Luego de que Sergio Massa presentara en La Plata la exigencia de que la administración bonaerense adelante las paritarias docentes, los diferentes gremios de la Provincia reconocieron la urgencia de cerrar acuerdos cuanto antes, a pesar de los pedidos de cautela y, en algunos casos, la indiferencia del oficialismo.
En ese sentido, al ser consultado por Letra P, el sindicalista municipal reconoció que “nuestra pelea histórica es que el gremio de los municipales cuente con paritarias que nos posibiliten fijar un piso salarial, cosa que hoy es imposible alcanzar por las particularidades de cada municipio”.
García explicó que se busca que la Provincia derogue la ley 11.757, que impone las condiciones laborales de los municipales. En ese sentido, el gremio viene llevando adelante numerosas manifestaciones frente al Legislatura bonaerense para que las cámaras dicten una nueva norma que se ajuste a los reclamos gremiales. “Ese año las movilizaciones seguirán”, admitió.
“Los intendentes le habían pedido al gobernador Daniel Scioli que los aumentos acordados con los empleados provinciales no superen el 25%; si cerraban una suba mayor a ese porcentaje, los jefes comunales se encontrarían con nuestro reclamo de que el incremento se acomode a ese número, lo que incidiría directamente en sus presupuestos”, indicó.
Si bien el referente de los municipales le explicó a Letra P que rechazaban este pedido de los intendentes, señaló que “la realidad es que es imposible definir un porcentaje, porque hay municipios en los que los trabajadores perciben un básico de cerca de 1.000 pesos, y en otros de ronda los 3.000 pesos. Por eso, lo ideal sería ordenar un piso a partir del cual discutir”.
“Nosotros consultamos a todos los intendentes y la gran mayoría entienden la necesidad de que nuestras exigencias se enmarquen dentro de paritarias. Además, tenemos equipos técnicos que advirtieron que son muy pocos los municipios que necesitan la ayuda directa de la administración central para hacer frente al pago de nuestros salarios. Por eso, nos sentimos discriminados y atados a las particularidades de cada presupuesto”, admitió.