Las visitas de la ministra y segura cabeza de lista de diputados en la provincia de Buenos Aires es tomada por los intendentes como patrón de medida de su inclusión en ella.
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Las visitas de la ministra y segura cabeza de lista de diputados en la provincia de Buenos Aires es tomada por los intendentes como patrón de medida de su inclusión en ella.
La visita efectuada por Alicia Kirchner a Almirante Brown la semana pasada es tomada por las autoridades municipales como un aliciente en la sorda disputa que libra el intendente Rubén Darío Giustozzi con el de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, para que uno de los dos sea coronado como una referencia ineludible del oficialismo en la Tercera Sección Electoral.
Si se atiende a las estadísticas, descontar la ventaja acumulada por Insaurralde insumirá un esfuerzo significativo ya que acumula media docena de actos compartidos con la ministro de Desarrollo Social en el último trimestre del año que pasó. Producto, en parte, de las largas conversaciones previas con Eduardo “Wado” de Pedro y Andrés Larroque.
Así como del lado de Giustozzi se puso de relieve la participación de la propia presidente Cristina Fernández mediante video conferencia en la inauguración de un centro comunitario en el barrio Don Orione de Claypole, quienes rodean a Insaurralde destacan el salto cualitativo en la buena relación que siempre mantuvo con el gobierno nacional como fruto del entendimiento con los dirigentes de “La Cámpora.”
La llegada de Alicia Kirchner, sin embargo, fue vivida por colaboradores de Giustozzi como síntoma de que se trata de una pelea que no debe darse por perdida pese a que la ventaja acumulada por el adversario es importante bajo ese patrón de medida.
Esa es la hipótesis que alienta el ala de su equipo más identificada con la ortodoxia oficialista, que viene recomendándole que estreche vínculos con la Casa Rosada: única alternativa que perciben viable para mantener alta la expectativa de convertirlo en candidato a gobernador en el 2015.
De buen contacto con dirigentes de “La Cámpora”, ese sector confía en que esa es la manera de encaramarse en la lista de diputados nacionales, abierta ahora como no lo estuvo antes a sumar intendentes del Conurbano en posiciones expectantes en un intento de “peronizar” la oferta electoral del kirchnerismo en las legislativas del 2013. Aunque para evitar confusiones y marcarle claros límites al peronismo bonaerense, está descontado que la lista será encabezada por Alicia Kirchner.
Aún cuando Daniel Scioli y Sergio Massa son evaluados, al menos en lo formal, como opciones abiertas de la estrategia del oficialismo, la que estaría en curso dentro del Conurbano apunta a achicar el margen de acción del gobernador y el intendente de Tigre con quienes acaudillan la política en esa región.
Las sutiles presiones de Scioli y Massa sobre Giustozzi expresan las dudas que abrigan ambos al tanto, según parece, no solo de las diferencias de criterio en el seno de su equipo sino de las propias cavilaciones del intendente.
La principal pasaría por el futuro del PJ bonaerense, en un planteo que obedece antes a la política que a principios ideológicos. A Giustozzi no lo convencería la alternativa que maneja Massa de disputar las elecciones generales con su Frente Renovador.
Especialmente porque estima que, en esa circunstancia, el de Tigre quedaría prisionero de una sola alternativa capaz de darle vida de ahí en más a su carrera política: imponerse como un neto ganador de las legislativas.
Cualquier otra, aunque lo consolidaría como opción, lo dejaría fuera de la actividad partidaria por no menos de dos años, tal cual indica la Ley Electoral. Esa es un fuerte punto de disonancia entre las coincidencias básicas que tiene con el de Tigre.
Entre ellas, la mirada crítica que despierta en sus cercanías las intervenciones de Boudou en las reuniones tendientes a una reorganización del PJ en Buenos Aires. También en eso hay matices: la mesa de conducción que apuntala a Massa en la Tercera Sección viene tomando posiciones más abiertas para darle visibilidad a ese fastidio que incluyó decidir la “libertad de acción” para asistir al último congreso del PJ del que tomó parte activa el vicepresidente.
Giustozzi y sus congresales, en cambio, se hicieron presentes. Aunque el intendente se habría retirado, junto a otros, cuando Boudou hizo uso de la palabra. A diferencia del de Tigre, más próximo a Hugo Moyano en considerar al PJ “una cáscara vacía”, el de Almirante Brown no estaría dispuesto a “regalar” lo que estima como su “historia” en la actividad partidaria que da por iniciada con su participación en la conducción que lideró Antonio Cafiero en 1988.
Pero los reparos irían más allá; el 30 por ciento en intención de voto que conserva Cristina Fernández la deja en condiciones de convertirse en árbitro sobre las aspiraciones electorales de otros.
Los núcleos más duros del oficialismo creyeron oír una solapada advertencia a varios de los más díscolos gobernadores e intendentes que fueron más allá que las alusiones directas en el último discurso pronunciado por la Presidente en cadena nacional, con la sutil alusión a los dólares acumulados por Scioli en la carta dirigida a Ricardo Darín como paradigma.
La rápida reacción de Juan Gabriel Mariotto frente a ese apartado de la misiva los hizo entusiasmar con un reverdecer de laureles en el campo oficialista: el vicegobernador salió a plantear la necesidad de una ley de ética pública que haga obligatoria la publicidad de la situación patrimonial de funcionarios públicos en la provincia de Buenos Aires que algunos de sus viejos seguidores, golpeados con su opacamiento, asociaron de inmediato a las palabras de CFK.
Aunque el universo kirchnerista no sabe de imposibles para alcanzar la victoria, algunos moderaron su entusiasmo luego de dialogar con uno de los más renombrados animadores de “Carta abierta.”
De contacto frecuente con núcleos K en el Conurbano, ese intelectual habría confirmado que Mariotto no despertaría expectativa alguna en el círculo presidencial donde se le reprocharía “el abandono que hizo de la Ley de Medios cuando se fue de vicegobernador.”
“Eso hizo perder meses vitales” recalcó para añadir que esa brecha jamás pudo ser resuelta por Santiago Aragón, su sucesor. Lo que explicaría el cortocircuito, en apariencias irreparable, entre Mariotto y el ahora vicepresidente de Télam,
Si la intención fuese quitar del foco de la controversia a la generada en torno de la evolución patrimonial de la familia Kirchner, no parece que esa sea iniciativa suficiente frente al curso de los acontecimientos, donde se destaca el procesamientos de Ricardo Jaime, Juan Pablo Schiavi y Antonio Luna.
Todos funcionarios del área de Transporte por la tragedia ferroviaria de Once que costó la vida a 52 personas y puso de relieve la polémica sobre los cuantiosos subsidios girados al sistema ferroviario para sanear un déficit en servicios e infraestructura que pone en la picota una viga maestra del modelo.
(*) periodista, analista político