EL ENIGMA BULLRICH

El antídoto y los candidatos de Durán Barba para competir con Cristina

Las dudas que sembró el ministro de Educación sobre su candidatura en Buenos Aires reavivó la fórmula que sostiene el asesor ecuatoriano: "Un joven desconocido y una mujer para ganarle a CFK".

El salto de Esteban Bullrich desde el Ministerio de Educación a la candidatura como primer senador nacional por la provincia de Buenos Aires no es un dilema para la gobernadora María Eugenia Vidal. "A ella le da lo mismo; sólo pide no cambiar el candidato salvo que vengan propuestas superadoras", confiesa un ministro del Gabinete provincial a Letra P. El problema para Cambiemos es que Bullrich le viene sacando el cuerpo al desafío. Su negativa configura un escenario de incertidumbre que le sube las acciones al plan de Jaime Duran Barba: el asesor ecuatoriano insiste en que la postulación de un joven desconocido es la mejor opción para enfrentar al PJ y, más aún, si Cristina figurase en las boletas del peronismo.

 

En el entorno más cercano de Vidal sostienen que el mejor candidato, hasta ahora, es el jefe de la cartera educativa, el mismo que hace una semana aseguró que la cabeza de la lista no estará a su cargo, sino a nombre del neurocientífico Facundo Manes, en primer término, y de la titular de la Autoridad de la Cuenca Matanza - Riachuelo (Acumar), Gladys González, en segundo puesto.  

 

La declaración de Bullrich a la agencia de noticias Télam confirmó los deseos del ministro de seguir en el cargo y evitar volver al Congreso. Algunos relativizan el mensaje y sostienen que sólo negó el primer puesto pero no la candidatura. Los armadores políticos de Vidal desdramatizan el enigma con la necesidad de contar con el "mejor candidato posible" en las próximas legislativas de octubre. Bullrich no acepta, dicen cerca suyo. Parece que plantó bandera y se niega a ser candidato, aunque el presidente Mauricio Macri y Vidal se lo demanden.

 

LA MUJER DEL ANTÍDOTO ECUATORIANO.  Ante semejante horizonte, puertas adentro del PRO, volvió a sonar la teoría del asesor externo Duran Barba, quien sostiene que el "mejor escenario para derrotar a la siempre vieja estructura del PJ es apostar a un joven ‘desconocido’ de la provincia" para que sea el compañero de fórmula de González, la esposa del presidente de la Cámara baja bonaerense, Manuel Mosca. Nacida en Bolivar y ex candidata a intendenta de Avellaneda en las últimas elecciones, González es una de las primeras mujeres del PRO, como la vicepresidenta Gabriela Michetti. Tras el estreno del partido amarillo en la Legislatura porteña en 2003, la bolivarense fue directora del Banco Ciudad de Buenos Aires y subsecretaria de Atención Ciudadana. En 2013, fue una de las primeras diputadas nacionales del PRO y cuando Cambiemos llegó a la Rosada, Macri la envió al frente de la intervención al Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), conducido por Omar "El Caballo" Suárez, actualmente en prisión, imputado de asociación ilícita, coacción agravada y administración fraudulenta. El paso siguiente en la gestión de González fue la Acumar, donde ahora se prepara para la candidatura desde un sitial de intervención directa en la Tercera sección electoral por la problemática ambiental, que le permite combinar sus conocimientos de intervención territorial amasados desde la era previa a la creación del 147, la línea que hoy sobreexplota Horacio Rodríguez Larreta.

 

Si no surge un postulante mejor que Bullrich, el ministro afronta otro dilema: ya no es tan joven para representar lo nuevo y eso lo deja ante el riesgo de quedar a medio camino entre los candidatos sin pasado y un ministro sin muchos logros para exhibir luego del desgastante conflicto docente que todavía no terminó. Especialmente en tierra bonaerense, la inquina de los maestros garantiza una merma considerable de votos. Esa premisa es refutada dentro de la línea dura del Gobierno. Los funcionarios que reivindican la radicalización de la "guerra" con los gremios docentes sostienen que el enfrentamiento tiene sus réditos en amplios sectores de las capas medias al calor de la polarización con el kirchnerismo. De ahí nace parte de la "demonización" que hizo Cambiemos del titular de Suteba, Roberto Baradel.

 

UNA TERNA PARA "EL JOVEN DESCONOCIDO". Con ese mar de fondo, la silla que Bullrich intenta abandonar es materia de especulaciones e internas alrededor de Vidal. Tantas como candidatos a ocuparlo. En La Plata sostienen que, al menos, hay tres. Uno es Federico Suarez, actual secretario de Comunicación de la Provincia, que cuenta con el aval del jefe de Gabinete, Marcos Peña, con quien comparte una afectuosa cercanía. Suma una década en el PRO y, bajo la batuta de Peña, delineó durante años los discursos de Macri como alcalde porteño y candidato permanente. Los diez años de vuelo que suma en el macrismo incluyen los recorridos barriales durante las primeras inundaciones que Macri tuvo que enfrentar como intendente, antes del entubamiento del arroyo Maldonado. Algunos le reconocen el mérito de haber compartido esos primeros pasos que luego dieron origen a los timbreos que hoy forman parte de la estrategia electoral de Cambiemos. En esas primeras escenas, sin custodias ni cámaras, Suárez formó parte de la arqueología del PRO en la gestión capitalina, actualmente un lugar privilegiado en la memoria presidencial y de Peña para el hombre que diseña la estrategia comunicacional de la gobernadora Vidal y tiene en sus manos el cuidado del discurso y el mensaje de la piedra preciada del macrismo, por su imagen positiva del 70%. Suárez es reconocido como un cuadro formado y con análisis propio, pero en la actualidad es el virtual ministro del relato PRO en la Provincia. 

 

Otro aspirante es el actual intendente de Pinamar, Martín Yeza, para algunos "el preferido del ecuatoriano". Llegó a la jefatura comunal de esa localidad balnearia con menos de 30 años y le reconocen su capacidad para comunicar desde la gestión. En el entorno de Vidal niegan que Yeza tenga el peso que le reconocen otros dentro del mismo gabinete, pero sin descalificarlo.

 

Si bien Yeza es reconocido como parte de esos "jóvenes sin pasado", en rigor tiene su historial dentro del peronismo. Fue secretario privado de Felipe Solá entre 2009 y 2011 y luego se desempeñó en el Ministerio de Gobierno porteño que fundó Emilio Monzó. El ex ministro de Asuntos Agrarios de Daniel Scioli fue designado por el entonces jefe de Gobierno Macri para diseñar el armado nacional de su candidatura presidencial. El designado ministro llegó a su staff en la cartera que le crearon. Con ellos llevó a varios ex felipistas, entre ellos, a Yeza, a Nicolás Massot (actual titular del bloque de diputados nacionales del PRO), a Guillermo Bardón (en funciones como secretario general de la presidencia de la Cámara de Diputados) y a Sebastián García de Luca, quien hoy se desempeña como secretario de Interior de la Nación y vice del ministro Rogelio Frigerio en esa cartera. 

 

En su tierra chica, Yeza tiene un inconveniente en la ronda de especulaciones para octubre próximo: debe concluir su gestión y terminar su mandato como intendente, especialmente porque ganó las elecciones al calor de una demanda clave: normalizar a un municipio que desde junio de 2008 no abandona la inestabilidad institucional que comenzó con la destitución de Roberto Porreti luego de ser filmado pidiendo coimas para evitar el cierre de un boliche. Si Yeza terminara sus cuatro años, lograría romper la "maldición" de los intendentes de una zona costera cruzada por la volatilidad política. 

 

En la terna también suena el nombre de Lucas Delfino, ex candidato a intendente de Hulingham y actual subsecretario de Asuntos Muncipales del Ministerio del interior. Es un hombre de extrema confianza de Frigerio para mantener la interlocución con los intendentes de todo el país. A diferencia de otros de los colaboradores que rodean al ministro del área política del gabinete, Delfino es uno de los pocos que lo acompaña desde la presidencia del Banco Ciudad. Dentro de la "fauna frigerista", le acreditan la capacidad de construir un armado territorial propio, que logró desarrollar en un distrito complejo como Hurlingham, de la Primera sección electoral, donde ganó el peronismo con Juan Horacio "Juanchi" Zabaleta. En esa puja, logró desplazar al massista Luis Acuña al tercer lugar, luego de pulverizar al radicalismo en las PASO y sobrevivir a las presiones de propios y extraños para bajar su lista y beneficiar al massista. En el resultado final hundió al ex intendente con una cosecha superior a los 30 mil votos. A pesar de su "frigerismo", es bien visto por Macri y Peña e integra la camada de los "sub 40", entre los cuales figuran Mosca, el varelense Pablo Alaniz y Yeza. 

 

En La Plata dicen que Delfino tiene el visto bueno de Vidal, con quien batalló en 2015 desde su distrito para ganar la provincia. Dentro del Senado, por su conocimiento del mapa nacional por su relación con intendentes y gobernadores, podría jugar como una pieza clave para el oficialismo. 

 

En el marco de la polarización que se avecina, con la presuntamente inexorable candidatura de Cristina Fernández –presuntamente porque el anuncio de su decisión de postularse “si es necesario” parece para la tribuna, porque al mismo tiempo dice que no quiere competir con Florencio Randazzo, que por ahora no se retira-, la baja de Bullrich potencia la hipótesis de Durán Barba, quien sostiene que la estrategia acertada para derrotar a CFK es el binomio de un joven y una mujer como expresión de futuro para ganarle a una adversaria que considera "trillada", una de las consideraciones que más les gusta a oir a Macri, Peña y Vidal.
 

 

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