La firma de inversiones Hope Funds S.A. avanza con un desarrollo inmobiliario que promete revolucionar el concepto de barrios cerrados de alta gama, al menos en Pilar.
Hope Funds S.A. está integrada por dos accionistas: Enrique Blaksley Señorans tiene el 97% de la empresa, con 1.455.000 acciones, mientras que su socio Federico Armando Dolinkue posee el 3% restante, con 45.000 acciones. En su página web, la firma se presenta como una compañía de inversiones que opera “con discreción sobre el patrimonio de las personas, dentro de un marco global denominado Arquitectura Financiera Múltiple”.
El problema es que todas sus cuentas están bajo la lupa de la AFIP y su titular Blaksley Señorans protagoniza una causa por supuesta evasión y lavado de dinero. Un escándalo que la semana pasada se coló en la campaña electoral de ese municipio de la provincia de Buenos Aires.
El PRO tiene allí dos candidatos competitivos en las figuras de Nicolás Ducoté (ex asesor de Francisco De Narváez y apoyado por Emilio Monzó) y Sebastián “el Dandi” Neuspiller, histórico goleador de las categorías de ascenso del fútbol argentino, que juega con la venia del senador Diego Santilli. El primero de ellos ya habría recibido comentarios de empresarios de la zona sobre la necesidad de que el municipio se detenga en el caso que investiga la AFIP y analice algunos aspectos concretos del emprendimiento Verazul.
El proyecto ya arrancó mal desde antes de que Ricardo Echegaray apareciera en escena. Verazul es duramente objetado por grupos ambientalistas locales que entienden que la construcción del country equivaldrá a mayores riesgos de inundaciones. El desarrollo se planifica a la vera del río Luján, ocuparía siete hectáreas de humedales y sería lindero a una reserva ecológica.
El caso ya está en la Legislatura bonaerense y hay legisladores kirchneristas que intentarán que la habilitación del proyecto dependa de una comisión especial. Hacia allí se direccionarán también todos los carpetazos contra Hope Funds S.A., los mismos que habrían recibido el equipo de Ducoté. Alguno de ellos incluso tienen su origen en el mundo del Polo donde se señala, por lo bajo, a Hope Funds por algunas maniobras irregulares en el marketing de los equipos.
A esto se suman los corrillos del ámbito judicial ya anticipados por Letra P que hablan de una relación un tanto particular entre la jueza Sandra Arroyo Salgado y Blaksley Señorans a partir de cierta información privilegiada que el magnate habría recibido desde el despacho de la jueza del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional de San Isidro N°1 que es la que debe instruir la causa por supuesta evasión y lavado generada a partir de una denuncia presentada por Carlos Gonella, titular de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac).
Hay quienes entienden que la empresa podría ser el fusible que salte según proceda Arroyo Salgado en la causa que investiga la muerte de su ex marido, el fiscal Alberto Nisman. El bando perdedor de los últimos movimientos en la ex SIDE ve a Salgado excesivamente cerca del Gobierno que ahora busca descargar responsabilidades en el ex espía Jaime Stiuso.
El pasado jueves en un restaurant céntrico el abogado de Stiuso, Santiago Blanco Bermúdez, contó que el espía le había organizado una gira a Nisman por Estados Unidos para publicitar su denuncia contra el Gobierno. Arroyo sabía de ese itinerario y hay algún interés en saber por qué no se lo habría mencionado a la fiscal Viviana Fein en ninguno de sus encuentros.