La UCR bonaerense toma carrera en la reconfiguración del escenario político en el que Juntos por el Cambio (JxC) empieza a extinguirse, al menos tal como se lo conoce hasta ahora. Para no romper la coalición por completo, sus actores buscan salidas amigables, que les permitan mantener cierta independencia y funcionar como oposición conjunta cuando la situación lo amerite. Para ello, el radicalismo impulsa al diputado electo Diego Garciarena como reemplazante de Maximiliano Abad en la presidencia del bloque de Juntos en la Cámara de Diputados bonaerense, a cambio de que el PRO se quede con una de las autoridades del cuerpo.
Durante las últimas semanas, la mesa de conducción del radicalismo de Buenos Aires mantuvo reuniones diarias para definir varios temas, entre los que ineludiblemente se conversó sobre el futuro del partido: ¿Será con o sin el PRO? Como repiten varias de las fuentes consultadas por Letra P, JxC, tal como se lo conoce, ha dejado de existir. La Coalición Cívica ya anunció su retirada y hay un sector del radicalismo que nada tiene que ver con las ideas libertarias que propone el presidente electo, Javier Milei, y a las que suscriben varios dirigentes –sobre todo nacionales- del partido amarillo. En un rol de oposición, la UCR pretende seguir conformando un amplio bloque junto a su socio, aunque con algunos cambios. “Hay una nueva cancha y vamos a jugar de otra manera”, le dijo una legisladora a Letra P. Ese escenario, imaginan sus referentes, será con un radicalismo al frente en la toma de decisiones.
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Allí tendrá una baja sensible, como es la del presidente del bloque de JxC, Abad, que tendrá una banca en el Congreso. De buen diálogo con el PRO y jefe territorial en Buenos Aires, el presidente del partido en Buenos Aires deja su silla en la Cámara baja, pero pretende ubicar en su reemplazo a Garciarena.
El legislador electo fue concejal en General Pueyrredón y llega a la Legislatura como cabeza de la lista patrocinada por Patricia Bullrich en la Quinta sección electoral. Además, trabaja hace varios años en el ámbito administrativo de la Legislatura. Si bien había sectores del radicalismo que respaldaban otros nombres para la jefatura de bloque, Garciarena terminó reuniendo los apoyos necesarios y es la propuesta más firme en las negociaciones que se llevan adelante por estas horas. “Vamos a seguir negociando, no es necesario cerrarlo ya, pero esa es la opción que se está manejando”, le admitió a Letra P un senador PRO.
La fuente refiere a la posibilidad de que el partido amarillo se quede con una de las vicepresidencias de la Cámara baja en la figura de uno de sus dos hombres más fuertes: Adrián Urreli y Agustín Forchieri. El primero es la voz y la espada legislativa del excandidato a gobernador Néstor Grindetti, mientras que el segundo es el principal armador territorial de Diego Santilli. “Eso no está cerrado aún”, señaló a este medio una diputada que impulsa a Garciarena, pero como jefe de un bloque UCR puro, con la posibilidad de, luego, coincidir en un interbloque con el PRO. Mientras, los armadores radicales siguen anotando socios minoritarios para ese posible nuevo espacio, sin cerrar ninguna puerta, siempre y cuando haya una silla reservada para el partido centenario en la mesa directiva.
