Por mandato de Karina Milei, durante las 48 horas que duró la 54° Asamblea General de la OEA, realizada en Asunción, Paraguay, la delegación argentina se dedicó a tratar de impedir que el documento sobre derechos humanos incluyera los conceptos “población LGBTI”, “género”, “tolerancia”, “cambio climático” y hasta “familias”.
La representación nacional estaba a cargo de Sonia Cavallo, embajadora argentina ante el organismo internacional desde el 22 de mayo, pero encabezó las “negociaciones” la abogada ultracatólica Úrsula Basset, mencionada como una “interventora” –no tiene nombramiento oficial- de El Jefe en la Cancillería que comanda Diana Mondino. Las comillas en negociaciones obedecen a que la actitud de Basset estuvo lejos de los modos diplomáticos esperables. De hecho, fue comentado el maltrato que sufrió la representante mexicana, Luz Elena Baños.
Según fuentes de la Cancillería, la abogada desplazó extraoficialmente a Federico Barttfeld como jefe de Gabinete y, a pedido de la secretaria general de la Presidencia y de Santiago Caputo, fue la elegida para encabezar la batalla contra la Agenda 2030 en los organismos multilaterales.
Quién es Úrsula Basset, la enviada de Karina Milei
Doctora en Ciencias Jurídicas por la Universidad Católica Argentina y directora del Centro de Investigaciones en Derecho de Familia de ese centro de estudios, Basset se opuso fuertemente a las leyes de Matrimonio Igualitario y a la de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Expuso en las audiencias previas desarrolladas en el Congreso (en 2018 y en 2020, en el caso de la IVE). Sostuvo, por ejemplo, que la unión legal entre personas del mismo sexo significaría “el ocaso de la familia”. También combate a la educación sexual integral.
La abogada es, además, la candidata de Karina Milei a ocupar la jefatura de Gabinete de Cancillería, que acaba de quedar vacante. A cargo estaba Federico Barttfeld, que acaba de ser enviado como embajador a Portugal.
Según relató María Luisa Peralta, de Akahata, una organización internacional de incidencia en derechos sexuales, a Mariana Iglesias para para una nota de Clarín, la representación local intervino en el documento, discutido durante meses en reuniones en las que también participó Argentina, para plantearmodificaciones, comentarios y sugerencias que se apartan del marco de los derechos humanos. “Lo que se repite es la confrontación y es muy grave", señaló y explicó: "Son propuestas extremas. Ya hay una resistencia a que se hable de género, como en Rusia, China, Egipto, Marruecos, Singapur, Malasia, todos los países africanos, el Vaticano... Ellos no quieren que se hable de género sino de mujeres y niñas, pero ahora lo que propone Argentina va más allá: tachan todas las veces que aparece la palabra género pero también tachan mujeres y niñas. Están yendo más lejos que todos estos países".
La pelea a fondo contra los derechos humanos
La furiosa postura anti derechos humanos de la delegación argentina generó críticas de representantes de la mayoría de los países porque, además de volver a abrir debates sobre consensos básicos ya cerrados, obstaculizaba las discusiones y demoraba el funcionamiento de la Asamblea. Una de las objeciones fue la utilización del plural “familias”: la propuesta obstinada era que sólo se usara el singular. Finalmente, como no pudo imponerse, aceptó que quedara “unidades familiares”.
Personas que estuvieron en la cumbre sostienen que la delegación nacional generó tanto malestar que puso en jaque la resolución por Malvinas, que finalmente fue aprobada. Sin embargo, la Argentina se quedó sin cargos en las representaciones que se resolvieron en la Asamblea.
Antes del evento general de la OEA, Cavallo ya tenía instrucciones –con la influencia de Basset- de oponerse a los derechos humanos en general y a los de las mujeres en particular. De hecho, en la reunión del Consejo Permanente del organismo, la hija del exministro de Economía Domingo Cavallo votó en contra de las resoluciones que condenaban la violencia sexual en Haití.
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Estas posturas no pasaron desapercibidas para un grupo de radicales de la cámara baja que pidió la interpelación de Mondino. El proyecto de resolución, presentado por Fernando Carbajal, Marcela Coli, Juan Carlos Polini y Pablo Juliano, exige la presencia de la ministra de Relaciones Exteriores en el recinto para responder a puntos específicos relacionados con la gestión de la política exterior de Argentina. Les interesa en especial que responda sobre la actuación de Basset, el cambio en la postura de Argentina en materia de derechos humanos y medioambientales en foros internacionales y el vínculo con el partido ultraderechista español Vox.