El peronismo de Río Negro define su estrategia electoral para la instancia nacional en la que la provincia pone en juego tres lugares en la Cámara de Diputados. A pocas horas del cierre de listas, emergen dos sectores que modifican aliados y rivales del pasado 16 de abril, cuando Alberto Weretilneck se impuso sin grandes contratiempos en los comicios provinciales. Mientras se definen en la Ciudad de Buenos Aires las opciones presidenciales, que tienen por un lado al confirmado Eduardo Wado de Pedro, y del otro al embajador en Brasil, Daniel Scioli, que mantiene sus ambiciones y no se baja, en la Patagonia norte se reúnen avales para presentar nóminas justicialistas.
De un lado, el ministro de Justicia, Martín Soria, afina el diálogo con el espacio del senador camporista Martín Doñate; del otro, el Movimiento Evita, con Silvia Horne a la cabeza, ultima detalles legales. Si no hay acuerdo de unidad nacional, la competencia se trasladaría también a Río Negro.
Según confiaron fuentes cercanas a la negociación, fue la misma Cristina Fernández de Kirchner la que reclamó ordenar la interna rionegrina. En principio, el exintendente de General Roca encabezaría una de las boletas, mientras una figura del espacio de Pérsico hará lo mismo si finalmente reúne avales para competir en la interna.
Como explicó Letra P, Soria se decidió a competir hace tiempo y reconstruyó el diálogo con el espacio kirchnerista con el que se enfrentó en las elecciones de Roca y Río Negro.
Si no hay unidad, y logran cumplir los requisitos legales, las organizaciones sociales encauzadas en el Evita se plegarán al espacio de Scioli presidente.
En abril, cuando el Evita y Soria llegaron a un acuerdo, la exdiputada Horne compitió por la gobernación, pero quedó lejos de ser competitiva. Por estas horas, la fractura con aliados recientes pone un manto de dudas en cuanto al futuro cercano del PJ de Río Negro.