El intendente de Concepción del Uruguay levanta una voz disonante en el partido en la previa del congreso. Críticas internas y mensaje contra la dedocracia.
José Eduardo Lauritto desafía la conducción del PJ de Entre Ríos. Presidirá el Congreso del partido, este sábado en Paraná.
Un reclamo vuelve a la agenda del peronismo de la mano de un histórico cansado de ser relegado. Así podría ser sintetizado el nuevo tiempo que atraviesa el Partido Justicialista de Entre Ríos. En la antesala del congreso de este sábado, toma vuelo la figura de José Lauritto, el intendente que alzó la voz para incomodar a la dirigencia.
Como en una trama de suspenso y acción, los movimientos del peronismo provincial no quedarán claros hasta llegar al final de la película, pero el guion por sí solo hace que la historia resulte digna de ver. Uno de los protagonistas de la acción es el jefe comunal de Concepción del Uruguay, que decidió dejar de ser parte del coro y entonar letra propia.
Lauritto gobierna Concepción del Uruguay, uno de los dos grandes territorios que el peronismo conservó tras la derrota provincial de 2023. Decidido a hacer valer ese capital, desde hace un tiempo elevó el perfil y comenzó a mostrar un juego en tándem con su par de Paraná, Rosario Romero.
Con estilo más contundente que la jefa comunal, Lauritto salió a marcar la cancha de las nuevas reglas que deberían imperar, a su entender, en la reconstrucción del peronismo. “En la derrota es cuando más hay que salir a mostrarse”, repite, como mantra organizador. Cultor de la autocrítica, entiende que para resurgir de las cenizas algo debe cambiar. Las mismas formas llevarán a las mismas consecuencias, explica en público y en privado.
Desde hace algunas semanas, decidió salir al barro y protagonizar careos con las bases militantes de la provincia. Organizó encuentros chicos y medianos con grupos del peronismo en Concordia y Paraná. Invitó a referentes y viajó junto con su gabinete adonde lo invitaran. Lejos de un perfil bajo como el que supo cultivar, ahora entiende que es tiempo de hablar. “El valor del encuentro”, resume su postura en estas acciones políticas. Esta exposición le valió la reciente designación como presidente del congreso provincial que el peronismo tendrá este sábado en Paraná.
Para Lauritto, el congreso del sábado será un antes y un después. Entiende que allí quedarán en evidencia quiénes fueron y quiénes no. “A esos hay que salir a buscar”, avisa. Repite que en las derrotas “no hay que borrarse” y cuenta que cuando sale a la calle y se le acercan no sabe si vienen “a putearme o felicitarme, sólo por ser peronista”.
Reconoce que haber sostenido el peronismo en su ciudad legitima su palabra, aunque advierte todo el tiempo que nadie debe ser excluido. La lógica de la derrota tiene que ser modificada, pide, para no dejar a nadie afuera. “El problema nuestro no es ni Javier Milei ni Mauricio Macri, somos nosotros”, dijo este miércoles en un encuentro con la militancia en Concordia y desató los primeros aplausos de la velada. La avidez por la autocrítica era evidente y Lauritto parece querer llenar ese vacío.
El uruguayense no le esquiva a la disputa por la conducción nacional del partido. En una clara toma de posición a favor de Ricardo Quintela, en la noche de este miércoles pidió fomentar el peronismo del interior y aseguró que no acepta que el peronismo bonaerense le ponga "la pata encima”.
Cuidadoso de las formas, sin nombrar a nadie, Lauritto manda mensajes con un destino claro: la dirigencia del PJ entre la que se encuentra el exgobernador Gustavo Bordet, quien estuvo al frente del partido los últimos ocho años. “Nos hizo daño mucho tiempo de dirigentes de escritorio y no de territorio. Muchos dirigentes territoriales quedaron desplazados y eso fue un error”, sostuvo.
En su prédica, adhiere a la demanda por la integración de minorías en las internas partidarias y a un reclamo que se reedita: la reforma de la Ley Castrillón, que en la provincia establece que para presentar candidaturas se deben consignar listas completas. Según quienes piden su eliminación, es una medida restrictiva que “destruyó la democracia interna del partido”.
“Tengo más recuerdos que proyectos”, narra cuando ineludiblemente debe hacer referencia a su edad y su trayectoria en política, siempre dentro del PJ. Llegó al partido de la mano del exgobernador Jorge Busti, quien a fines de los 90 lo sacó del sillón de juez federal y lo animó a dar el salto a la política. De Tribunales al Palacio Municipal caminó tres cuadras.
En Concepción del Uruguay los propios refieren a él como “el doctor”. Es muy poco común que alguien de sus filas lo llame por el nombre propio, o inclusive por su apodo, “Pato”. Es “el doctor” o es “Lauritto”. El intendente cosechó esa distancia interpersonal que en la práctica resuena como muestra de lealtad.
Cursó 12 procesos electorales desde aquel entonces. Fue vicegobernador; diputado nacional y provincial; ministro de Educación y Deportes; y tres veces intendente. Sus tres mandatos cursaron con gobiernos nacionales no peronistas, adversidad que se jacta de haber enfrentado: en 1999 con la Alianza de Fernando de la Rúa; en 2015 con Mauricio Macri; y ahora desde 2023 con Javier Milei. “Si alguien quiere jugar a la quiniela, que me consulte”, bromea sobre su suerte.