-La más complicada fue la de 2003, con partidos al borde de la descomposición, tres candidatos peronistas y tres radicales, y encima sin recursos. Además, en 2003 hubo 14 fechas electorales para diputados nacionales. Entre los grandes desconocimientos que hay de los avances en materia electoral nadie reconoce que en 2009 este Gobierno decidió unificar en una sola fecha al menos las elecciones nacionales. Tal vez esta elección tiene una característica diferencial, que es la competitividad en la etapa previa. Sin embargo, así como el fraude anunciado nunca ocurre, la paridad anunciada tampoco.
-Pero el escándalo de Tucumán puso el foco en la transparencia.
-Lo de Tucumán fue un catalizador. La imagen de urnas quemándose es vergonzosa para un país. Pero cuando pasan los días y uno va viendo detalles, y sabe que de un total de 3602 urnas fueron quemadas 42, fueron anuladas 20 y todas las demás estaban bien y que el resultado del recuento definitivo fue similar al 80 por ciento del provisorio, encuentra que las cosas tienen explicación. Por supuesto que fue gravísimo lo de Tucumán, pero no hagamos más generalizaciones porque estamos haciendo un daño a una provincia que no lo merece.
-Después de ese episodio la Cámara Electoral dispuso de un paquete de 22 medidas antifraude, ¿qué respuesta hubo?
-Lo de Tucumán fue una gran operación mediática y punto. Ahora bien, todas las peticiones que hagan los partidos políticos deben ser respondidas dentro de lo posible y lo realizable.
-¿Hay alguna medida no realizable?
-Solo una, que es utilizar papel autocopiante en la confección de la documentación electoral, propuesta que no fue de los partidos, ni de la Cámara ni de las ONG sino nuestra. Pero el Correo probó el papel y no se puede escanear en forma automatizada. Requeriría un procedimiento que no se usa en Argentina. Las demás cosas se van a hacer, en alguna medida.
-¿Por ejemplo?
-Se pondrán GPS en los móviles del Correo en las rutas troncales, habrá fiscales en los centros de escaneo del Correo, tal como ya había ocurrido en 2013 en la provincia de Buenos Aires y en Jujuy. También va a quedar un registro videográfico del momento en que se procesa la información. Y los telegramas se van a poner en un sobre lacrado que va a tener los datos del presidente de mesa, el suplente, los fiscales y el empleado de Correo que lo recibe. El sobre es opaco, no se puede ver a trasluz, se cierra el sobre delante de los fiscales en la mesa y se abre delante de los fiscales en el centro de escaneo.
-Esta semana usted se reunió con diputados de la oposición y reclamaron, entre otras cosas, que los partidos todavía no recibieron la plata para la impresión de las boletas, ¿se resolvió ese problema?
-Sí, estuvieron Patricia Bullrich, Pablo Tonelli, Mario Negri, Ricardo Cuccovillo, Alberto Asseff y María Elena Barbagelata. Estamos resolviéndolo, el Ministerio de Justicia terminó su trámite. La Tesorería General de la Nación ya hizo todos los pagos menores a 500 mil pesos pero los mayores tienen un procedimiento especial, que tarda un poco más. Hay que tener en cuenta que el Estado está haciendo un esfuerzo importante y que, cuando terminemos este proceso, lo que se va a haber distribuido entre las PASO y la primera vuelta son 773 millones de pesos.
-La oposición teme que el 25 se pueda instalar un ganador de manera prematura, ¿cómo va a ser la difusión de datos?
-En principio vamos a empezar a difundir los datos que haya, con cualquier resultado, no más allá de las 22. Porque también nos pidieron que empecemos temprano. Creo que una hora y media después de eso, a las 23.30, va a haber tendencias definidas. No finales, pero sí de difícil reversibilidad. Entiendo el temor de que se instale un ganador que después no lo sea. Pero mientras yo esté a cargo de esta Dirección, no se va a optar por ocultar datos.
-¿Va a haber diferencias respecto de las PASO en cuanto a la carga de datos?
-No en cuanto a la carga del 25. Sí habrá cambios en la provincia de Buenos Aires para el recuento definitivo, que comienza el martes a la noche. En ese caso la Justicia decidió que se va a contar primero la categoría de presidente. Pero no es algo que nosotros podamos hacer. No podemos manejar la carga de datos. El sistema está blindado de manera tal de que las categorías se cargan a medida que van llegando. Así como el Correo no ve el contenido de los telegramas, nosotros tampoco.
-Precisamente lo que sucedió en las PASO es que inicialmente había una diferencia entre Daniel Scioli y Mauricio Macri que se agrandó cuando se cargaron los datos de la provincia de Buenos Aires.
-Sí, pero todo el mundo sabía que faltaba la provincia de Buenos Aires, porque en ese caso lo que se demoró fue el recuento en las mesas. Eso ahora no va a ocurrir porque hay solamente seis candidatos a presidente, cinco a gobernador y un candidato a intendente en cada una de las listas. Además la Justicia rediseñó los documentos electorales de manera que la transcripción sea más exacta.
-La Cámara también habló de prevenir hechos ilícitos como clientelismo o robo de boletas.
-En primer lugar estamos haciendo campaña advirtiendo cuáles son los delitos electorales. Pero más que prevenir el robo de boletas, que es difícil, estamos haciendo todo este esfuerzo para que no sea eficiente. Igual, yo soy escéptico respecto del robo de boletas y el efecto que puede tener.
-Pero existe.
-Yo no lo conozco. Soy radical, fui candidato y estoy acostumbrado a perder. Pero nunca se me hubiera ocurrido decir que me robaron las boletas. El paso siguiente es decir que me secuestraron electores, los 100 mil por los que perdí las últimas elecciones en las que me presenté. Quiero decir que no es una cuestión generalizada, pero hay que combatir las consecuencias.
-¿Y el clientelismo?
-¿Qué es el clientelismo? Para algunos es entregar una dádiva a cambio de un voto. Eso es un delito, aunque difícil de probar. Y después está la situación permanente de las personas que son beneficiarias de políticas sociales y votan a determinado candidato. Yo vivo en la Comuna 14, donde el PRO gana con el 70 por ciento de los votos. Hasta hace poco todos recibíamos el subsidio del gas y te aseguro que mis vecinos no votaron en función del subsidio del gas. Todos somos beneficiarios de políticas sociales. Unos se llaman beneficios a la exportación, otros son subsidios. Decir que el voto de los que cobran planes sociales vale menos que otro es hacer racismo del siglo XXI.
-El juez de la Cámara Nacional Electoral, Alberto Dalla Via, dijo que hay provincias que no están preparadas para hacer comicios ¿qué opina?
-Es una frase desafortunada e inexacta.
-¿Cree que hay intención de poner en duda el resultado de las elecciones?
-Hubo algunas maniobras pero tal vez la última impresión es la que hay que valorar. Tengo muy fresca la reunión con los bloques más importantes de la oposición y confío en la honestidad de los dirigentes. Creo que también se dieron cuenta de que todos somos víctimas de las maniobras deslegitimadoras. Porque acá no se elige solo un presidente, sino también senadores, concejales, diputados, gobernadores. Todos vamos a ganar y a perder en las elecciones. Si se deslegitiman las elecciones, perdemos todos, nadie gana. De la misma manera que confío en ellos, espero que ellos confíen en mi sinceridad.
-¿Cuando les dice que la elección está garantizada?
-Cuando digo que hacemos todo lo posible. Tenemos uno de los sistemas más controlados del mundo. Y no lo digo como una demostración de virtud, es casi patológico. En otros países, como España por ejemplo, los datos se pasan por teléfono. Acá tenemos un sistema de control muy fuerte.
-¿De qué manera se manifiesta eso?
-En ningún momento de todo el proceso electoral hay un solo elemento de comprobación. Siempre hay dos. Por ejemplo, las urnas salen de la escuela, las lleva el Correo pero van controladas por el Ejército. En la mesa de votación está el presidente de mesa, que es un ciudadano cualquiera a quien un día le llega un telegrama - y muchas veces es peor que si le llegara un telegrama diciendo que se murió un pariente - y hay fiscales partidarios. Siempre hay dos, en todo el itinerario del voto es así.
SISTEMAS ELECTORALES Y ELECCIONES "MULTINIVEL"
-¿Cree que después de estas elecciones hay que rediscutir el sistema electoral?
-Más allá del histrionismo preelectoral hay una necesidad real de rediscutir. Pero la discusión debe ser sobre la base de la información. La reforma política de 2009 para muchos fue insuficiente porque no se trató el tema de las boletas y es cierto. El Gobierno no tuvo voluntad de tratar ese tema, decidió excluirlo. Pero sí nos pusimos de acuerdo respecto de ciertos hechos. Como hicimos eso, las primarias y el sistema de campañas electorales funcionan. Yo quiero contribuir al debate el año que viene, desde el lugar que me toque. Explicar desde mi experiencia.
-¿Cómo calificaría el sistema actual?
-Preferiría no calificarlo pero creo que lo peor que pudo pasar en esta discusión es partidizar la crítica de los hechos. Tirarnos con hechos, decir que tenemos este modelo deboleta porque beneficia al partido de gobierno. Por poner un ejemplo, en Jujuy el sistema de colectoras que armó Gerardo Morales es igual al del Frente para la Victoria en Tucumán. Es escandaloso pero es lo que la ley permite.
-La ley de PASO no permitía todo ese sistema de acoples, de listas espejo.
-En este caso, fueron las leyes provinciales.
-Pero también lo permitió la Cámara Electoral a través de fallos como Benedetti y Nuevo Encuentro.
-Exactamente, aunque debo decir que hicieron una interpretación de la ley. Lo que digo es que no podemos tirarnos unos a otros con eso, porque es hipócrita.
-¿Dónde diría que está el problema del sistema?
-El problema que tenemos son las elecciones multinivel, es decir votar el mismo día para cargos municipales, provinciales y nacionales. Casi toda la política piensa que eso es una ventaja. Yo pienso que no porque mezcla las discusiones. Termina un concejal hablando de política internacional y un candidato a presidente hablando de alumbrado, barrido y limpieza. Hay que estimular que las elecciones nacionales sean un día y las locales, otro.
-Sin embargo algunos dirigentes dicen lo contrario, que la gente no quiere ir a votar tantas veces.
-No hay ninguna demostración empírica que indique la gente no quiere ir a votar tantas veces. La gente va y vota. Este país sufrió mucho cuando la gente no pudo elegir. De hecho, hay más de 74 o 75 por ciento de participación en las elecciones.
-¿Qué sistema le parece más conveniente?
-Dentro del país me gusta el de boleta electrónica, que se usó en Salta, la Ciudad de Buenos Aires, Neuquén y parte Chaco. Pero solo se puede usar en una elección acotada. Si ponemos todas las categorías es peor. Para elecciones multinivel no hay nada mejor que nuestra boleta.
-¿Y la boleta única?
-En elecciones multinivel hicimos un ensayo: la boleta medía 95 centímetros de largo. Con ese tamaño es imposible encontrar el cuadradito que uno quiere marcar. Pero al margen del sistema, la innovación tiene como presupuesto fáctico el no ser una elección multinivel.