La salida de Guido Forcieri del directorio del Banco Mundial lo transformó en el primer herido de gravedad en la causa Ciccone. Ex jefe de gabinete de Amado Boudou, fue procesado por Ariel Lijo y hasta el momento es el único en esa condición que debió dejar su cargo. Los otros dos funcionarios son el propio vicepresidente y Rafaél Ressnick Brenner que trabaja en las oficinas de la AFIP del noroeste.
Tal como había adelantado Letra P, la salida de Forcieri estaba decidida por Axel Kicillof desde antes de que Lijo firmara el procesamiento. El ministro estaba al tanto de que el funcionario del BM lo defenestraba en los círculos de diplomáticos de Washington por la conducción de la crisis de la deuda. Hablaron por última vez hace un mes y Forcieri le había dicho que si el país caía en desacato no habría más fondos del ente multilateral. Pero los fondos aparecieron. Forcieri le dejará su cargo al economista Daniel Koszter.
Las vueltas del destino son curiosas. Lijo proceso a Forcieri por su rol en la trama Ciccone, le dio el pretexto a Kicillóf para removerlo y el ministro, desde hace meses, habla a menudo con Gabriel Cavallo, exjuez y muy cercano a Lijo. Por estos días Lijo y Kicillóf han encontrado su lugar común en la figura de Daniel Scioli.
El perfil de Koszter es el esperable: se define como “economista laboral”, se queja desde Página 12 del tratamiento de los temas económicos en los medios de comunicación y ha escrito trabajos en el marco del programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD). Ese mismo programa congeló el envió de fondos a la Argentina en 2013 por supuestas irregularidades en los procesos de auditoría.
Forcieri ahora espera el resultado de la apelación en la causa Ciccone que le escribió el abogado Pablo Slonimsqui. No debería entusiasmarse. En la Sala I de la Cámara Federal aseguran que todos los procesamientos serán confirmados, con la única duda de los correspondientes al clan Ciccone.
Cuando se conoció que Slonimsqui era el abogado de Forcieri, el ex gerente de la fundación de las Madres de Plaza de Mayo, Sergio Schoklender lo fustigó en distintos entornos de los tribunales y le mandó a decir al ejecutivo del BM que se buscara otro defensor. Por algo lo dirá: fue su abogado al principio del escándalo “Sueños Compartidos”. A él se lo había recomendado una periodista muy cercana a Sergio Spolszky. Schoklender lo tilda de inoperante. Algo similar se dice de los abogados de Boudou que, justamente, también son cercanos al magnate mediático, especialmente Diego Pirotta. Evidentemente la asesoría jurídica es un negocio más difícil que las radios y los diarios.