Molina, denunció una serie de irregularidades y desmanejos económicos encontrados al asumir la conducción del ente oficial y definió como “crítico” el panorama administrativo.
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Molina, denunció una serie de irregularidades y desmanejos económicos encontrados al asumir la conducción del ente oficial y definió como “crítico” el panorama administrativo.
En una entrevista brindada a la agencia Télam, el titular de la secretaría denunció que al asumir encontró “directores de áreas designados en forma anómala, con una simple resolución del subsecretario, que cobraban sueldos de hasta 27 mil pesos, y realizaban contrataciones irregulares por 800 mil, entre los que se destacan facturas por gastos de 90 mil pesos en almuerzos en la zona del microcentro porteño”, y añadió la compra de cámaras de seguridad por 4 millones de pesos y la adquisición de horno pirolítico, que se utiliza para la quema de drogas, “que figura en la memoria 2012 y nadie sabe donde está”.
“Desde 2011 se dejaron de enviar solicitudes a Jueces federales y fiscales para que informen a la Secretaría sobre las causas judiciales por violación de la ley de estupefacientes”, aseguró, en relación a los más de 1.500 expedientes frenados que mantiene paralizado al Registro Nacional de Precursores Químicos (Renpre).
Molina destacó que su gestión tendrá “una impronta territorial”, para la cual no solo contará con la ayuda de organizaciones barriales y de los grupos religiosos que trabajan con la temática, para lo cual “se triplicó la ayuda a las instituciones de iglesias católicas y evangélicas” que trabajan en la lucha contra la droga.