2009, Martín Sabbatella declara una y otra vez que el kirchnerismo es lo peor que le pudo pasar al país. 2011, cree que Cristina Fernández de Kirchner se puede convertir en la mejor dirigente que ha tenido Argentina, con la posibilidad de que Nuevo Encuentro tenga la posibilidad de tomar envión apañado por ciertas estructuras del Frente para la Victoria (FpV).
Tal fue el acuerdo que hizo desechar todo su pasado, siempre crítico con el estilo que caracteriza a los caudillos del Conurbano, que no dudó en realizar pactos estratégicos para demostrar que todo tiene su precio.
En esa jugada, que comenzó lentamente en apariciones esporádicas, se animó a criticar a los dirigentes que “cualquier micro” los deja bien ubicados. “Es obvio que esa lógica de poner como natural que cualquier colectivo te deja bien no me cae bien. Quiere decir que hay poco sustento o pone un singo de pregunta sobre cuál es tu núcleo de ideas, principios o valores”.
La increíble frase, que casi lo describe, no detuvo los acuerdos. Con Mónica Macha (su esposa) en la lista para el Senado bonaerense, todo volvió a exponer los límites del ex intendente que busca obtener más poder a pesar de que muchos de los bastiones justicialistas, hoy dentro del kirchnerismo, no comulgan para nada su estilo.
El mejor ejemplo es el de su vecino: Alberto Descalzo. Cansado de que Sabbatella sea un problema para el peronismo duro en Ituzaingó, salió a criticarlo por el desgaste de las colectoras, aunque siempre evitó opinar por el acuerdo nacional que integran. Pero los resquemores son una realidad, y hasta pequeños detalles se dejan observar a través de las redes sociales.
La campaña es fuerte en el distrito. Para seguir en la línea de la “lealtad”, que provocó el alejamiento de esa pelea contra los barones del Conurbano para llegar al poder y consolidar un fuerte microemprendimiento familiar, busca apuntalarse en 2015.
Sin olvidar la eterna disputa con la Ola Naranja, por todo el distrito se empapelan las calles con la imagen del menor de los Sabbatella. Hasta sacan a la luz viejas jugadas de la política como tapar afiches (casi siempre de Scioli) con los del joven concejal. El mejor ejemplo se observa en el Acceso Oeste, donde la pelea de pintadas y afiches son una constante. “Nada imposible. Hace tiempo que los límites son difusos en Nuevo Encuentro”, le contó un ex integrante del espacio a este portal.
Los cambios son posibles para el funcionario que lleva la voz contra el Grupo Clarín, que sabe como reciclarse en la política con las formas que siempre denostó y ahora le sirven para seguir manejando un popular municipio.