Lejos del Tío Rico del Pato Donald nadando entre billetes, lingotes y joyas, si Patricia Bullrich cumple su deseo de campaña de entrar a la bóveda del Banco Central para mostrar las reservas, sólo se encontrará con algunas tenencias en oro y algunos pesos en efectivo. La idea de que todas las reservas internacionales de un país están guardadas en una estructura de plomo de alta seguridad es una mera fantasía: la gran mayoría de las divisas que posee la autoridad monetaria están expresadas en activos financieros en instituciones que ofician de custodio de los bancos centrales del mundo.
La precandidata presidencial de Juntos por el Cambio anunció que si llega a ocupar el sillón de Rivadavia el próximo 10 de diciembre, entrará con cámaras de televisión al Central para mostrar la cantidad de reservas que dejará el actual gobierno. Si bien es cierto que el saldo del BCRA sufre caídas casi todos los días y que el mercado cuenta los dólares propios en negativo, incluso si las arcas estuvieran en un momento acaudalado, difícilmente habría en las cajas de seguridad un alto volumen de dinero físico. Sin mencionar que a duras penas el titular de la entidad financiera, Miguel Ángel Pesce, dejaría pasar una cámara en un lugar donde ni siquiera está permitido el uso de celular.
En las bóvedas del BCRA está el manejo del efectivo y parte de las tenencias de oro, las que el ex presidente de la autoridad monetaria Federico Sturzenegger no pudo llevarse a Londres, aseguró una fuente con conocimiento en el tema a Letra P. En 2017 el funcionario del gobierno de Mauricio Macri quiso enviar al exterior US$ 462 millones en lingotes de oro, unos 11.000 mil kilos del metal precioso, con el objetivo de hacer operaciones de carry trade, invirtiendo a una tasa baja en los mercados internacionales para obtener la ganancia e invertirla en operaciones más rentables. Pero finalmente, una parte de ese total quedó almacenado en la entidad.
Los billetes que sí se encuentran en el interior de Reconquista 266 tienen la finalidad de abastecer de efectivo a los bancos, tanto en moneda extranjera como en pesos. El remanente de las reservas están expresadas de forma electrónica en dinero en el Banco de Pagos Internacionales (BIS por sus siglas en ingles) y en la Reserva Federal de Estados Unidos, entre otras instituciones donde los dólares, euros, libras y yuanes y el resto de las divisas que componen las reservas obtienen una rentabilidad baja. El movimiento de las monedas tampoco es físico. "Los importadores no van con los dólares al Central para pagar como tampoco los exportadores van a buscar su efectivo. Todo es por transferencia", explicó a este medio un analista de la City y agregó: “No es una cuestión únicamente del BCRA, sino que pasa en todos los bancos del mundo".
En el regulador cambiario insisten en que las reservas cumplen con las normas de publicación de información del Fondo Monetario Internacional (FMI) y los organismos internacionales. A diario, el Central informa sobre las variables financieras de la jornada, entre ellas el nivel bruto de las tenencias, hoy en US$ 24.032 millones. La discusión pública en el último tiempo gira sobre las divisas netas, ya que las reservas tienen una composición variada entre activos líquidos (de libre uso) y no tan líquidos como bonos del Tesoro y el swap con China, entre otros. Para el mercado, cuentan sólo las propias en moneda extranjera y desde hace ya varios meses que advierten que están en terreno negativo. De ahí la discusión de la escasez y la intención de la exministra de Seguridad de demostrar en qué estado están las arcas de la entidad dirigida por Pesce. Spoiler: el BCRA no tiene la obligación de dar esa información ni la revela ya que lo considera "necesario para preservar la estabilidad de los sistemas financieros".