La economía se desplomó y se arrastra en niveles que el país conoció en la pandemia de Covid: salarios pulverizados, inflación alta sostenida, consumo interno apagado y otras consecuencias de un ajuste letal. En ese contexto, la predicción del presidente Javier Milei de un rebote en V quedó en zona de promesas.
Especalistas dudan de que la recesión haya tocado fondo y analizan lo que viene: cosecha gruesa, paritarias, salida del cepo, aumento de tarifas, riesgo devaluatorio. Letra P consultó a economistas sobre la factibilidad de una reactivación económica, en qué tiempo y bajo qué forma pordría producirse. Un consenso: 2024 ya está marcado por una caída de actividad de entre el 3,5 y el 4,5%, si todo sale "bien".
La economía, en recuperación lenta
“No me atrevo a contestar cuándo y cómo será la recuperación. No lo tengo claro en términos de la evolución de la actividad. En términos de empleo y salario mi percepción es que lo peor del ajuste todavía no lo vimos. En el segundo trimestre la recuperación del agro va a tirar para arriba. El salario y el empleo ni se van a enterar”, anticipó Luis Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA Autónoma).
María Castiglioni, directora de la consultora C&T Asesores admitió que “es difícil saber cuándo va a ocurrir la recuperación sostenida. Transitamos el momento más bajo de la actividad económica y se va a ir reactivando en forma lenta". "Desde C&T vemos una recuperación en forma de U o de V. Depende de la magnitud de la reactivación sectorial, que será despareja y arrancando por el campo, la minería, petróleo, turismo y economía del conocimiento", puntualizó.
“El plan económico es creíble, pero debe sostenerse en el tiempo. La recuperación también depende de la reapertura de paritarias. La inversión es clave, mucho más que el consumo, y se va a potenciar con la salida del cepo. Es necesaria la inversión, con más productividad que impulse el empleo. El consumo es la consecuencia sana de esa economía, las exportaciones son clave. Hay que recordar que la recesión viene desde mediados de 2022, con apenas un rebote en el tercer trimestre de 2023, con el plan platita”.
La reactivación largamente esperada
Elisabeth Bacigalupo, responsable de Macroeconomía de la consultora ABECEB, explicó a Letra P que “después de tocar tocar el piso, habrá un punto de inflexión por abril y mayo. Ahí la economía puede pegar la vuelta y comenzar una recuperación modesta y moderada al compás de la recuperación del salario real, que realmente está muy bajo y debería volver a recomponerse”.
“Si el Gobierno consolida un poco más la incipiente mejora de los fundamentals macro; avanza en la calidad del ajuste, sin licuación de gastos y pasivos del Banco Central; y termina de conformar una estrategia cambiaria más sostenible saliendo del crawling peg, Argentina podría encarar una recuperación en forma de V, con un pata no tan empinada. Una recuperación moderada a partir de abril o mayo. Igualmente el año cerrará con una caída de la actividad del 3% mínimo. Con dos partes del año diferenciadas", anticipó la analista.
Bacigalupo aclaró que será "una recuperación cíclica después de la recesión profunda actual, producto del combo de la herencia recibida y el ajuste fiscal, monetario y de precios relativos que estamos transitando. No hablo de crecimiento, que necesita aumento de la productividad, aumento de la tasa de inversión; y no está pasando".
Nada hace indicar que habrá recuperación
Kevin Castillo, director de laconsultora Open Economía se mostró mas pesimista respecto del futuro: "Hasta el último trimestre del año vemos que hay serias dificultades para hablar de una mejoría sustancial en la economía. En el medio el camino puede ser sinuoso y complejo de gestionar, producto de la delicada situación social que atravesamos", estimó.
"La liquidación de divisas por la cosecha debería traer una recuperación económica ligera. Mientras que el consumo interno no levante, es difícil esperar una recuperación que sobrepase la caída de los últimos meses. Si en algún momento efectivamente se produce la unificación cambiaría vía liberación del cepo -importante para normalizar el funcionamiento de la economía-, es factible pensar que el salto en el tipo de cambio lesione la actividad económica y se complique la recuperación definitiva. Vemos que podría tener una forma de W". graficó Castillo.
El informe de expectativas de la consultora LCG, que fundó Martín Lousteau y dirige Javier Okseniuk, indicó: “No identificamos un motor claro que pueda impulsar un crecimiento futuro en forma de V y esperamos una caída de la actividad en torno a 4,5% para este año. Este escenario incluye el éxito del Gobierno en lograr coordinar expectativas y estabilizar la economía, tal que implique una recuperación de la actividad en los últimos meses del año".