LA BOMBA 2025

Agosto en la Argentina de Javier Milei y Toto Caputo: dólar caliente, cepo a la inflación y urnas a la vista

Julio se fue con minicorrida que el Gobierno niega. Los vasos medio llenos que dibuja el Presidente, el costo del matafuegos y señales de fatiga social. ¿TMAP?

La escalada que experimentó en julio el dólar picante de Javier Milei y Toto Caputo( 12,6% en el tramo mayorista) abre un interrogante crucial sobre lo que puede traer agosto, el mes previo a las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre y el inicio de la recta final hacia las legislativas nacionales del 26 de octubre.

  • ¿Continuará movido el mercado cambiario o prevalecerá la política de congelamiento monetario del Gobierno?
  • ¿Habrá traslado de la tendencia reciente a los precios y, en todo caso, en qué medida y cuánto puede afectar eso el humor social?
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El dólar picante de Toto Caputo (Fuentes: Ambito y Rava Bursátil).

El dólar picante de Toto Caputo (Fuentes: Ambito y Rava Bursátil).

Javier Milei le trasladó al ministro de Economía y Caputo a Santiago Bausili la línea a seguir: ante el dilema de seguir convalidando un aumento de la divisa estadounidense más y más cerca del techo de la banda –más inflación– o de tratar de frenarla a como dé lugar con un apretón monetario mayor –más enfriamiento de la actividad y el consumo–, la orden apunta a lo segundo.

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La extrema derecha gobernante quiere llegar a esas elecciones –fundamentales para las condiciones políticas de su bienio final y con eso, para el futuro de sus proyecto– sin resignar lo que entiende que es su mayor activo político: la desinflación.

Ahora bien: dado lo ocurrido, en especial en la última semana trágica, ¿hasta qué punto se puede asegurar que la reducción de la inflación no puede encontrar una interrupción indeseada y electoralmente riesgosa?

Los tres vasos medio llenos de Javier Milei

El Tesoro debió convalidar tasas de interés de hasta el 65% –en el trazo grueso, el doble de la inflación esperada para el año– y el Banco Central elevó al 40% los encajes que las entidades deben dejar inmovilizadas como respaldo de los depósitos de los ahorristas. La idea es secar la plaza de pesos para quitarle el oxígeno al fuego de la demanda dolarizadora.

A pesar de la munición gruesa monetaria con la que se le disparó, el billete verde apenas cedió terreno el viernes y su evolución en lo que va del año ya duplica la del IPC.

El Presidente y su equipo económico, que pretende convertir incluso sus errores en la idea de que "todo marcha acorde al plan", reformularon la narrativa con tres elementos:

  • Es positivo que ese rebote mejore la competitividad de la economía.
  • La gran novedad es que esos movimientos no se trasladan ahora a los precios domésticos.
  • Literalmente gritan que "el dólar flota".
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Respondamos a esas presunciones: respectivamente, sí, no y no. Veamos.

1) Sí, para la industria que compite con productos importados y para los exportadores en general, un dólar más alto es un beneficio. El tema es que el Gobierno no quería que eso pasara, que hasta que pasó lo inevitable se había inclinado por el guion conocido de que el atraso cambiario gana elecciones y, de hecho, hizo todo lo que pudo para planchar la divisa. Claro, de ese modo le permitió al dólar tomar envión y aumentar la capacidad de daño de la minicorrida.

De la mano de lo anterior, si TMAC, ¿por qué Milei y Los Picantes del Palacio de Hacienda hablan de "complots", de bancos desestabilizadores y de "riesgo kuka"?

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2) Los movimientos iniciales del tipo de cambio no tuvieron un traslado automático a precios, pero no necesariamente por los méritos de una política que es sólo financiera y que se desentiende de las cuestiones de los ingresos y el crecimiento. La demanda –más fría que las vacaciones de invierno– hizo que el sector comercial contuviera las presiones de los formadores de precios. Así, el consenso de las consultoras privadas es que , más que el 1,5% de mayo y el 1,6% de junio, pero positivo en este contexto. Sin embargo, la presión remarcadora crece y analistas piensan –sin animarte todavía a jugarse demasiado– en un rango de IPC del 2 al 3% para este mes.

Agosto es el mes de la gran batalla, en la que a sus arsenales monetario y comunicacional el Gobierno suma, con arengas a los supermercados, las prácticas de "administración de precios" popularizadas por Guillermo Moreno.

3) Aunque lo griten para zafar del inconveniente de que sus previsiones de una cotización de 1.000 hayan sido ridiculizadas por la realidad, el dólar no flota porque el Gobierno mantiene el cepo para las empresas y hace todo lo que puede y más para intervenirlo.

Que flote o no es, de hecho, un problema de ortodoxos dogmáticos, no de gente con sentido común, porque lo normal en el mundo es que las monedas fluctúen de manera administrada frente a las demás, en particular el dólar. Esto es así para que no se produzcan movimientos demasiado bruscos, la inflación no se convierta en un problema y la especulación no dé vuelta la economía de un país como si fuera una media vieja. Acá, al revés, a la especulación, se la convoca.

Costo Toto Caputo: $ 500.000 millones más

Con el carry trade y su desarme siempre oportuno, J.P. Morgan se hizo con una ganancia del 10% en dólares en apenas tres meses, cosa que, decía la publicidad de zapatillas Interminable de los años 70, "en Europa no se consigue". En ningún lado, en realidad.

Para peor, la intervención del "Messi de las finanzas" en el mercado de futuros para bajar las expectativas de devaluación y contener el dólar spot resultó ruinosa para el Tesoro. Las posiciones que debieron ser canceladas a fin del último mes implicaron una pérdida de nada menos que casi 500.000 millones de pesos. En una época, la derecha política y judicial consideraba eso potencialmente delictivo. ¿Ya no?

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Esos contratos se celebran en moneda local y la parte perdedora cede la diferencia entre el precio pactado –una apuesta digna de Betsson– y el consumado al vencimiento del contrato. Que el Banco Central ponga semejante cifra tras haber perdido la pulseada con el mercado incita más a los campeones.

El pago –equivalente a 335 millones de dólares– es en pesos, lo que significa emisión –¡vade retro!– que habrá que retirar de nuevo con el recurso de la supertasa, el encarecimiento del crédito y el freno de la actividad.

¿Responsabilidad de Bausili? Sí, pero no sólo de él, porque el Central no tiene ni un atisbo de la autonomía que la ortodoxia ya no reclama y porque el que manda es el ministro de Economía, quien fuera su socio en la consultora Anker.

Se trata, otra vez y de un modo cuantificable, del riesgo Toto Caputo, un sobrecosto que la sociedad argentina paga cada vez que "el mejor ministro de Economía de la historia" pasa por la función pública, ya sea en concepto de endeudamiento, de pedaladas de bicicleta ruinosas o, como en este caso, de apuestas fallidas.

En el Fondo son buenos con Javier Milei y Toto Caputo

Como se dijo, el gobierno de extrema derecha buscará en toda la medida posible a amarrar al dólar, al costo que sea. El Fondo Monetario Internacional (FMI) lo ayudó con la aprobación de la revisión de junio a pesar del incumplimiento de la meta de reservas.

El organismo ponderó el sostenimiento del superávit fiscal, aunque en una nota de pie de página de su staff report reconoció que la contabilidad creativa de Caputo ignora el peso de la capitalización de intereses de la deuda de corto plazo del Tesoro, lo que convierte ese supuesto excedente en un déficit de 1,2% del PBI. Detalles...

Toto Caputo Georgieva
Toto Caputo y la titular del FMI, Kristalina Georgieva

Toto Caputo y la titular del FMI, Kristalina Georgieva

Asimismo, insistió en que el nivel de reservas es insuficiente, más cuando desde la apertura parcial del cepo en abril se fueron en concepto de atesoramiento y turismo 12.300 millones de dólares, la mayor cifra en 22 años. En atención a los intereses del propio FMI, urge generar la confianza que le permita al país reducir si riesgo soberano –hoy estabilizado por encima de inviables 750 puntos básicos– y así rollear los importantes vencimientos venideros. Se trata, entre 2026 y 2027, de nada menos que 32.000 millones de dólares.

Pese a eso, para evitarle al Tesoro y sobre todo al Banco Central el problema de recalentar más la divisa aportando su demanda al mercado, el Fondo bueno redujo el requerimiento de incremento de reservas hasta fin de año.

¿Tomará el mercado ese favor como algo positivo, una suerte de premio por la tarea realizada y una prueba de confianza, o al revés, como una profundización de la mayor fragilidad de la política económica, exactamente la que ha provocado los eventos descriptos con el dólar y la que invita a nuevas pulseadas?

Las urnas están a la vuelta de la esquina. En el trazo grueso, las encuestas indican una cierta erosión de la imagen presidencial y una caída en la intensidad de sus apoyos, pero un sostenimiento de la intención de voto de La Libertad Avanza (LLA) y sus terminales.

Es probable que sea así, pero –atención– el país entra en la etapa más delicada para la lectura de ciertos sondeos de intención de voto. Una en la que los comicios están lo suficientemente cerca como para justificar la conveniencia de crear climas, pero lo suficientemente lejos como para que no urja comenzar a hacerlos converger con la realidad de modo de poner reputaciones a salvo.

Será cosa de separar la paja del trigo.

Javier Mieli, Toto Caputo y Karina Milei en plan electoral.
Toto Caputo invita a los mercados a celebrar el acuerdo con el FMI, pero la respuesta es la escalada del dólar. 

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