Después de la disparada del dólar a más de $1000 y de las nuevas restricciones a inversores extranjeros, Aramark ve cada vez más complicado su futuro en Argentina. Se trata de un gigante global de la alimentación que en el país solo acumula problemas. Salarios atrasados, clientes poco satisfechos y proveedores postergados, son algunos de los reclamos mas frecuentes que rodean a la empresa.
La noticia de la posible salida de Aramark del mercado argentino dejó este sábado muchas más dudas que certezas sobre el futuro de las operaciones en el país. En el mundo de la gastronomía institucional ya circulan varias versiones sobre qué les puede deparar a la gran cantidad de trabajadores que hoy temen por el cierre y salida de la multinacional.
Empleados de Aramark con posiciones de liderazgo dieron crédito a la versión de la posible salida del país de esta empresa norteamericana que, según dicen “copiará el camino de sus dos competidoras mundiales“, Sodexo, la francesa que se fue del país en 2021 y Compass, que hace algunos días vendió toda su operación local al Grupo L.
Desde hace un tiempo, los responsables de la empresa a nivel local dejaron circular versiones sobre el malestar de la casa matriz por la “imposibilidad de girar dividendos” de la operación en argentina y que “el panorama político y económico” no es del agrado de los accionistas. Así lo señalaba un importante proveedor de alimentos Aramark que ya ve con mucha preocupación la situación actual de la compañía.
Un éxodo interminable
El laboratorio Eli Lilly, Falabella, Walmart, Axalta, PPG, Pierre Fabré, Saint Global Sekurit, Nike, Asics, Under Armour, Gerresheimer, Brighstar, Glovo, compañías aéreas como Norwegian y Latam también dejaron sus operaciones en el país durante los últimos años.
La economía podría explicar una parte de esta situación porque nuestro país tiene el mismo producto bruto interno (PBI) que hace 10 años. Además, la inflación pasó a alcanzar los tres dígitos, los índices de pobreza se mantienen bien arriba y es más duro aun si lo analizamos desde el punto de vista que la pobreza infantil ya alcanza a uno de cada dos chicos.
Sin embargo, el factor que más preocupa a los empresarios es la falta de previsibilidad. Culpan al Gobierno y a la oposición, no ven señales claras de mejoras en el corto y mediano plazo y como en el caso de Aramark, ven cada día más factible salir del mercado como solución a todos sus problemas.