Los cinco diputados de la UCR que resultaron decisivos para que Javier Milei pudiera sostener el veto a la reforma previsional se mantendrán en el bloque que conduce Rodrigo De Loredo, aunque desde ese lugar defenderán las políticas del Gobierno. Esa sociedad boinablanca que beneficia al Presidente se solidificó durante el verano y parió “La liga del norte”, el grupo de Whatsapp donde comenzaban a pintarse de violeta.
El martes, horas después del encuentro con el Presidente en la Casa Rosada, el quinteto fue a la reunión de bloque y anunció que se quedarían para defender a Milei desde la UCR. Su aporte es crucial, porque alcanza para blindar los vetos presidenciales a las leyes, como ocurrió este miércoles. Confían en que el espacio podría ampliarse a casi una decena de integrantes.
El encuentro en la Casa Rosada fue organizado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien lo había prometida una semana antes, cuando recibió a los dos promotores de la UCR violeta: el tucumano Mariano Campero y el cordobés José Luis Picat. Ambos le pidieron escuchar al Presidente explicar porqué no quería sostener la reforma previsonal. Bullrich le confirmó la reunión este fin de semana y se coordinó para el martes.
A la reunión con Milei asistieron además el misionero Martín Arjol, el correntino Federico Tournier y el neuquino Pablo Cervi, el último en incorporarse al grupo díscolo, que surgió en enero por la afinidad de los representantes del norte.
Lo dicho: ninguno tiene previsto irse del bloque, a no ser que los echen, una opción que fue pedida por 11 de los 33 miembros de la bancada, pero no es aceptada por De Loredo. La nota también cuestiona la conducción del cordobés. También se abrió un expediente en el Comité Nacional contra el quinteto que votó con el oficialismo, avalado por su presidente, el senador Martín Lousteau.
Los libertarios del partido centenario están dispuestos a resistir. “Yo me gané la banca con el radicalismo en 2021, cuando salí primero en mi provincia. No me va a echar Lousteau, que fue funcionario de Cristina Fernández de Kirchner y de Felipe Solá”, sostuvo Arjol ante Letra P. Recordó que cuando asumió su banca, la línea del economista, denominada Evolución, armó un bloque aparte que conducía De Loredo, pero luego retornaron a la bancada UCR.
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Rodrigo De Loredo, jefe de la UCR, durante el debate del veto de Javier Milei a la reforma previsional.
La UCR violeta
Los radicales violetas -o "radicales con peluca", como ya se los denomina en las redes sociales- se originaron en el norte del país, a partir de conversaciones en enero entre Campero, Arjol y el catamarqueño Francisco Monti, quien prefirió no ir a la Casa Rosada ni votar a favor del veto a la reforma previsional. De todos modos, dejó su marca entre los díscolos cuando aplaudió a rabiar a Campero, mientras De Loredo se tomaba la cabeza.
El grupo norteño de la UCR armó a comienzos de año un grupo de Whatsapp, denominado “La Liga del norte”, que integraba también el correntino Alfredo Vallejos, quien renunció en agosto para asumir como ministro de Seguridad de Corrientes. Heredó su lugar Tournier, un liberal asociado al gobernador Gustavo Valdés.
En los chats, los comentarios a favor de Milei se repetían. También había quejas por las posturas opositoras de los críticos del bloque, liderados por Facundo Manes y Fernando Carbajal, quienes este miércoles lideraron la nota para pedir expulsarlos.
De esas charlas surgió el apoyo de la entonces liga del norte radical a la ley ómnibus en febrero. Sólo Arjol se opuso a algunos artículos.
Rodrigo De Loredo y Facundo Manes
Rodrigo De Loredo y Facundo Manes durante una visita de éste a Córdoba, en tiempos de construcción conjunta.
En el verano, Campero y Vicat se comunicaron con Bullrich para ponerla al tanto de la rebelión interna que llevaban a cabo a favor de Milei. La ministra aportó cautela: “Recién me incorporo al Gobierno y no tengo roles políticos. Cuando pueda, los voy a sumar”, prometió. Las internas en la Casa Rosada le impedían dar ese paso, pero con la formación de la mesa política, hace quince días, Bullrich aceleró las gestiones para pintar de violeta a los diputados radicales.
Para ese entonces, Campero había sumado al grupo al neuquina Cervi, quien abandonó en julio la línea Evolución, que lidera Lousteau; y a la santacruceña Roxana Reyes. Ambos enfrentan a gobiernos provinciales, en distritos en los que Milei mide bien, pero no tienen candidatos. Picat, por su parte, blanqueó las negociaciones ante su coterránea Soledad Carrizo y ambos compartieron una foto con Martín Menem en Córdoba.
Aliados externos
La alianza oficialista en Diputados tendrá a un grupo de radicales que, hasta que se lo permitan, seguirán en su bloque pero apoyarán las políticas del Gobierno. En el oficialismo no pidieron nada, aunque reconocen que mientras los radicales con peluca no rompan o no los echen de la bancada no podrán sumarse a la mesa del interbloque, que tendrá reuniones semanales con presencia de Cristian Ritondo (PRO) y el exlibertario Oscar Zago (MID).
Para los radicales con peluca no es un problema, porque Bullrich estará siempre para pasarles el parte de lo conversado con sus otros socios. Están seguros de que el espacio crecerá, se hará fuerte en el bloque y podría alcanzar una decena de votos para ayudar a Milei a protegerlos de eventuales alianzas del resto de la oposición contra el Gobierno.
En la Rosada, el Presidente fue franco: les dijo que no tenía cómo pagar el aumento jubilatorio que disponía la ley y que si el veto era rechazado estaba dispuesto a ir a la justicia para que tomara una definición.
“Nadie puede hacerme cargo de la inflación de diciembre, y luego los jubilados estuvieron cinco puntos abajo o arriba de la suba de precios. La pobreza más grande en el país es de las personas de cero a 20” años, fue la defensa del Presidente. Los radicales que lo escuchaban no lo contradijeron. Ya eran aliados.