Quedan sólo dos días para que el Fondo Monetario Internacional (FMI) inicie sus vacaciones de verano y aún no hay confirmación de la firma del acuerdo a nivel técnico con Argentina que sentará las bases para nuevos desembolsos y condiciones. El ministro de Economía, Sergio Massa, espera que el organismo oficialice el documento antes del fin de semana para resolver el pago de los vencimientos de julio. Mientras tanto, el Palacio de Hacienda y el Banco Central analizan la posibilidad de patear los compromisos para después del las PASO cuando llegue el dinero fresco del Fondo.
El lunes 31 de julio vencen U$S 2700 millones de capital y sólo un día después, el 1 de agosto, se sumarán otros U$S 730 millones en concepto de intereses del préstamo stand by. Cancelar esas exigencias por U$S 3.430 millones tendría un impacto fuerte en las reservas netas, que si bien el Central no comunica, en el sector privado calculan que están entre U$S 3.000 y U$S 8.000 negativos. Por eso, desde hace varios días, el equipo económico discute las distintas alternativas para hacer frente a las obligaciones y evitar caer en atrasos.
Fuentes oficiales indicaron a Letra P que habría un principio de acuerdo entre el staff del Fondo y las autoridades argentinas para que en el informe técnico, además de las nuevas metas, se prevea una postergación de los vencimientos para cubrirlos con los giros enviados en la tercera semana de agosto, tal como adelantó el precandidato presidencial de Unión por la Patria. Entre las opciones del Gobierno todavía queda la posibilidad de repetir el "chino" que se realizó en junio utilizando yuanes, pero no es la alternativa más convincente.
El principio de acuerdo alcanzado el pasado fin de semana entre el goerni argentino y el Fondo tiene que cumplir con los pasos burocráticos y entre este jueves y viernes se elevaría para rubricar el Staff Level Agreement (SLA). Luego, el equipo del FMI presentará su Staff Report al Directorio, que se reúne dos semanas después de la primera firma. Afectado por el receso, el primer encuentro de los representantes de países miembros podría darse el 21 de agosto. Si el Board aprueba las nuevas condiciones, se liberará el 75% de los Derechos Especiales de Giro (DEG) pactados hasta fin de año, alrededor de U$S 8.000 millones. Con ese desembolso en mano, Argentina podrá cancelar los compromisos demorados. Luego, en la primera semana de noviembre, se destrabaría el 25% del dinero restante, unos U$S 2.600 millones más.
Los directivos del Fondo debatirán con el diario del lunes: el 13 de agosto Massa se medirá como precandidato presidencial en las elecciones primarias. En el Palacio de Hacienda están seguros de que la presencia del tigrense es bienvenida por el organismo que dirige Kristalina Georgieva. "Hubo un fuerte respaldo e involucramiento de la Casa Blanca y el Congreso de EE.UU. para empujar el acuerdo", hicieron saber en los despachos oficiales cuando se anunció el principio de entendimiento. En esa lógica, si el aspirante presidencial del oficialismo obtiene un buen resultado en las urnas, la entidad no pondría trabas para transferir los DEGs. Si bien Estados Unidos tiene el mayor peso en la votación del Board, Alemania, Japón, Francia e India se mantienen en posiciones duras. La semana pasada el jefe de Hacienda hizo su lobby para conseguir los votos positivos de esos países.
Hasta el cierre de esta nota, voceros de la entidad multilateral de crédito no confirmaron la oficialización del pacto técnico. Las noticias estaban previstas para el viernes de la semana pasada, pero finalmente el domingo se conoció que hubo convenio en los aspectos troncales. En la semana, el equipo económico puso en marcha un paquete de medidas fiscales y cambiarias con el objetivo de apuntalar las reservas y la recaudación. Fuentes oficiales indicaron que de esa forma intentaron "evitar una devaluación" brusca del dólar oficial, parte de la negociación en curso con el organismo.
El SLA, que se conocería antes del fin de semana, anticipará el cronograma de vencimientos y metas con el FMI de agosto a fin de año. De esta forma, Massa solucionaría el problema de la incertidumbre adicional por el programa de deuda en los mercados. Si se mantiene en su traje de ministro de Economía, deberá aplicar las nuevas condiciones bajo su gestión hasta el 10 de diciembre.