Pegar por arriba del cinturón. Dícese del acuerdo sano que establecen dos corrientes políticas próximas a enfrentarse. Es que después de la elección hay que bajarse del ring y caminar en unidad. No hay nada nuevo, en definitiva es el viejo axioma peronista, aplicable a todo el universo partidario: el que pierde o la que pierde, acompaña.
La senadora Carolina Losada decidió romper ese código. Es parte de su relato. Ella es una figura nueva, renovadora y viene con sentido común a barrer con lo preestablecido. No obstante, llama la atención que, como pilar de la coalición Unidos, dinamite el potencial de una interna que tiene olor a ganadora.
De una jugadora outsider como ella puede esperarse frescura, palos sin vuelto a la política tradicional y cero contaminación. Sin embargo, eligió el barro. En una estrategia que no convence a todo su entorno, la senadora optó por vincular a Maximiliano Pullaro con el narcotráfico para luego avisar que no caminará a su lado después del 16 de julio.
Tantísimo hicieron las cabezas de la UCR y el PRO para armar la coalición opositora en la provincia. Tantísimo como para dilapidarlo en una campaña de golpes por debajo del cinturón. Ante una eventual victoria de Pullaro en la interna y con Losada fuera de la provincia, se podría pensar que el diputado Julián Galdeano, una persona de la política, sesuda, no extremista, trabajará para el festejo opositor. A propósito, Galdeano juega su partido propio interno contra el jefe del radicalismo provincial, el senador Felipe Michlig.
También, se podría esperar que el compañero de fórmula de Losada, el diputado Federico Angelini, cumpliese con lo que confiaba hace meses a su entorno, que prefería el 10 por ciento de un gobierno antes que el llano. Como se sabe, en política afuera hace frío.
Nadie quiere quedarse afuera de un gobierno, a nadie le interesa convertirse en héroe o heroína en política porque nadie se salva solo o sola. El grueso de la dirigencia que secunda a Losada va a estar con Pullaro si le toca ganar la interna porque así se mueve la política y así viene jugando la oposición en Santa Fe.
A dos semanas exactas de las PASO, Losada se encerró sola. Le va a costar correrse de la consulta permanente: ¿Por qué no trabajará junto a Pullaro? Respuesta que ya dio, pero le será requerida hasta el hartazgo.
Según la mayoría de las encuestas que se difundieron en los últimos días, la senadora corre atrás del diputado provincial. Si bien está dentro del margen de error, pero se ubica por debajo. A esta altura, la política santafesina imaginaba a Losada con una potencia más arrolladora, sin tropezones ni errores no forzados.
Para muestra basta un botón, los dichos del expresidente Mauricio Macri, quien llamó a todo Juntos por el Cambio a trabajar en unidad post PASO. Corre para Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, pero también para Losada y Pullaro. La senadora, en virtud de que su construcción es individual, prefirió hacer la suya.
Gane quien gane, las cúpulas de Unidos tendrán mucho trabajo para enmendar. Como suele decir el presidente de uno de los partidos de la coalición, “hay que juntar los pedacitos”.