Política

Ciudad: la candidatura de Carrió no garantiza la conformación de Cambiemos

El PRO se encamina a formar una alianza reducida con la Coalición Cívica. Lo que le importa a Larreta es tener a Lilita al frente de la boleta. Acepta sumar a la UCR aunque sin Lousteau en las listas.

Elisa Carrió, socia fundadora y faro moral del gobierno de Cambiemos, blanqueó abiertamente en la mesa de Mirtha Legrand que el PRO de Mauricio Macri no la quiere como candidata en la provincia de Buenos Aires y espera que vuelva a competir por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. No obstante, su presencia no garantizaría la construcción de la alianza Cambiemos y cristalizaría un escenario que se repite en la Legislatura porteña: un acuerdo reducido entre el macrismo y la Coalición Cívica.

 

La declaración, sabida de antemano por el macrismo porteño, involucró a dos figuras centrales del partido amarillo: de María Eugenia Vidal dijo que hay que “cuidarla” y que es una de las responsables de su frustrada candidatura bonaerense. En tanto, a la segunda figura no la nombró, pero fue sin duda el primer televidente de ese almuerzo que se emite por El Trece todos los domingos: Horacio Rodríguez Larreta esperaba con ansias que no le cerrara la persiana a la posibilidad de jugar en la Ciudad, un sueño para el que el alcalde viene trabajando.

 

Larreta teje desde hace un año para que Carrió encabece la lista porteña. Todo comenzó con una invitación a cenar del parlamentario del Mercosur Fabián “Pepín” Rodríguez Simón. Tras la promesa de evitar “fuego amigo” de la aliada de Macri, que en 2015 apoyó a Martín Lousteau, el alcalde avanzó con una agenda común de “transparencia” con la Coalición Cívica. Los resultados se vieron en la Legislatura porteña durante todo el año 2016: los ediles acompañaron y trabajaron en conjunto con el PRO. Sin embargo, han rechazado leyes clave para la gestión, como la remodelación del Autódromo. Por otra parte, el jefe de Gobierno avaló a un hombre de extrema confianza de la chaqueña para que integre el directorio del Ente Regulador de Servicios Públicos. Este camino se consolidó con una foto de una recorrida por Recoleta del jefe de Gobierno con los diputados cívicos para la que trabajaron arduamente Carmen Polledo, Francisco Quintana, Agustín Forchieri, Maximiliano Ferraro y Paula Oliveto, arquitectos de la "buena convivencia" entre el PRO y la Coalición en el edificio de Perú 130.

 

A Larreta le importa que Carrió represente al Gobierno desde la Ciudad de Buenos Aires, aunque aún no está claro bajo qué formato. La posibilidad de formar Cambiemos se disipa cada vez que el radicalismo o el propio Lousteau exigen internas porque el propio alcalde les marcó en privado que aceptaría la consolidación de la coalición con la condición de que el ex embajador no integrase las nóminas de candidatos. Larreta no quiere abrir el Gobierno al radicalismo porteño y aprovecha que los dirigentes de Carrió jamás plantearon eso; todo lo contrario, se conformaron con un apoyo claro del alcalde a leyes que impulsó la Coalición Cívica. La buena relación entre ambos se cimentó en el tiempo y quedó registrada días atrás, cuando el alcalde le pidió personalmente a la diputada que lo acompañe a recorrer la Villa 31. Todo sucedió tras la aprobación definitiva de la modificación de la traza de la Autopista Illia, que la CC acompañó. El diálogo entre el PRO y los radicales persiste, pero desde el oficialismo reconocen: "Al margen de Cambiemos, iremos a las elecciones con los que quieran estar".

 

En la otra vereda, el presidente de la UCR porteña, Emiliano Yacobitti, pide internas y seguir al pie de la letra el proceso que se dio en la Nación, donde la UCR, la CC y el PRO formaron Cambiemos. Por eso, se presentó de improviso en la reunión de la Mesa Nacional de Cambiemos en el Hotel NH a pesar de que se había acordado la ausencia de los presidentes de esos partidos a nivel local. La presión que ejercen el titular de la UCR y el histórico Enrique “Coti” Nosiglia, que no tiene con Larreta el mismo diálogo fluido que con Macri, contrasta con la visión de Facundo Suárez Lastra y Jesús Rodríguez, el tándem radical que pide consenso y desalienta la candidatura del ex embajador para "no precipitar" la discusión por 2019, cuando quienes disputaron el histórico ballotage de 2015 volverían a cruzarse.

 

Este panorama y esa tensión interna en el centenario partido lo llevan a Larreta a confirmar su decisión de avanzar en una alianza con Carrió y la Coalición Cívica, con posibilidad de sumar a Graciela Ocaña. No obstante, el dato que más lo motiva a cerrarle la puerta a los boina blanca emana del Parlamento porteño: a lo largo del 2016, el bloque de diputados de SUMA +, que agrupa a radicales y allegados a Lousteau, no acompañó las iniciativas “esenciales” por el Ejecutivo y puso fuertes reparos al corrimiento de la Autopista Illia para urbanizar la Villa 31 de Retiro, emblema de la política de urbanización e integración social con la que Larreta busca diferenciarse de la gestión de su antecesor.

 

Carrió admite que meditará si competirá en el distrito federal, pero lo cierto es que sus colaboradores le recomiendan ese camino desde hace meses. Una y otra vez escuchó de boca de sus asesores que sería “conveniente” encabezar una disputa porteña para evitar una agitada recorrida bonaerense, teniendo en cuenta sus problemas de salud. Sin embargo, la diputada no centra su trabajo en las elecciones. Días atrás, al conocerse la renuncia de Lousteau a la embajada argentina en Estados Unidos, una comitiva de lilitos viajó a su casa de Exaltación de la Cruz para “analizar” el tema. “No me vengan con Lousteau, estoy con el juicio a (Ricardo) Lorenzetti”, espetó. A la chaqueña le importan poco sus movimientos y enfrentará a quién tenga que enfrentar. Curiosamente, lo mismo opina el ex ministro de Economía, que advierte que Carrió no le genera ningún temor y que no evitará una eventual campaña en la que pelean en listas diferentes.

 

En paralelo, el ex embajador aprovechó esa semana para reencontrarse con su equipo en la sede de la consultora que comparte con su primo y mano derecha política, Guillermo Laje, y el radical Chrystian Colombo en la calle Costa Rica. Estuvieron legisladores del bloque SUMA +, dirigentes de organismos autónomos porteños y Yacobitti, uno de los pocos que sabía de antemano la decisión “inesperada” de la renuncia. Allí, Guga fue claro con su intención de reflotar Energía Ciudadana Organizada (ECO). El Partido Socialista, que conduce Roy Cortina, se afirma a su lado, pero la Coalición Cívica se encamina a profundizar su diálogo con el PRO. El futuro de Ocaña es una incógnita: en 2015, fue a internas con Lousteau, luego se pelearon y ahora retomaron el diálogo. Larreta también hace gala de su vínculo con la ex titular del PAMI y de su capacidad de “rodear” al ex embajador y disputarle sus aliados. El Gobierno intentó por varios frentes frenar a Lousteau en su decisión de competir en 2017. Desde Macri hasta Rogelio Frigerio y Marcos Peña le sugirieron esperar hasta 2019, pero el ex embajador rechazó una y otra vez esa posibilidad y confirmó su intención de pelear en las elecciones legislativas de este año.

 

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