EL CAMPO DE TODAS LAS BATALLAS. NOTA I

CFK vs. Pichetto y Gobierno vs. provincias, las peleas de fondo en el Senado

El desembarco de la ex presidenta en la Cámara alta puede provocar la ruptura del bloque peronista. El oficialismo recibe a Schiavoni. El rol de los gobernadores y el crecimiento de Cambiemos.

La llegada de Cristina Fernández de Kirchner moverá las fichas del bloque mayoritario, que amenaza con quebrarse. Avalado por el grueso de los gobernadores peronistas, Miguel Ángel Pichetto buscará hacer valer el peso de las provincias en cada negociación. Cambiemos crecerá en número y sumará una figura de peso y estrecha relación con el presidente Mauricio Macri, el misionero Humberto Schiavoni. La renovación de las bancas de diciembre llevará al Senado a una dinámica que lo colocará en el centro de los acuerdos de poder y en la redefinición del peso de los distintos espacios políticos.

 

El desembarco de Cristina provocará la cristalización de lo que durante casi dos años fue una verdad evidente: la división que existe en el bloque del PJ-Frente para la Victoria, que conduce Pichetto, entre kirchneristas y peronistas que responden a los gobernadores. Un “sinceramiento” hacia afuera, en palabras de quienes rodean al jefe de la bancada, de lo que sucede en cada sesión en el recinto, donde los dos sectores suelen votar en diferente sentido.

 

La ley que consagró el pago a los fondos buitre, con una fuerte resistencia cristinista –liderada por la santacruceña Virginia García, la mendocina Anabel Fernández Sagasti y el neuquino Marcelo Fuentes, entre otros-, fue la primera muestra evidente de lo que sucedió, con leves variaciones, en los meses siguientes. Y que abarcó desde temas como Ganancias y el nombramiento de los jueces de la Corte Suprema hasta diferencias en la ley de responsabilidad penal empresaria.

 

 

Pese a la división en el recinto, el bloque se mantuvo unido en lo formal, lo que le permitió ostentar una mayoría de 36 miembros, que llega a los 42 con aliados, y hacer valer ese número a la hora de negociar política y cargos. Para el pichettismo, eso benefició más al sector cristinista –una minoría de nueve bancas– que a la mayoría peronista, que seguirá unida después de diciembre, cuando llegue la ex presidenta.

 

Pichetto ya le advirtió públicamente a Cristina que deberá armar “su propio bloque” con los senadores que le responden, Ana Almirón, Fernández Sagasti, María Pilatti Vergara, María de los Ángeles Sacnun, Silvina García Larraburu, Nancy González, Fuentes y Ana María Ianni, que ingresará por Santa Cruz. “Ella tiene su partido, Unidad Ciudadana, no fue candidata del peronismo”, repiten cerca del rionegrino. Aquellos cristinistas que intentaron suavizar en privado el nivel de confrontación en las últimas semanas para generar un canal de diálogo entre las dos partes, y hasta evocaron para eso los tiempos de complicidad política entre Cristina y Pichetto, se encontraron con una negativa.   

 

Aunque no todos los senadores de ese sector adhieren a esa postura y son varios los que creen que el bloque debería trabajar para preservar la unidad, un núcleo más duro, que responde directamente a los gobernadores, cree que la ex presidenta debe quedar aislada en su propia bancada, como forma de dar por terminado su liderazgo. 

 

 

La convivencia entre Cristina y Pichetto marcará el destino del bloque peronista.

 

 

Sin el sector que responde a Cristina, el peronismo tendrá un núcleo de 25 senadores, que hará valer para las negociaciones por las leyes clave que serán el eje de la tensión entre los gobernadores y la Rosada. En esa agenda entran las reformas estructurales que impulsa Macri, sobre temas fiscales, tributarios y laborales, el Presupuesto 2018, la reforma electoral, el reparto de fondos y el reemplazo de la procuradora Alejandra Gils Carbó.

 

Enfrente, el peronismo tendrá a un Cambiemos fortalecido, que llegará a un piso de 25 senadores, con una mayoría radical de 15. Este martes, en la reunión de bloque, la UCR empezará a definir cómo repartirá los cargos de sus autoridades después de diciembre. Hasta entonces, el presidente de la bancada será el chaqueño Ángel Rozas, que a fines de septiembre, por diferencias con la Rosada renunció de manera intempestiva a la titularidad del interbloque, lugar para el que ahora suenan la tucumana Silvia Elías de Pérez y el formoseño Luis Naidenoff. Ninguno estaría dispuesto a asumir como jefe del interbloque si eso no supone, además, la del bloque propio.  

 

A esa nueva definición se sumará, además, qué lugar ocupará Schiavoni. La llegada del senador por Misiones a la Cámara alta promete un reordenamiento de poder dentro de Cambiemos. Schiavoni es el presidente del PRO, forma parte de la mesa chica de Macri y es un dirigente con experiencia política: en su provincia, fue ministro de Economía de Ramón Puerta y ministro coordinador de Gabinete de su sucesor, Carlos Rovira. En el Senado corre el rumor de que Schiavoni podría ser el reemplazante de Federico Pinedo como presidente provisional del Senado. Así, Macri pondría a un hombre de su extrema confianza y de conocimiento de las provincias al frente de las negociaciones con el peronismo.

 

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