El candidato a gobernador por Juntos Avancemos, Marcelo Lewandowski, votó este domingo a las atropelladas, tal como fue la última parte de su campaña para remontar la amplia diferencia que le sacó Maximiliano Pullaro de Unidos para Cambiar Santa Fe en las PASO de julio último.
A las 11 en punto llegó a votar con sus hijos a la escuela N°1078 John F. Kennedy, en Abanderado Grandoli y Gutiérrez, en el sur rosarino, donde ya el ambiente estaba algo tenso por el desorden de la abultada cantidad de periodistas y cámaras de televisión. La directora de la institución insistió, elevando el tono de voz, que dejaran lugar a la ciudadanía que ingresaba a votar. "Así es la cosa. ¡Hagan caso!", lanzó en modo preceptora.
Para que no volvieran a suceder los mismos amontonamientos que se dieron en las PASO, se habilitó una salida especial para el candidato. Sin embargo, el salón donde votó era más pequeño y el desborde de cámaras y periodistas terminó generando un ambiente tenso.
El que suavizó la circunstancia fue el propio Lewandowski. Cuando empezó a hablar, pidió calma, pero en sus declaraciones también hubo agitación. "Tengo la conciencia tranquila de que las cosas uno las hace de frente y a la luz del día; no tiene abolladuras en el tránsito de la vida”. La referencia era para su rival, Pullaro, quien fue ministro de Seguridad durante la gestión del Frente Progresista.
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Algo de esa “tranquilidad” había en la impronta del candidato oficialista, quien parece haberse sacado un peso de encima por una campaña en la que no tuvo demasiado apoyo provincial y nacional. Así y todo, mantuvo hasta lo último el discurso de que peleará la elección y descontará la diferencia de 35 puntos que le sacó Unidos. “Veníamos 3 a 0 abajo y descontamos. Guarda que no lo empatemos sobre la hora”, dijo el ex comentarista deportivo antes de retirarse de la escuela.