A Sergio Urribarri se le escapan algunos detalles. Luego de insistir en los planteos de ser el “único” presidenciable del kirchnerismo puro, y de pasearse por las provincias como el heredero, instaló un parador en Mar del Plata para demostrar que es un dirigente con peso en el justicialismo.
De a poco, con el único objetivo de que lo conozcan, sus armadores desplegaron una estructura que demandó la movilización de un soporte que lo identifique, o diferencie, por sobre el color naranja de Daniel Scioli.
Los primeros días de enero, que significaron enormes pérdidas en Entre Ríos por la crecida del río Uruguay –que afectó a la mayoría de las localices turísticas de esa región–, fueron la presentación de su marca en la costa para apaciguar la desesperación que se agigantaba por la nula aparición en las encuestas.
Con inflables, toboganes e imágenes gigantes de su rostro con la leyenda “Gobernación Urribarri”, más el logo que caracteriza a su gestión, marcó presencia que se diferenciaba, sobre el resto, por las palmeras clavadas en la arena.
Según constató Letra P, las mismas siguen en la costa marplatense. La situación, denunciada por vecinos, generó el rechazo de los habitantes. Pero esta reacción no es el primer gesto negativo contra Urribarri, quien fue criticado en su tierra por el parador.
Primero fueron los docentes. A pesar que el Congreso Docentes realizado en Diamante le dio un giro a la disputa sindical, en los calurosos días de enero, parodiaron la estructura playera al frente de la Casa Gris en un anticipo de fractura del diálogo.
Además, por instalar un cartel sobre la fachada de un patrimonio arquitectónico, le llevó un dolor de cabeza al intendente Gustavo Pulti, quien cuentan, se enfureció por el pedido de informes que demandó el radicalismo marplatense, algo que podría repetirse.
“Queridos amigos entrerrianos, les comento que su candidato de apellido Urribarri se dejó unas palmeras no nativas de estas costas, yo les comento que si trata así a las plantas no quiero saber como hará su gobierno, por si acaso tomen nota”. El mensaje de una habitante del partido de General Pueyrredón refleja el sentimiento, que, se multiplica por las redes sociales y expone algunas en la campaña del Pato.