Al mediodía, en el Salón Eva Perón de la Casa Rosada, Mauricio Macri les dejó marcada a los gobernadores la señal de largada del proceso de negociaciones que deberá llegar sellado al jueves próximo, que tiene como eje los recursos provinciales e incluye la disputa por el Fondo del Conurbano bonaerense y la reforma fiscal y tributaria. La reunión, que encabezó el Presidente, dejó a los mandatarios conformes “en líneas generales”, aunque con dudas particulares y la certeza de que todavía “no hay ningún acuerdo cerrado”.
Fue el jefe de Estado quien abrió la reunión con algunos anuncios que transmitieron tranquilidad a los mandatarios de las provincias que se veían afectadas por la reforma tributaria. Según relató más tarde ante legisladores fueguinos la gobernadora Rosana Bertone, que llegó al encuentro preocupada por la decisión del Gobierno de reducir a cero los impuestos para celulares, televisores, monitores y otros productos similares que se fabrican en la provincia, Macri “comenzó diciendo que iba a analizar modificaciones en tres áreas: el tema vitivinícola, los impuestos internos a la electrónica y el tema azucarero”. Ese comienzo generó un clima cordial, aunque la certeza no fue total.
Fue Bertone uno de los tres gobernadores que hablaron durante la reunión, que fue “más informativa que participativa”. “Le dije al ministro (Nicolás) Dujovne que recibí el anuncio como un piedrazo”, contó. Los otros dos mandatarios que pidieron la palabra fueron el santafesino Miguel Lifschitz y el mendocino Alfredo Cornejo.
Lifschitz planteó ante el Presidente los problemas que traería aparejados para Santa Fe el aumento en la alícuota para la cerveza – luego de la reunión se confirmó que no se implementará - , la baja del precio del bioetenol – que se produce en el norte de la provincia – y el conflicto que atraviesa Santa Fe por el biodiesel.
En tanto, Cornejo mostró su preocupación por el impuesto al vino y ganó la pulseada. “Macri me confirmó que el vino y el champagne no van a tener impuestos”, dijo luego del encuentro. El mendocino fue el único que salió de la Rosada con una buena noticia cierta para anunciar. Los demás gobernadores prefirieron no participar de la conferencia de prensa que encabezaron los funcionarios nacionales. Se tomarán los próximos días para hacer cuentas.
La evaluación de los mandatarios fue variada. El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, consideró que fue “positiva” y puso especial énfasis en el hecho de que el conflicto por el Fondo del Conurbano se haya decidido resolver por una negociación política en lugar de que sea la Corte Suprema la que defina.
Por su parte, el entrerriano Gustavo Bordet calificó el encuentro como “un paso adelante” para llegar a una solución “acorde a los intereses comunes de las provincias en relación al esquema de ingresos coparticipables”, mientras que el cordobés Juan Schiaretti se mostró conforme con que la restitución del Fondo del Conurbano no surja “de los fondos de otras provincias, sino que se hace cargo la Nación”.
Tal como habían planteado los gobernadores en la previa, el acuerdo entre el Gobierno y las provincias tiene como meta derogar de manera completa el artículo 104 de la ley de Impuesto a las Ganancias para eliminar el tope del Fondo del Conurbano y el resto de las asignaciones específicas previstas y avanzar en el reparto de todo lo recaudado.
Lopetegui, Peña y Frigerio, ladeados por la fueguina Bertone.
Pero el tema que todavía preocupa a los mandatarios es la rebaja de Ingresos Brutos en la que la Rosada les pide que avancen, además de la reducción drástica del déficit, que el Presidente les puso como meta a los gobernadores. Para algunas provincias, como Santa Fe, Ingresos Brutos significa un 70 por ciento de los ingresos provinciales totales. Macri les pidió a los gobernadores una rebaja gradual en un plazo de cinco años. En la mirada del Gobierno, eso se compensará con un eventual crecimiento económico. “¿Y eso quién lo garantiza?”, se preguntaron varios mandatarios provinciales. La situación es diferente en cada provincia. Por eso, el Gobierno apuesta a las mesas de negociación individuales, que se sucederán hasta el próximo jueves, contrarreloj.
La reunión duró poco más de una hora y no abarcó otros temas que inquietan al Ejecutivo y que también deberá negociar con los gobernadores, como las reformas previsional y laboral. En tanto, en las próximas horas, el Gobierno mandará a los gobernadores definiciones más concretas para que los ministros de Economía de las provincias las estudien en detalle antes del lunes, cuando pretende enviar el Congreso la reforma tributaria. Macri espera anunciar el acuerdo sellado el próximo jueves. Esta vez, con el respaldo de las 24 provincias.