Sin dudas, a los 83 años, Carlos Saúl Menem se da gusto que la mayoría de los condenados a prisión no se dan; hoy veranea en Punta del Este, ocupa un lujoso departamento con vista al sector más inclusivo de esas playas uruguayas, y no ahorra definiciones sobre la política argentina.
Gozando del permiso de la Justicia para veranear con su hija y sus nietos, el exmandatario llenó de elogios a Scioli. “Yo lo impulsé a Daniel a que se metiera en política. Pero no es fácil gobernar una provincia como Buenos Aires”, dijo en declaraciones al diario La Nación.
Lo cierto es que de la mano de Menem, Scioli —quien venía de ganar varios títulos de los ya olvidados campeonatos mundiales de motonáutica— alcanzó una banca en el Congreso nacional al ser elegido para representar a la Capital Federal.
Lejos del olvido o la negación, el gobernador siempre reconoció a su mentor. “Yo no reniego de eso, ahora parece que nadie fue, ninguno se acuerda. Yo lo aprecio mucho y le estoy muy agradecido porque me apoyó en el momento más dramático de mi vida”, reconoció alguna vez el exmotonauta.
Entre la comodidad de un descanso permitido mientras purga una condena de siete años por la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador, para Menem no todo es sólo elogios para Scioli. Siempre atento a los vaivenes de la política nacional, aprovechó la ocasión para dar su parecer sobre las principales figuras que buscan llegar a Balcarce 50 en 2015.
Massa, en la época en que el riojano manejaba los destinos del país, dio el salto de la UCeDé, donde se había iniciado políticamente, para ir tras el sindicalista gastronómico ligado al menemismo, Luis Barrionuevo, en lo que fue el inicio de su ascendente carrera política. Para él, Menem también tuvo palabras de elogio aunque fue terminante: “es un buen chico, pero todavía es muy joven” para ser presidente.
Otro que también fue analizado por el expresidente fue el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, quien lo considera un amigo y lo reconoce como “el gran transformador de la Argentina”.
Menem lo tildó de “figura muy atractiva, un muchacho que le gusta estar con la gente” y, apelando a una frase desafortunada a la luz de la tragedia sucedida en Villa Gesell, agregó que “el político que se aleja de la gente se muere fulminado por un rayo”.
De esta forma, mientras se relaja jugando con sus nietos o saboreando los frutos del mar, Menem volvió a mostrar sus cartas que ya están sobre la mesa desde hace tiempo.