símbolo de la lucha contra la corrupción.

 

HERIDOS DEL MINIGABINETE. El segundo hito ocurrió a principios de septiembre, cuando Macri redujo su pelotón de ministros a la mitad y Triaca fue degradado a secretario bajo el mando de Sica, que llegó al frente de la cartera de Producción y Trabajo con el impulso del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, uno de los pocos escuderos que fueron “empoderados” tras la reducción del gabinete. El crecimiento no alcanzó para que Dujovne se quedara con los restos del ex Ministerio de Agroindustria, que sigue en manos del ex titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA) Luis Miguel Etchevehere. El empresario y lobista agrario aceptó la degradación a secretario, a cambio de no quedar bajo las órdenes de Dujovne, con quien tendría una pésima relación.

 

 

 

FATIGA DE LOS MATERIALES. Dos meses después del estreno del “mini gabinete”, en la Casa Rosada deslizan que Sica ejecuta sobre Triaca y Etchevehere el rigor que Dujovne no pudo aplicar por mano propia.  

 

La “marcación de cancha” tuvo su clímax antes de la reunión que encabezó Sica con los representantes de la CGT y de distintas cámaras empresarias para frenar el paro de 36 horas. El resultado, para evitar el tercer paro del año, fue el bono de 5.000 pesos, que nació como pago extra y está a un paso de ser aplicado como anticipo a cuenta de la paritaria del año que viene, con una compensación del Estado, a través de la posibilidad de que las empresas que lo paguen lo descuenten del pago de aportes patronales.

 

 

 

TRASTIENDA DEL BONO. Aunque accidentada, la negociación con la CGT y las empresas quedó en manos de Sica. Los funcionarios de la degradada cartera laboral que responden a Triaca miran el toma y daca en silencio, pero le bajan el precio a su importancia. “Es como cuando le enseñás a manejar a tu hijo y lo cargás en la falda ¿Quién agarra el volante?”, ejemplificó un escudero del área laboral, mientras en el despacho de su nuevo jefe aseguran que el decreto para aplicar el pago extra podría ser publicado "el lunes o el martes" en el Boletín Oficial. 

 

“Ya lo van a extrañar cuando haya que cerrar paritarias el año que viene", advierte un defensor de Triaca.

Otra fuente de la Casa Rosada, que elije defender a Triaca, confirmó con su queja el calibre de las versiones que retumban sobre el secretario de Trabajo. “Ya lo van a extrañar cuando haya que cerrar paritarias el año que viene. Cerró siempre cómo quiso el Gobierno, pero después el equipo económico falló”, espetó el funcionario consultado por Letra P para disparar verbalmente contra Dujovne, a quien apuntan cerca de Triaca.

 

“El bono es un chiste, pero hay tipos como Héctor Daer que antes defendían a Jorge y ahora ya están festejando su salida”, bramó el abogado para enlodar al dirigente del gremio de Sanidad y miembro de la conducción de la CGT.

 

En la lectura defensiva de los Triaca boys, la conspiración tiene integrantes como Daer, Dujovne, Barrionuevo y Duhalde. Para ellos, el único pararrayos “es Mauricio”, aunque su jefe de Gabinete, Marcos Peña, le habría bajado el pulgar con la misma vehemencia con la que quiere sellar el corto paso de Echevehere por Agroindustria.

 

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