Marcelo Depierro ingresó a la Legislatura porteña en 2015 como integrante de la lista que acordaron Martín Lousteau y Graciela Ocaña cuando aún respiraba el frente Energía Ciudadana Organizada (ECO). Dos años después, milita junto al economista y, como se sabe, “la hormiguita” es aliada de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad de Buenos Aires.
El diputado, abogado de profesión, hizo campaña por Lousteau y desde su monobloque Mejor Ciudad acompaña los intereses de la bancada SUMA +, que se referencia con el ex embajador en Estados Unidos. “Queremos ir a internas dentro de Cambiemos pero con libertad y reglas claras”, aclara y dispara que esa coalición no existe en el distrito “por decisión del PRO”.
Al margen del resultado electoral y el descenso al tercer lugar en la Ciudad del frente Evolución, asegura que el escenario en 2019 será distinto y que el espacio de Lousteau llegará “consolidado”. Al mismo, tiempo vaticina que las medidas del gobierno de Mauricio Macri, como la suba de tarifas y la quita de subsidios a servicios públicos, puede complicar al oficialismo porteño porque “golpean a la clase media” local.
DE VACACIONES. En verano, visita la ciudad balnearia de Villa Carlos Gesell para ver a su papá. Trata de ir cada fin de semana y se encarga del asado familiar, con predilección por cortes como el vacío y el matambrito de cerdo. Para los próximos días tiene intención de empezar con la lectura del libro “La Argentina devorada”, del economista José Luis Espert, que le regalaron para las fiestas.
-¿Qué balance hace de la elección 2017 de Evolución?
-Más allá del número, creo que fue una elección buena porque, dentro de lo atípico del resultado que consiguió (Elisa) Carrió, mantuvimos y consolidamos un caudal de votos dentro de la Ciudad. Creo que el 2018 nos encuentra más juntos y con más proyectos que el año pasado.
El balance que hago es positivo en el marco de una elección de medio término, con Martín (Lousteau) volviendo a presentarse un cargo electivo después del paso por la embajada. Además, la recepción que tuvimos en la calle con la gente fue buena. Sacamos 250 mil votos y no es un número al que llegan muchas fuerzas en la Ciudad.
-Sin embargo, Evolución quedó en tercer lugar y el kirchnerismo recuperó el segundo… ¿Qué escenario ve para las próximas elecciones en la Ciudad?
-No creo que se repita el resultado y el panorama porque fue una elección atípica con los 50 puntos de Carrió. En el corto plazo un resultado así no se va a repetir. Ella tiene cuatro años de mandato. Confianza Pública decidió aliarse con el PRO después de haber fogoneando la candidatura de Martín y jugando como oposición.
No creo que el escenario del 2017 se repita en 2019. El núcleo de votante de Evolución es un núcleo más duro que el del PRO. Creo que un contexto nacional de suba de tarifas y quita de subsidios puede complicar al oficialismo porteño. Por eso, pienso que el tarifazo y la quita de subsidios van a resentir el voto PRO en Ciudad.
-¿Sostiene que puede haber impacto de medidas nacionales en la Ciudad?
-Sí, porque hasta ahora lo que hay es una apuesta de confianza y esperanza muy grande del electorado. Pero eso lo tenés que trasladar al plano de la vida real. Mucha gente se embarcó en créditos hipotecarios UVA pensando que con la cuota de un alquiler podía comprar una vivienda y los nuevos cálculos de pauta de inflación a futuro van a golpear muy fuerte a la clase media que aprovechó esos programas.
Ojalá que la coyuntura económica nacional mejore. En la Ciudad, a través de quita de subsidios, inflación y suba de tarifas, se va a sentir un golpe. Lo mismo con el aumento de ABL autorizado para compensar la pérdida de Ingresos Brutos, que en la Capital fue muy fuerte.
-¿Es posible una interna entre Martín Lousteau y Horacio Rodríguez Larreta bajo el paraguas de Cambiemos en la Ciudad?
-Yo lo veo posible pero hay que discutir muy bien los términos. Venimos de una campaña en la cual el PRO se negó sistemáticamente a que Lousteau se pudiera sumar a una interna. Queremos competir dentro de una interna de Cambiemos pero con la libertad que nos da formar parte de otro espacio y ser otra voz dentro de lo que es Cambiemos.
En un escenario donde el Ejecutivo de la Ciudad insiste en poner condicionamientos a la candidatura de Lousteau no va a ser posible. No es una cuestión nuestra. Venimos pidiendo armar Cambiemos hace más de un año, pero queremos discutir reglas claras para poder competir.
-¿Por qué no se conformó Cambiemos en la Ciudad en 2017?
-Por una decisión política del PRO. El PRO decidió que no se conforme Cambiemos en la Ciudad. La negativa estuvo siempre y desde nuestro espacio hubo siempre un abanico de posibilidad para conformar Cambiemos, pero el límite del PRO era Lousteau. Lo cual representó una falta de respeto a nuestro espacio político porque no pueden decir quién compite, en qué condiciones y con qué candidatos. La candidatura de Martín era la decisión de un espacio colectivo, donde está el radicalismo y el socialismo también.
En la medida en que no se puedan subsanar esas cosas, va a estar complicado. Desde nuestro lado, la predisposición está pero para competir con reglas claras y en una condición de igualdad.
-¿Qué diferencias hay entre Evolución y Vamos Juntos?
-Son las que se pudieron ver en estos años de discusión en la Legislatura. Son diferencias con respecto a determinadas prioridades que tiene el Gobierno en la ejecución del gasto. En especial, en las diferencias entre la zona sur y la zona norte. Cuestionamos los gastos en publicidad, en consultoría y el tratamiento que se le está dando a la reforma educativa.
- ¿Cómo ve el panorama legislativo con la mayoría oficialista?
-A pesar de la situación de que el Gobierno porteño tiene 33 votos propios, soy optimista porque Francisco Quintana es el Vicepresidente primero de la Legislatura y Agustín Forchieri el jefe del bloque Vamos Juntos. Están acostumbrados a buscar el diálogo y generar consenso. Por eso no creo que el PRO termine forzando todas las votaciones de 31 votos desde una postura única, aferrados a que le dan los números sin la oposición.
También, hay muchas leyes que requieren 40 votos y diálogo con la oposición. Tanto Francisco como Agustín están preparados y entienden esta situación. Calculo que va a ser un muy buen año para la Legislatura. No vamos a ver una aplanadora del PRO pasándonos por arriba con todas las leyes.