Es la economía

Antes del cierre de listas, Sergio Massa se juega una doble prueba de confianza ante los mercados

Con el canje de deuda de este jueves, el ministro busca patear vencimientos a 2024 y 2025. Con la licitación del 14 de junio apuntará al financiamiento que le puedan dar los privados.

En la recta final de la definición de su candidatura, el ministro de Economía, Sergio Massa, se juega una doble prueba crítica de confianza ante los mercados. El 14 de junio se realizará la anteúltima licitación de la deuda en pesos del primer semestre, la más cercana al cierre de listas para las elecciones primarias: será el mismo día que se conocerá la inflación de mayo. A ese llamado buscará llegar más liviano, pateando vencimientos al 2024 y 2025 con el canje de bonos que lanzó esta semana y se concretará este jueves. Para atraer, la Secretaría de Finanzas lanzó instrumentos atados a la evolución de los precios y el dólar, pero en el mercado le marcan la vara baja y advierten que una buena adhesión también significa presión devaluatoria y que los inversores no creen que pueda controlar el avance del IPC.

En total, la operación financiera abarca 10 billones de pesos con vencimientos en junio pero también en julio y agosto, con la intención de disipar el horizonte financiero en la previa de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). El área que maneja Eduardo Setti apuntará a cambiar Lecer, Ledes, Boncer, bonos duales y bonos dólar link por Boncer, es decir, bonos atados a la inflación y duales (títulos que pueden actualizarse a la inflación o al tipo de cambio según opte el tenedor del mismo al momento del vencimiento). Son instrumentos funcionan como seguro de cambio en un contexto de alta nominalidad.

Para esa operación el porcentaje de adhesión en el que coinciden los inversores es entre 60 y 70%, algo parecido a lo que calculan en Economía. Son números que garantizan la redefinición de los vencimientos ya que se calcula que las entidades públicas tienen en su poder un 55% de los papeles a cambiar. No obstante, los privados tienen en sus manos títulos de hasta 3 billones de pesos y sólo representarían entre un 5 y 15% del canje. Suponiendo ese nivel de ingreso, el stock de la deuda pública indexada estará en el orden del 100%.

"Esta relacionado a la confianza en la medida que el mercado no prevé que vos puedas controlar una situación inflacionaria o cree que tenés que hacer una corrección del tipo de cambio", consideró el integrante de Eco Go, Juan Delich ante la consulta de Letra P. En caso de éxito del canje, serán bonos que heredará la próxima gestión económica, con el atenuante de que el sector público será el principal acreedor de sí mismo. En esa línea, el director de estrategia del grupo financiero Adcap, Javier Casabal, añadió que "en este momento, el mercado empieza a prever una inflación acelerándose hacia 150% en 2023 y un salto cambiario del orden de 50% a principio de la próxima administración".

El economista y director de Orlando Ferreres y Asociados, Fausto Spotorno, analizó que "desde el lado del inversor tiene toda la lógica indexar y del lado del gobierno hasta ahí". "Si vos estás dispuesto a pagar la deuda y hacer los recortes fiscales que corresponden claramente esto lo que te permite es que la tasa de interés baje a medida que baje la inflación o que se estabilice el dólar. El problema es que es inlicuable esta deuda y en parte eso es lo que están exigiendo los inversores, que no le puedas licuar lo que te prestan", indicó. Desde Porfolio Personal de Inversiones afirmaron que "una buena adhesión al canje del Tesoro ordenaría la curva de vencimientos de moneda local de cara a las elecciones"

La sensación en el Palacio de Hacienda es que el resultado será positivo debido a que el "ordenamiento" de la deuda en pesos ya es habitual y que en ediciones previas el mercado acompañó las ofertas. Además, Setti se reunió la semana pasada con representantes de Santander Rio, Galicia, Macro, ICBC y BBVA Francés para acordar la operación para asegurarse la participación de los bancos privados.

En junio vencen cerca de $1,2 billón de pesos y es el último conjunto de títulos que representan un desafío, ya que entre un 80 y un 85% del total está en el mercado. Para el segundo semestre, la relación se invierte y el Gobierno estará más holgado con mejores expectativas para renovar vencimientos. Los bonos correspondientes a julio y agosto suman otros $6,7 billones.

El próximo 14 de junio Massa deberá captar la mayor financiación posible en pesos. Con la meta de las asistencias de parte de la autoridad monetaria al Ejecutivo ya incumplida, el jefe de Hacienda se ve imposibilitado de recibir Adelantos Transitorios (dinero que gira el Central a las cuentas públicas). La emisión de la deuda en pesos es su única herramienta de ingresos en moneda local ante la necesidad de cubrir el déficit fiscal. Pero además, una licitación exitosa será un empujón de confianza de parte de los operadores de mercado y así, lo ayudaría a cubrir más sectores que lo respalden en su proyecto para ser candidato presidencial.

FUENTE: massa

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