Si bien aclaró que ya existen proyectos de esa naturaleza en el Congreso, Alfonsín le ofreció su acompañamiento a las iniciativas del massismo, ya que “no son los proyectos los que faltan, sino los votos para aprobarlos”.
“A raíz del complejo contexto económico actual, es posible avanzar en el tratamiento y la aprobación de estos y otros proyectos. Esta posibilidad de diálogo se puede frustrar si oficialismo y la oposición no actúan con la seriedad y la responsabilidad necesarias, así como con humildad y recíproco respeto”, destacó el dirigente radical.
Otra muestra de que el encuentro de hace unos días entre Massa y las entidades que conforman la Mesa de Enlace agropecuaria no solo le marcó la agenda al gobierno, sino que también hizo lo propio con las otras fuerzas de la oposición.
Aquí no ha pasado nada
Este guiño de Alfonsin parece intentar dejar muy atrás las declaraciones que se produjeron en el seno del radicalismo luego del aplastante triunfo de Massa en las elecciones legislativas del año pasado, y que lo tuvieron a él como principal crítico de los miembros de la UCR que se cambiaban de camiseta.
En esa cruzada, el hijo del expresidente hablaba de una “inescrupulosa maniobra de cooptación de dirigentes y desmembramiento de partidos políticos” por parte del massismo, al que acusó de “disfrazar” estas movidas con “discursos que invocan la amplitud y la apertura política”.
En ese sentido, pedía por “proponer un diálogo público y transparente con las representaciones institucionales de cada fuerza”, lo que significaría “respetar las instituciones”, tal como lo haría “un auténtico político republicano”.
Más tarde, cuando los desplazamientos se hacían cada vez más notorios, Alfonsín se cansó de apelar a la cordura y al respeto por los principios del radicalismo, y exigió la pronta expulsión del partido de los dirigentes que se pasaron al massismo.
Sin embargo hoy, a solo un par de meses de esas declaraciones, el panorama parece haber cambiado abruptamente para el dirigente radical. En tren de buscar reforzar el frente creado con el GEN y socialismo, Alfonsín cree necesaria la vinculación con el armado de Massa, a pesar del odio primitivo a esta conformación.
El primer paso fue reconocer que “no hay fugas” de radicales al massismo, y destacar que “se fueron tres o cuatro dirigentes que en otros tiempos estuvieron con el Frente para la Victoria, que luego volvieron a la UCR y que ahora volvieron a retirarse y sumarse a las filas de la derecha peronista. Son oportunistas”.
De esa forma, el dirigente del centenario partido allanó el terreno para un eventual acuerdo parlamentario con Massa, para pelearle al oficialismo directamente con la aprobación de distintos proyectos, en lo que parece ser otro intento de reflotar el poco exitoso Grupo A que se formó en el Congreso luego del triunfo de la oposición en 2009.