Santa Fe

Lifschitz gana tiempo y confirma la unificación de las elecciones con las nacionales

Las primarias serán el 13 de agosto y las generales, el 22 de octubre.El gobernador evita comenzar la campaña durante el verano y posterga definiciones sobre el futuro del Frente Progresista.

El gobernador Miguel Lifschitz  firmará este martes el decreto que confirma la unificación de las elecciones provinciales con las nacionales en 2017. Así, el gobernador de Santa Fe evitará que la campaña se adelante al verano y que se aceleren las definiciones sobre el Frente Progresista, que contiene a nivel local al radicalismo, a su vez miembro de Cambiemos en la esfera nacional. Las primarias serán el 13 de agosto y las generales, el 22 de octubre.

 

La decisión fue anunciada este lunes por el propio Lifschitz, quien aseguró que el gobierno estaba “ultimando algunos detalles con la justicia electoral federal”, dado que  los comicios deberán combinar dos sistemas electorales diferentes. Sucede que a nivel local, la provincia utiliza boleta única de papel desde 2011 mientras que en las elecciones nacionales se sigue votando con la boleta tradicional.  “Ya en 2013 sucedió lo mismo y no hubo problemas", remarcó Lifschitz.

 

Con la unificación del calendario electoral, el gobernador no solo evitó el adelantamiento del cierre de listas, la selección de candidatos y la campaña, sino que procuró no saturar a los santafesinos, que en 2015 participaron de cinco elecciones con “campañas muy duras y politizadas”, según explicaron a Letra P desde la provincia.  

 

En tanto, también ganó tiempo para lo que será una definición clave para el futuro del Frente Progresista, que gobierna la provincia desde 2007. Sucede que a nivel local, la alianza incluye a socialistas y radicales, entre otros, mientras que a nivel nacional, la UCR es socia del PRO y la Coalición Cívica en Cambiemos.

 

Ese doble juego del radicalismo ya generó rispideces en Santa Fe durante 2015, cuando el Frente Progresista resolvió ir a las elecciones nacionales con boleta corta, sin colgarse de ningún candidato a presidente, por las diferencias en las estrategias electorales. Mientras que el socialismo, el Gen y Libres del Sur acompañaron la candidatura de Margarita Stolbizer, la Coalición Cívica y el radicalismo se encolumnaron en las primarias detrás de Elisa Carrió y Ernesto Sanz, respectivamente, en el marco del acuerdo entre esos partidos y el PRO. En las generales, esos dos partidos apoyaron  a Mauricio Macri.

 

Tras ese episodio, Lifschitz asumió como gobernador y  armó el gabinete con mayor representación de radicales desde que el Frente Progresista llegó al poder en 2007, con Hermes Binner como gobernador. El primer gobernador socialista tuvo en su gabinete un solo ministro radical mientras que su sucesor, Antonio Bonfatti, nombró cuatro. Lifschitz elevó ese número a seis. Así, el socialista empezó a buscar la forma de contener al radicalismo, socio de Macri en la Nación.

 

A lo largo del año, los dos partidos protagonizaron roces públicos pese a que mantuvieron la alianza en los espacios de poder. En agosto, con la presencia del ministro Rogelio Frigerio y del jefe de Gabinete, Marcos Peña, Cambiemos lanzó su mesa en Santa Fe, encabezada por el presidente de la UCR e intendente de la ciudad, José Corral. Eso provocó la reacción inmediata del vicegobernador de la provincia, Carlos Fascendini, integrante del ala del radicalismo que pretende mantener y privilegiar el Frente Progresista.

 

“Toda la banda de (José) Corral y (Mario) Barletta debería dejar los lugares que ocupa en el gobierno provincial, antes que los echemos", apuró Fascendini. Las aguas se calmaron tiempo después, al compás de la mejora en la relación entre Lifschitz y Macri, que se mantuvo tensa durante gran parte del año.

 

Sin embargo, Corral volvió a insistir en las últimas horas en que en 2017 “en los comicios nacionales no habrá Frente Progresista” y aseguró que el radicalismo prefería que las elecciones fueran desdobladas. “En lo electoral nosotros a nivel nacional vamos a acompañar al presidente Macri y vamos a constituir en la provincial las listas de Cambiemos, y a lo mejor integre algún otro sector", dijo Corral.

 

Sin embargo, en el gobierno de Lifschitz hay cierta tranquilidad. Cerca del mandatario provincial confían en que el tablero no se va a mover demasiado en 2017 y que la mayor parte del radicalismo se quedará dentro del Frente Progresista y que solo el sector que responde a Corral y a Barletta jugará con el PRO. Hasta el momento, todas las señales apuntan a que el ex gobernador Bonfatti será el candidato a diputado nacional por el Frente Progresista.  

 

Mientras se define la jugada política, Lifschitz acelera a fondo para conseguir resultados de gestión antes del comienzo de la campaña. El socialista licitó este año alrededor de 7500 millones de pesos en obras financiadas por la provincia y apuesta a poder mostrar gran parte para el mes de junio.  Además, anunció la “baja sensible” de homicidios y delitos y aseguró que, a contramano de lo que sucede en el resto del país, la provincia terminó el año con 1,8 por ciento de crecimiento. En la cuenta resultó clave el fin de la detracción del 15 por ciento de los fondos coparticipables que efectuaba la Nación sobre la provincia, que Santa Fe logró gracias al fallo de la Corte Suprema.  

 

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