Pese a haber perdido cinco soldados en el Congreso, el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, sigue con poder de fuego en la Legislatura bonaerense y una fluida relación con la gobernadora María Eugenia Vidal que pondrá a prueba en la negociación del presupuesto bonaerense que se presentará una vez aprobado el mismo proyecto en el orden nacional. Por ello, quiere que Cambiemos acompañe el proyecto de ley que les permite a los intendentes adelantar las elecciones locales y, a cambio, dar el aval y sus 12 votos a la ley de leyes provincial.
Pero Massa tiene, por lo menos, dos problemas que también pueden impactar en los proyectos inmediatos de Vidal: el gobierno nacional no tiene interés en desenganchar las elecciones y, además, el tigrense no encuentra respaldo de otros sectores, como los jefes comunales del PJ. “Sergio es el único que insiste con ese proyecto; no escuché ningún intendente que pida lo mismo”, le dijo a Letra P un alto funcionario de la gestión provincial.
La misma fuente sostiene que Massa no puede atar la negociación del presupuesto bonaerense a ese proyecto. En el Frente Renovador, la línea que se maneja es que esa iniciativa debe ser consensuada directamente entre Vidal y Massa. A la par, advierten: “Si el presupuesto es igual al de la Nación, no lo vamos a acompañar”. Ese planteo puede cambiar al calor de la negociación que se avecina.
QUÉ PIDE MASSA. El proyecto para desengachar las elecciones locales de los demás tramos electorales les da autonomía a los intendentes. Establece que “el Departamento Ejecutivo Municipal podrá convocar a elecciones locales anticipadas de intendente, concejales y consejeros escolares separadamente y con antelación a la convocatoria general. Dicha convocatoria deberá efectuarse con no menos de 90 días de anticipación de la fecha fijada para el comicio en el que elegirán el resto de cargos provinciales”. El resto de los artículos corre en el mismo sentido, pero para las elecciones a gobernador y legisladores.
Massa necesita separar las elecciones para retener su primer y último bastión electoral: el municipio de Tigre. Además, para asegurarles a los intendentes de los pocos municipios que le quedan al Frente Renvador -Chascomús, Necochea, San Fernando, General Alvarado, General Las Heras, San Andrés de Giles y San Miguel del Monte- esquivar una muy posible polarización electoral en 2019 entre Cambiemos y el kirchnerismo, que los puede llevar a perder las comunas.
Con su bloque del FR, Massa controla 12 votos de oro en la Cámara baja bonaerense: desde diciembre de 2015, han terciado a favor de Vidal. Además, la gobernadora tiene en el radar a la flamante bancada del Frente Amplio Justicialista, que le aporta cuatro votos más. Con los unibloques del Movimiento Evita e Integrar, sumados a los 44 de Cambiemos, llega a las 62 manos en alto necesarias para aprobar el endeudamiento. Sin embargo, los oficialistas encargados de negociar el presupuesto de Vidal no plantean un escenario tan lineal y no corren de escena al bloque de los intendentes del PJ ni tampoco a Unidad Ciudadana.
La pérdida de recursos por la negociación nacional que deberá afrontar la gestión bonaerense hace cambiar el eje discursivo del gobierno provincial. Ahora, necesitan a todos los espacios. "Los intendentes deberían ser los primeros en acompañar el presupuesto bonaerense. De lo contrario, quienes más van a perder van a ser ellos", estimó un diputado de Cambiemos haciendo referencia, por ejemplo, a la absorción de los subsidios que aparentemente llevará adelante el Ejecutivo bonaerense.
En la Legislatura también hablan de una negociación larga y un tanto incierta. Están atentos a lo que pase en el Congreso, donde el Gobierno ya tiene los acuerdos necesarios para alcanzar el quórum para habilitar la sesión especial prevista para este miércoles a las 11 y que incluiría al espacio de Massa. Eso es, al menos, lo que dice el oficialismo, aunque la versión no era confirmada por los propios massistas.