Los empresarios presentes este miércoles en la sede porteña de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa tienen una muy buena imagen de Juan Schiaretti. Más allá de los chascarrillos y la lluvia de memes que coparon la agenda posterior al debate, lo conocen por lo hecho en Córdoba y por sus ideas; incluso, comparten gran parte de sus políticas para el sector. Por eso lo presentaron como “un amigo de la casa”.
La reforma laboral, las críticas a la dolarización y al bimonetarismo, el riesgo de hiperinflación, las escuchas a detenidos y sus abogados, la dictadura genocida y el escándalo de Martín Insaurralde fueron algunos de los temas a los que Schiaretti se refirió, en paralelo, a los cuatro ejes que planteó para la pequeña y mediana empresa en el país. Esa respuesta rápida para involucrarse en los tópicos que dominan la agenda -más allá de las propuestas técnicas y específicas que tiene para cada uno de los desafíos del país por venir- es una de las características del perfil remozado con el que el cordobés busca escalar posiciones en la discusión electoral, montado en la visibilidad conseguida después del primer debate presidencial.
Sobre el final de la entrevista abierta que continuó a su exposición, Alejandro Fantino le preguntó a Schiaretti por la fórmula del fernet con coca. “Es 70-30” contestó el gobernador ante la risa y el aplauso de los presentes. Fue casi uno de los únicos de los gestos en que el candidato de Hacemos por Nuestro País se refirió directamente a Córdoba.
A lo largo de su exposición había elegido hablar de “su provincia” sin nombrarla. Enumeró sus propuestas con ejemplos de la gestión mediterránea, pero eligió la primera persona del plural y evitó reiterar la palabra “Córdoba”, como lo había hecho el pasado domingo, generando todo tipo de reacciones y comentarios en redes sociales.
Como lo anticipó Letra P, el dispositivo que activa un discurso federal que pone el acento en el interior “más allá de Córdoba” se activó en la CAME con un Schiaretti que profundizó los ejes de su propuesta productiva y sobre de la necesidad de romper con el centralismo que “gobierna desde el AMBA”. El cambio de estrategia fue bien recibido por los medianos empresarios que se reunieron en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero que llegaron desde todas las provincias del país. “No importa de dónde sea el candidato, lo que importa es que se avance en un federalismo real y no un federalismo de papeles como el que tenemos hoy en la Argentina, que en la práctica funciona como un país unitario”, reconoció el titular de la entidad, Alfredo González. Y agregó, a modo de guiño, que las políticas “deben generarse desde el interior hacia el centro”.
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Todavía, candidato
“Nosotros estamos trabajando para estar en la segunda vuelta”, dijo Schiaretti ante la insistente pregunta que reclama un posicionamiento ante una eventual elección en noviembre que deje al cordobés fuera de la carrera. La postura, que se sostiene desde el primer momento de su candidatura, es la que se repite en toda la escuadra cordobesista, que quiere transformar la discusión en una debate “entre cuatro”. Por más utópica que parezca esa proyección.
El empresariado amigo reconoce ese derecho para “el gringo” y, sea cual fuera el futuro de la elección, espera que el mandatario mediterráneo tenga un papel importante en el gobierno que viene. Javier Milei le preguntó el pasado domingo si estaría dispuesto a acompañar los cambios que La Libertad Avanza llevará adelante en caso de ser gobierno. “Quien gana legítimamente una elección debe tener la oportunidad de poner en marcha su propuesta”, respondió Schiaretti. Y el empresariado reunido en CAME reconoce que eso sería “algo positivo”. “Su mensaje da cuenta de su experiencia y su sensatez”, destacan. Más allá de Milei, Patricia Bullrich y Sergio Massa.
El Schiaretti más federal de la campaña habla de las potencialidades del país y enumera extensiones marítimas y cordilleras. Pide reglas claras y respeto por la institucionalidad; brega por la eliminación de las retenciones y el fin de la superposición de impuestos. Habla con solvencia y conocimiento adelantando algunos de los ejes que buscará trasladar al país en el segundo cruce con sus rivales nacionales, que tendrá lugar el próximo domingo en la Facultad de Derecho de la UBA.
El veredicto
Algunas de las posturas que defendió este miércoles en el encuentro al que Milei se negó a ir y Luis Petri suplantó a Bullrich, ya fueron defendidas en Santiago del Estero, pero otras se resguardan específicamente para el eje que debatirá las propuestas en torno a trabajo y la producción. En CAME pidió terminar con el impuesto al cheque “que incita a no bancarizar la economía” y con la industria del juicio que “hace que las empresas se fundan” y que, asegura, “los únicos que ganan son abogados laboralistas”.
Como lo había dicho el domingo, propuso tener un Banco Central manejado por la oposición “que no financie espuriamente al Tesoro”, denunció un “festival de anuncios” y, en uno de los pasajes más fuertes de su discursos, vaticinó una inflación de dos dígitos para septiembre y advirtió sobre el riesgo de una hiperinflación. “Tenemos que ir a un tipo de cambio comercial competitivo porque la dolarización sin anestesia la dolarización o el bimonetarismo nos va a llevar a la hiperinflación”, dijo extendiendo la advertencia también a los proyectos económicos que exponen Milei y Bullrich.
“Estuvo bien ¿no?”, comentó uno de los empresarios presentes en el mediodía porteño. Mientras tanto, Schiaretti se retiraba acompañado por una comitiva que completaron su compañero de fórmula Florencio Randazzo; Diego Bossio; el ministro de Vinculación Comunitaria de Córdoba, Paulo Cassinerio; el candidato a diputado nacional Juan Brügge; y el aspirante al Parlasur y líder del Partido Autonomista, José Antonio Romero Feris.
El gobernador cordobés abandonaba el edificio central de CAME para continuar su gira porteña que anticipa su visita a la ciudad santafesina de Coronda, donde firmará un convenio relacionado con la construcción del acueducto Santa Fe-Córdoba. También hizo referencia a esa obra este miércoles, mientras cuestionaba la falta de inversiones nacionales en el interior.
El plan que contiene al cordobesismo, pero amplía la mirada, tuvo un capítulo aparte en la CAME donde ante una pregunta de Fantino reconoció que sería una buena idea reflotar el proyecto de trasladar la capital al interior. “La descentralización le haría bien al país y no le haría daño a Buenos Aires, que va a seguir siendo una ciudad importante”, dijo, casi a modo de reducción de daños.
