“No hay mucha precisión, porque faltan detalles porque este es un levantamiento parcial del cepo. Se va a necesitar una autorización de la AFIP, queda ver en qué medida van a estar autorizando las autorizaciones. No se va a conseguir al dólar como se anuncia en pizarra”. Así le describe a Letra P el titular de la consultora Invecq, el economista Esteban Domecq, la nueva situación que se vive en todo el país.
En medio de anuncios, y ante la posibilidad de que se afecten ciertos espacios de la economía, afirma que es necesario saber en qué forma se “trasladan los precios” y cómo los capitales de la economía que tienen insumos importados en sus ciclos productivos o, en otro caso, su totalidad, “deberán” trasladar el incremento a los precios.“Esto, automáticamente repercutirá en el bolsillo de las personas”.
“La situación puede complicar el mercado inflacionario para el resto del año, y se puede deducir una pérdida. Para los empresarios, el desconcierto es negativo. El escenario se profundizará con la dolarización de la economía, cada vez más paralizada”, sostiene el titular de Invecq.
“Si esto fuese parte de un plan coordinado, beneficia. Pero si es para tapar los agujeros por la caída en la reserva, sólo será temporal. Las cuentas públicas no cierran por eso habría que ver cómo se acomodan las cuentas públicas”, plantea el economista.
Vuelta al pasado
En una visión similar, Martín Tetaz, opina de la medida que sacude al país y genera repercusiones en todos los ámbitos. En diálogo con Letra P, recuerda que la medida “retrocede al 5 de julio de 2012, con la comunicación A5318 del Banco Central, cuando se dispuso la restricción de la comprar dólares para atesoramiento”.
“En esos tiempos se necesitaba la autorización de la AFIP, donde aparecían posibilidades, pero en julio tacharon la posibilidad de atesoramiento. Ahora retrotraen a ese momento, pero con el 20 por ciento del recargo de la AFIP: eso quiere decir que se puede comprar el dólar con una autorización del Estado, pero si el filtro funciona como antes, no tiene sentido y las personas volverán a comprar el dólar blue”, explica el economista.
“Este es un sinceramiento de la situación económica, que tiene dos pasos. El primero es la salida de Hernán Lorenzino, con la llegada de Axel Kiciloff, que comenzó un gradualismo: pero los formadores de precios entendieron la situación, comenzaron a aumentar los mismos”.
En esa línea, Tetaz caratula a las negociaciones salariales como “claves” en el rumbo económico, que comienza a definir un camino.
“Si no se controlan los precios, comienza un espiral. Veremos cuál será el plan, pero todavía no vemos como será. Una de las cuestiones claves es saber qué sucederá con las paritarias, porque en marzo estará muy claro ese tema”, insiste, para luego sostener que la necesidad del Estado nacional para “cerrar acuerdos” debe estar debajo del “30 por ciento”.
“Las expectativas de los consumidores es de una inflación del 37 por ciento, por eso es difícil que los gremios acepten un 22 por ciento. Algunos sindicatos hablan del 35 por ciento: o el gobierno arregla en un nivel racionable o no sede y las clases comienzan en mayo. También hay que tener en cuenta la emisión monetaria”.
Para algunos gremios, el piso de las negociaciones tendrá como mínimo un 30 por ciento, algo que según los expertos, no beneficia para nada al Gobierno.