El Gobierno quería que el primer partido de la Selección campeona del mundo que lidera Lionel Messi fuera totalmente abierto. Las negociaciones para transmitirlo por la Televisión Pública arrancaron hace varias semanas, pero no hubo avances. Por eso luego de la resolución 228/2023 publicada este lunes en el Boletín Oficial con la firma del jefe de Gabinete, Agustín Rossi, se soltaron algunos términos que ofrecían una pintura de la tensión de esos encuentros. Por el lado del Gobierno, hablaron de “resistencias, ninguneos y excusas” a la hora de negociar la compra de los derechos por parte del Estado. Por el lado de las empresas, de “prepotencia y ofertas inaceptables”.
La medida del Gobierno que declaró a todos los partidos de la Selección como "eventos deportivos de interés relevante” destrabó esa negociación estancada. La resolución enviada el lunes fue como mostrar un ancho de espadas en un partido de truco: un golpe en la mesa. Los 200 mil dólares que el oficialismo estaría dispuesto a pagarle a Torneos para que el amistoso entre Argentina-Panamá pueda verse en la Televisión Pública solo tiene una explicación: la política. Una Scaloneta Para Todos.
En Radio y Televisión Argentina (RTA) se excusan en los acuerdos de confidencialidad para no convalidar ni rechazar ese monto. Saben que cualquier palabra puede ser utilizada para campañas de desprestigio en un contexto de extrema fragilidad. También saben que en el sector corporativo con el que negociaron, campean ideas muy contrarias a las de fortalecer o ‘calentar la pantalla’ de la TV Pública.
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Es paradójico, pero en Torneos –históricamente conocida como Torneos y Competencias, ahora abreviada como parte de la estrategia para dejar atrás la imagen asociada a la corrupción de la megacausa de Fifagate– tampoco quieren hablar del tema en on the record. Aunque off the record se filtran algunos estados de ánimo que también son indicios: lo que el lunes era una derrota, el martes se convirtió en una derrota que vendieron cara. Las muecas de satisfacción de la gerencia nunca se verán en las transmisiones deportivas.
Adquirida en 2021 por el Grupo Werthein, dueña de los derechos de comercialización de los partidos de la Selección argentina y a cargo de la producción de las transmisiones de los partidos de la Liga Profesional que se ven por las pantallas de TNT Sports o ESPN Premium, Torneos sabe muy bien cómo manejarse en estos escenarios ríspidos: hace 40 años que disputa y negocia derechos televisivos de las principales competencias deportivas de Argentina y de la región.
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“Es más que nada una discusión o una negociación política, porque en Argentina, el 92% de los hogares ve a la Televisión Pública a través del cable o de DirecTV”, le asegura a Letra P una persona que asesora a empresas y gobiernos sobre estos temas.
Letras vivas y muertas
La resolución del Gobierno se valió de la figura abordada en el artículo 77 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (26.522), que establece: “Se garantiza el derecho al acceso universal a los contenidos informativos de interés relevante y de acontecimientos deportivos, de encuentros futbolísticos u otro género o especialidad”.
Así como en la Casa Rosada se basaron en la primera parte del artículo para darle algún argumento a la iniciativa, del lado empresario tomaron la última para llevar la discusión a otro terreno. Citan y reenvían tres párrafos que sintetizan su argumentación. En primer lugar, recuerdan que según la norma "el Consejo Federal de Comunicación Audiovisual deberá elaborar un listado anual de acontecimientos de interés general para la retransmisión o emisión televisiva, respecto de los cuales el ejercicio de derechos exclusivos deberá ser justo, razonable y no discriminatorio".
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Agregan dos cuestiones complementarias. El texto reza que "dicho listado será elaborado después de dar audiencia pública a las partes interesadas, con la participación del Defensor del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual" y que "el listado será elaborado anualmente con una anticipación de al menos seis (6) meses, pudiendo ser revisado por el Consejo Federal de Comunicación Audiovisual en las condiciones que fije la reglamentación".
En las dos empresas involucradas –Torneos y el canal TyC Sports, que tenían la exclusividad del partido hasta el lunes– se quejan porque ninguno de los pasos que prevé la ley se cumplieron. Asimismo, enfatizan que el listado con los eventos relevantes debe confeccionarse cada enero y previa audiencia pública; algo que nunca se hizo (y probablemente nunca se hará). En Argentina, la subjetividad es toda una forma de gobierno.
El carácter político que adquirió la Selección luego de Qatar, determinó que el Gobierno hiciera lo que no había hecho en junio del año pasado con la Finalissima contra Italia en Wembley, transmitida en exclusiva por ESPN, que pagó 800 mil dólares a la Conmebol y la UEFA por esos derechos televisivos. En aquel tiempo, la Selección todavía no era campeona del mundo y en la Televisión Pública le bajaban el precio al partido. "Es un partido amistoso con chapa de final y un gran negocio global de marketing”, decían. Nueve meses después, los principios cambiaron.