La decisión de la legisladora Graciela Ocaña de abandonar el frente ECO, dentro del cual compitió en las elecciones ejecutivas porteñas, dejó sin posibilidades a la coalición de centroizquierda de ubicarse como segunda minoría y de pelear por un asiento en la vicepresidencia segunda.
Hasta el miércoles a la mañana el socialista Roy Cortina buscó unificar al interbloque de ECO mezclando reuniones con legisladores del PRO y, por otro lado, de la Coalición Cívica, Confianza Pública, el PSA y la UCR, los espacios que integran el frente de centroizquierda. Su intento, que se extendió durante semanas, quedó en la nada porque Ocaña corrió a su partido, Confianza Pública, del armado de ECO y el interbloque pasó a ser la tercer minoría porque perdió tres legisladores.
Además, al no formarse como un bloque único, algo que también alentó Martín Lousteau hasta que aceptó ser embajador del gobierno de Mauricio Macri, no logró competir por la vicepresidencia II, que quedó en manos del Frente para la Victoria que sí consiguió constituirse como bloque único (a excepción de Claudio Palmeyro) y ubicó a la peronista María Rosa Muiños como autoridad de la Casa Legislativa.
Cortina asumió este miércoles y deseaba ser el vicepresidente segundo, por detrás de la macrista Carmen Polledo que se quedó con la vicepresidencia primera, como se sabía desde hace meses.
El ex diputado nacional será el vicepresidente tercero del Parlamento que, en los papeles, tiene la misma función y los mismos “amenities” que el vice segundo.
Así las cosas, el panorama político y el esquema de poder actual de la Legislatura no cambiará mucho: el kirchnerismo seguirá siendo segunda fuerza y ECO formará parte de la tercera minoría, aunque sin Lousteau y Ocaña, que quedaron en el camino. Curiosamente, fueron las caras fundadoras del frente y compitieron en internas por la Jefatura de Gobierno.