Las luces amarillas están encendidas. Con problemas en el plano económico y algunas dificultades políticas, el gobierno de Mauricio Macri mantiene todavía expectativas positivas en una parte importante de la población, a un año de haber comenzado su gestión. Pero el panorama electoral se complicará si la sociedad no percibe mejoras en el bolsillo en los próximos meses.
"El humor social en Argentina particularmente cambia bastante rápido. La economía es determinante en eso", dice en diálogo con Letra P el sociólogo y director de la consultora Mora y Araujo, Manuel Mora y Araujo, que asegura que el Gobierno debe "resolver rápidamente" los problemas económicos si quiere hacer una buena elección en 2017.
-No termina el año muy bien. Se ven dificultades políticas mayores a las que tuvo a lo largo del año y sin un panorama demasiado claro en cuanto a la situación económica y social del país.
-¿La derrota en Diputados por Ganancias es determinante en cuanto a las dificultades políticas?
-Es lo más importante, sin dudas. Pero, además, hay hechos objetivos. La inversión fue muy baja, la inflación cedió pero no demasiado, mucho menos de lo esperable, el empleo no crece. Hay dificultades. La economía está desacelerada, esto está claro.
"Argentina hoy en día es un país de absolutas libertades públicas. Eso es muy importante y la sociedad lo valora"
-¿El electorado está viendo esa situación pero tiene paciencia?
-Sí, tiene mucha paciencia. Justamente, me parece que una de las cosas más notable de este primer año es que, a pesar de esta situación, sigue habiendo buenos indicadores de aprobación del Gobierno y de confianza. El Presidente tiene una aprobación más o menos del 50 por ciento y las expectativas están en el orden del 35 o 40 por ciento en lo positivo. Pero la situación actual es evaluada como bastante mala.
-¿Por qué cree que lo de Ganancias es tan importante?
-Es un tema muy fuerte primero desde el punto de vista meramente político, porque mostró una mayoría opositora en Diputados, que se vio en otros temas que no eran tan decisivos. Esto es un síntoma. Y, por otra parte, a mí me parece que es una mala señal al mundo. Es una señal que retrae a los inversores porque muestra que están cambiando las reglas permanentemente. El perfil de política tributaria que la oposición está queriendo votar no estimula las inversiones.
"El Gobierno no termina el año muy bien"
-¿Es como dijo Elisa Carrió, que las inversiones no vienen por miedo al PJ?
-No creo que sea el peronismo lo que infunde miedo. Es el miedo a la Argentina conocida, a volver a lo de siempre. Esta ley infunde miedos pero no es lo único.
-¿Cree que el Gobierno manejó mal la negociación?
-Políticamente es así, por cierto. Mandó el proyecto sin considerar aparentemente la posibilidad de que le fuera mal. Jugó un poco apresurado o a destiempo, sin negociar suficientemente. A veces se equivocan por apuro, otras porque no negocian con suficiente flexibilidad, o porque hacen mal los números.
-¿En este primer año quedó consolidada la idea de cambio que el Gobierno prometió en campaña?
-Sí, en el plano institucional sin dudas. Argentina hoy en día es un país de absolutas libertades públicas. Eso es muy importante y la sociedad lo valora. Me parece que estamos en una buena dirección institucional. Por otro lado, algunas medidas fueran importantes como para dejar abiertas las condiciones a lo que pueda venir, como levantar el cepo, unificar el tipo de cambio. También estuvo bien levantar las retenciones. El agro va a ser el gran sector reactivador. Esos fueron los primeros pasos. Después, los resultados que se esperaban no llegaron y ahí empezamos a tener discusiones sobre el estilo del Gobierno, la estrategia que sigue, sobre la falta de comunicación de sus objetivos a largo plazo.
-Con la apuesta a la comunicación directa y las redes sociales, ¿cambiaron el paradigma de la comunicación política?
-Algo de eso hicieron y les ha salido bien. No digo que la gente tiene buenas expectativas y buena imagen del Gobierno solo por esto, pero algo les debe ayudar, es posible. Debe ser importante pero no es suficiente.
"El humor social en Argentina particularmente cambia bastante rápido. La economía es determinante en eso"
-¿En qué cosas puede hacer eje el Gobierno el año que viene para la campaña?
-Al Gobierno lo veo mejor en el estilo: no ha sido confrontrativo, fue dialoguista, tolerante. En muchos casos, hubo buena respuesta de los dirigentes del Gobierno a situaciones complejas, como en el caso de la provincia de Buenos Aires, donde la imagen de María Eugenia Vidal es muy buena.
-¿Y la oposición?
-Tenemos dos tipos: una es la de Sergio Massa y la otra es el peronismo, que está muy complicado, dividido, aunque Ganancias le permitió dar un paso hacia una posible coordinación entre distintos sectores. De todas formas, creo que el peronismo más extremista frente al Gobierno, que es el kirchnerista, está un poco descolocado. Habrá que ver qué pasa con Massa. Hasta ahora le iba bien, pero empezó a jugar muy fuerte en otra línea.
-El Gobierno también cambió la estrategia con respecto a Massa y lo pegó al kirchnerismo.
-No sé si fue una buena idea, porque al Gobierno justamente le iba bien cuando no peleaba demasiado. A la gente le gustaba mucho eso y ahora empezamos a ver otro estilo.
-¿Fueron demasiado violentas las críticas a Massa?
-Mi sensación es que sí, pero hay que constatarlo. Todavía no lo sabemos. Pero confío en mi intuición.
"El Presidente tiene una aprobación más o menos del 50 por ciento. Pero la situación actual es evaluada como bastante mala"
-¿Cuán determinante va a ser la economía en 2017?
-La economía deja de ser determinante cuando anda muy bien y la gente se acostumbra a que ande bien. Pero eso no va a pasar tan rápido, así que en 2017 va a ser muy importante todavía.
-¿Y si la situación se mantiene como está?
-Si la economía no levanta, al Gobierno se le va a complicar absolutamente. Porque va a seguir bajando lentamente la aprobación pero después de seis meses la bajada va a tener otra significación. El humor social en Argentina cambia particularmente bastante rápido. En unos meses se puede dar vuelta. La economía va a ser determinante en eso. El balance por ahora es positivo, pero con luz amarilla. El Gobierno tiene que resolver esto muy rápido.