“Para los que preguntaban quién venía y quién no, acá están todos”, lanzó el presidente del PJ bonaerense, Gustavo Menéndez, intendente anfitrión del acto por el Día de la Lealtad desarrollado este miércoles en la ciudad de Merlo. La frase fue acompañada con la mención de intendentes, legisladores nacionales y provinciales. Su mensaje selló el cronograma de discursos que tuvieron como punto central las críticas a las políticas económicas del gobierno de Mauricio Macri y demostrar que el peronismo bonaerense no ha sido perforado por la posición de construir una alternativa a Cambiemos sin el kirchnerismo.
Unidad fue la palabra que se repitió a lo largo de la calurosa jornada que el peronismo de la provincia de Buenos Aires compartió en el club Ferro de Merlo. Entre cánticos, banderas, bombos y botellas de agua almacenadas en dos piletas de lona, la expresión resonó entre toda la dirigencia que asistió a la convocatoria del PJ provincial y busca un lugar en la ronda electoral de 2019.
“Demostremos a todo el país que el peronismo de la provincia de Buenos Aires está más unido que nunca”, dijo el diputado nacional Fernando Espinoza. La frase era un objetivo de la jornada que reunió a muchos más dirigentes de los que los organizadores esperaban. Fue tan amplia la convocatoria que Menéndez, a pesar de ironizar con la idea de que estaban todos, no quiso dejar pasar la oportunidad de fotografiar a todos sus invitados antes de comenzar a con su discurso.
La imagen demuestra que, al menos este miércoles por la tarde en Merlo, el mensaje de unidad se tradujo en un hecho; una foto que dista bastante de la lograda por sus pares en Tucumán y Corrientes, donde la diáspora saltó el discurso.
No hubo sorpresas entre los asistentes. Si bien varios intendentes kirchneristas pusieron en duda su participación hasta horas previas al evento, la presencia del diputado nacional Máximo Kirchner y de figuras relevantes de la estructura que encabeza -como Mayra Mendoza, Andrés “Cuervo” Larroque, Wado de Pedro y Axel Kicillof- inclinó la balanza a favor del acto.
Antes que se entonara el Himno Nacional, los saludos se dieron en el playón de estacionamiento del club. Jorge Ferraresi, de Avelllaneda; Marcelo Santillán, de Gonzales Chaves; Ricardo Casi, de Colón, y Walter Torchio, de Carlos Casares, fueron parte del primer grupo en arribar al cónclave.
También se lo vio a Mario Secco, de Ensenada, jefe comunal kirchnerista, pero cuyo origen no es el peronismo. Al acto, además, asistió el tigrense Julio Zamora, intendente parte de la tropa de Sergio Massa pero disidente con la posición del espacio Alternativa Argentina de construir sin el kirchnerismo, moción que intentó desarticularse con el mensaje conciliador que ensayó en Tucumán el gobernador Juan Manzur.
El comienzo del evento lo definió la llegada del anfitrión, Menéndez, y de sus pares de la Primera y Tercera secciones electorales. En ronda de abrazos se los vio a Gabriel Katopodis, de General San Martín y Juan Zabaleta, de Hurlingham, los jefes comunales que en 2017 jugaron junto a Florencio Randazzo. También estuvieron Leonardo Nardini, de Malvinas Argentinas; Andrés Watson, de Florencio Varela, y Martin Insaurralde, de Lomas de Zamora.
Los saludos de recibimiento también fueron para Roberto Baradel, titular de Suteba, que no fue el único gremialista en arrimarse a Merlo. También asistieron Omar Plaini, de Canillitas, y Hugo Yasky, de la CTA, a quienes se los vio conversando sobre el paro docente del jueves y el viernes y sobre la movilización del 20 a la basílica de Lujan.
Además, estuvo el jefe comunal de Ituzaingó, Alberto Descalzo; el de Mercedes, Juan Ustarroz; su par de Escobar, Ariel Sujarchuck; de Moreno, Walter Festa; Gustavo Arrieta, de Cañuelas, y su esposa Marisa Fassi; Francisco Echarren, de Castelli; Mariano Cascallares, de Almirante Brown; Santiago Maggiotti, de Navarro, y Hernan Yzurieta, de Punta Indio.
La falta la marcó Verónica Magario. La matancera se excusó con un problema familiar: su madre estaba hospitalizada y sería sometida a una cirugía.
Con el clásico “vamos a volver” y las banderas en alto, por el atril del escenario fueron desfilando los oradores. El encargado de abrir el acto fue el jefe comunal de Esteban Echeverria, Fernando Gray. Efusivo, cuestionó duramente a Cambiemos y apuntó: "Pasaron muchas cosas en el país, radicales, golpistas, vende patrias. En todos los gobiernos peronistas, aunque algunos se olviden, nunca nos faltó un plato de comida", dijo.
En la misma línea se expresó su par de 25 de Mayo, Hernán Ralinqueo, la pata del interior bonaerense que tuvo un lugar en el escenario. “Estamos viendo cómo perdemos derechos, conquistas. Tenemos que zanjar diferencias y mezquindades entre compañeros y construir un gran frente, un proyecto que esté a la altura de lo que necesita nuestra patria”, señaló el joven intendente.
La representación femenina estuvo a cargo de Fassi, ex intendenta de Cañuelas y autoridad del PJ, quien, si bien resaltó la presencia de todos los intendentes, advirtió que su preferido era Gustavo Arrieta.
El cierre, tras las palabras de Espinoza, fue para el anfitrión, quien se dirigió a la multitud luego de un video que repasaba los 73 años de historia desde el 17 de octubre que definió la suerte judicial del general Juan Domingo Perón.
“Todos dicen que el peronismo está desunido, pero no hay solo tres actos, hay miles de actos en el país conmemorando una fiesta única”, señaló un ovacionado Menéndez, que, con el correr del discurso, fue cambiando de tono de voz por el esfuerzo. “Todos los compañeros, los que se dicen herederos del peronismo, los que fueron a Tucumán, a Corrientes, a Salta, son todos peronistas y tenemos que entender que los precisamos”, completó el merlense, dirigiéndose con su mensaje a la dirigencia que resiste un acuerdo con la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El objetivo primero y último del acto fue mostrar unidad en la provincia de Buenos Aires, un bastión tan complejo como decisivo a la hora de las definiciones electorales. Con la presencia de pejotistas, de representantes del Frente para la Victoria y Unidad Ciudadana, la cruzada surtió efecto: no hubo un solo mensaje que advirtiera diferencias entre los sectores o la necesidad de jugar excluyendo a algún referente. Por el contrario, el acuerdo y el llamado a unidad atravesó el acto, los discursos y hasta la reclamada foto.