Al asumir, el gobernador deSanta Fe, Maximiliano Pullaro, se encontró con una crisis económica que complica el cierre de las cuentas provinciales y por eso advirtió sobre necesarias correcciones tarifarias e impositivas. Los números de la administración santafesina tienen déficit y la recaudación deberá engordarse para, al menos, igualar la inflación acumulada de un año que cierra con la crisis ardiendo y un comienzo de 2024 que comenzará con más inflación y menos actividad económica.
En su discurso del domingo pasado no buscó matices para alertar que la Empresa Provincial de la Energía (EPE) tiene un “atraso tarifario deliberado” por el congelamiento de tarifas y arrastra déficit desde octubre. Claro que las empresas de servicios deben atravesar audiencias públicas y todo un proceso administrativo, como es el caso de Aguas Santafesinas que solicitó un incremento de 128%.
El radical no se queda en la actualización de los servicios. Hace dos semanas, el gobernador y su equipo económico se reunieron con intendentes de la provincia donde repasaron números, disponibilidades y recibieron un pedido concreto: ajustar el Impuesto Inmobiliario porque se fue licuando con los años y cada vez representa menos en la torta de recaudación.
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Horas más tarde se reunieron con entidades productivas, de la construcción y el campo y volvieron a hablar del tema. Adelantaron que habría retoques impositivos. Todo se volcará en el proyecto de ley tributaria que se está diagramando durante estos días y podría llegar la semana que viene a la Legislatura. El ministro de Gobierno, Fabián Bastía, precisó que debe ser antes de fin de año. La situación apremia.
La brecha entre los aumentos pisados de los impuestos inmobiliarios urbano y rural con el vuelo de la inflación es enorme, a tal punto que ahora el gobierno no puede recuperar todo lo perdido. “Nadie va a hacer locuras”, es lo único que se escuchó en el flamante gobierno.
Sí resuena el número de la inflación acumulada anual del 160%, el Ripte en torno al 140% que promedia los salarios. Por ahí iría el ajuste para esos impuestos; también la Patente Única sobre Vehículos, a la que anualmente se le pone un techo para evitar un sinceramiento imposible de sostener. En tanto, Ingresos Brutos no tendría demasiadas variaciones: se evalúa ajustar alícuotas a la actividad financiera y no caerle a la productiva.