El oficialismo venía de ganar la votación más importante para su proyecto político, la nueva fórmula de actualización jubilatoria, pero comenzó tensando con la oposición la sesión para tratar la reforma tributaria, que comenzó a debatirse este martes por la tarde. En una jornada que promete terminar nuevamente con una votación de madrugada, el jefe del bloque PRO, Nicolás Massot, mantuvo un fuerte cruce con sus pares del Frente para la Victoria (FPV), Juan Cabandié, Horacio Pietragalla Corti y Agustín Rossi por una discusión relacionada con la dictadura. El presidente de la Cámara, Emilio Monzó, tuvo que contener a Cambiemos para que la polémica no se extendiera.
La discusión comenzó cuando Massot decidió plantear, al inicio del debate, una cuestión de privilegio contra los diputados del FPV por las alusiones a su apellido y al rol de su familia durante la dictadura recibidas el día anterior, durante la sesión en la que se aprobó la reforma previsional. "Estoy muy orgulloso y agradecido de la familia a la que pertenezco y del apellido que cargo", arrancó Massot, y le recordó a Cabandié que mantuvieron varios encuentros personales "amenos" y hasta una cena en la casa del diputado kirchnerista, en la que Cabandié no hizo ningún tipo de referencia al tema.
"Cabandié, y Pietragalla deben sentirse muy incómodos por ser conducidos por el jefe de (César) Milani", siguió Massot. Los dos diputados kirchneristas son nietos recuperados, mientras que el jefe del bloque del PRO es sobrino de Vicente Massot, ex dueño del diario Nueva Provincia, de Bahía Blanca, acusado de ser partícipe de crímenes de lesa humanidad.
La respuesta llegó primero por parte de Cabandié. "Yo hago responsable a la familia Massot de la desaparición de mis papás. Eso no significa que yo traslade al diputado Massot la responsabilidad de su familia", dijo el kirchnerista y aseguró que no tiene "rencor ni odio" porque, de otra manera, el diputado macrista no hubiese entrado a su casa. "Y está invitado nuevamente, por supuesto. Usted también, presidente, como ya lo hizo", agregó Cabandié en alusión a Monzó.
El discurso de Cabandié se vio en varias oportunidades interrumpido por los dichos del diputado por la Coalición Cívica Fernando Iglesias. "¡Callate, ridículo. Sos un odiador serial! ¡Miserable!", respondió el kirchnerista. Monzó intentó callar a Iglesias. "Diputado, le pido calma", decía Monzó
Luego le tocó el turno a Pietragalla, quien señaló a la familia Massot como cómplice civil de la dictadura. "El tío del señor (Massot) entregó a dos sindicalistas que trabajaban en su diario (La Nueva Provincia) y defendían a los trabajadores", dijo. Desde el bloque de Cambiemos comenzaron a escucharse gritos y chicanas. "A mis viejos me los entregaron en una caja de zapatos como los que tenés vos ahora. Me entregaron los huesitos. A mí no me vengas a correr, no voy a defender a ningún genocida", le retrucó Pietragalla a Silvia Lospennato, que gritaba el nombre de Milani. Luego, explicó que vivió 30 años como nieto apropiado. "Mis abuelos me buscaron 30 años y se murieron sin conocerme. Sé respetuoso, (Eduardo) Amadeo, te estás metiendo en un lugar muy sensible", apuntó contra el diputado que vociferaba desde su banca.
Milani, jefe del Ejército durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, está detenido, acusado de haber cometido crímenes de lesa humanidad durante la dictadura. "Por favor, diputados de Cambiemos, tengan respeto", intervino Monzó en varias ocasiones.
Por último llegó el turno de Rossi, que habló sobre la denuncia penal que hicieron diputado de Cambiemos contra representantes del kirchnerismo por hechos ocurridos durante la fallida sesión del jueves 14. "Yo fui 8 años jefe de bloque del oficialismo cuando fuimos gobierno. Un diputado me tiró un botellazo con agua. Nunca denuncié penalmente a nadie", reflexionó el titular de la bancada del FPV.
"Me parece una verdad de Perogrullo que el diputado Massot esté orgulloso de su familia. Yo estoy de la mía. Y seguramente el peor delincuente estaré orgulloso de la suya. Yo discuto la política", concluyó Rossi, mientras Iglesias continuaba gritando desde su banca, sin lograr la atención de Monzó, que dio por cerrado el tema.
