“Argentina es el ejemplo: sin crecimiento no bajan la pobreza ni la desigualdad”

-¿De dónde cree que sacará Piñera los votos que le faltan?. ¿De la democraciacristiana? ¿De los que no fueron a votar en la primera vuelta? ¿Da por seguros los votos que obtuvo Kast?

-Nunca en segunda vuelta los traspasos de votos son automáticos, pero, si uno tuviera que hacer una simple suma, Kast anduvo por los ocho puntos y eso nos llevaría ya a 44, 45 puntos inmediatamente y, a diferencia de lo que ha ocurrido con el Frente Amplio, que ha sido particularmente esquivo para entregarle un apoyo categórico a Guillier, en el caso de Kast, su respaldo a Piñera fue instantáneo, desde el día uno sin condicionamientos de ninguna naturaleza. En cuanto a la democraciacristiana, es seguro que se va a partir a lo menos por la mitad y, de la misma manera, yo pienso que es muy difícil que el Frente Amplio pueda traspasar su votación íntegramente a Guillier por una simple razón: ellos han dicho que van a ser opositores a Guillier en un eventual gobierno de éste. Usted convendrá que es muy raro esto de que un candidato quiera ganar con los votos de sus opositores. Por lo tanto, la cohesión de la campaña es más favorable y la energía positiva es mucho más marcada en este sector que en el otro.

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-El tema educativo es recurrente en Chile. ¿Ha habido un cambio de posición de Piñera al respecto?

-No ha habido ningún cambio de posición. Dijimos desde el día uno que íbamos a respetar los avances de gratuidad que se han logrado hasta un 60% y la discusión que teníamos era que el programa de Nueva Mayoría establecía que para avanzar hasta el 100% -que en lenguaje chileno significa que los más pobres financien la educación de los más ricos-.  Eso se iba a producir en cuatro años. Por lo tanto, la promesa de NM fue conseguir la gratuidad en un máximo de siete años. Es decir, vamos a llegar al 70% en 2017 y al 100% en 2020. Eso se ha ralentizado absolutamente y hoy día NM está diciendo que la gratuidad 100% va a llegar, y no es broma, en 70 años. Por lo tanto, es un tema que ha quedado absolutamente despejado.

Chile es el país de la OCDE con peor distribución del ingreso. ¿Ustedes tienen este tema en agenda? Hay una idea de que las fuerzas de centroderecha se preocupan más por el crecimiento económico que por la desigualdad y a la inversa con el progresismo.

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-No hay ningún país como la Argentina para entender esto. Efectivamente, Chile tiene una desigual distribución del ingreso, como la tiene la mayoría de los países de América Latina, pero tiene la menor tasa de pobreza. Por lo tanto, los esfuerzos que hemos hecho en los últimos años han sido precisamente para disminuir la pobreza en el país. Chile es el país que tiene la menor tasa de pobreza de América Latina y el desafío que viene es disminuir la desigualdad, pero para disminuir la desigualdad los países tienen que crecer. Ustedes vivieron en carne propia lo que es un país que no crece. Cuando un país no crece, no disminuyen la pobreza ni la desigualdad.

-¿Como ve a la Argentina de Macri, del otro lado de la cordillera?

Nosotros le tenemos demasiada simpatía al proceso de Macri para poder ser objetivos. Lo vemos extraordinariamente bien. Si hubiera que hacer un símil Guillier, representa o se identifica con los gobiernos de los Kirchner y nosotros nos identificamos con el gobierno de Macri. La Argentina logró, después de 12 años, dejar atrás esa experiencia y se encuentra hoy día en un ciclo de incorporación al mundo, de crecimiento, de atracción de la inversión, de transparencia de sus cuentas fiscales. Sería absurdo que Chile, que ha seguido ese camino, lo desande precisamente ahora que la Argentina lo ha adoptado. Al contrario, nosotros vemos que Chile y Argentina con gobiernos de similar naturaleza pueden potenciarse enormemente hacia adelante.