El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Martín Soria, quiere ser diputado por Río Negro, provincia que este año renueva tres lugares en la Cámara baja. Con el objetivo de mantenerse en la cocina de la política nacional, el exintendente de General Roca se muestra nuevamente con la dirigencia provincial para poner en marcha su candidatura, mientras retoma el diálogo con el sector que lidera la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. La intentona de su retorno al Congreso se produce en un momento de crisis histórica para el peronismo local, todavía revuelto por el acuerdo electoral de un sector mayoritario con el gobernador electo Alberto Weretilneck.
Según pudo saber Letra P, el ministro avanza en un canal de comunicación con la dirigencia nacional para recuperar la banca en la Cámara baja, pero deberá enfrentarse a una conducción del Partido Justicialista (PJ) rionegrino afín a su rival en el distrito, el senador camporista Martín Doñate.
La relación política está quebrada entre Soria y Doñate. Al mando del PJ, respaldado por el massismo y espacios kirchneristas, el senador ultra K conformó el frente Nos Une Río Negro para estrechar un pacto electoral con Juntos Somos Río Negro (JSRN), que sirvió para revitalizar un bloque en el parlamento y ayudar a Weretilneck a ganar las elecciones del pasado 16 de abril.
Soria está necesitado de mostrarse competitivo luego de un extenso tiempo sin definición alguna sobre lo que sucede en Río Negro. Por esa razón, dio a conocer una foto con tres figuras locales con banca en la Legislatura provincial. La presidenta de la debilitada bancada del Frente de Todos, María Eugenia Martini; el histórico representante de la Línea Sur, Alejandro Marinao; y su espada legislativa, José Luis Berros. Aunque los protagonistas no emitieron comentarios sobre la presentación de una candidatura del ministro, en General Roca corre el rumor desde principios de año, en especial tras el contundente triunfo de María Emilia Soria en las elecciones municipales de marzo.
Entre las dificultades que esperan a Soria, sobresale la rivalidad con la conducción del peronismo local. El intendente de Lamarque, Sergio Hernández, es el presidente del PJ rionegrino y se reporta a Doñate. Ese dato por sí mismo anticipa un consenso casi imposible para conformar una lista de unidad. Solo la lapicera de CFK sería garante de un acuerdo condicionado por el pasado reciente.
Fuentes del camporismo rionegrino consultadas por Letra P negaron cualquier movimiento y se sumaron al planteo del terceto parlamentario: “Todavía no es tiempo para nombres”, advirtieron, casi apartándose de la rosca local y pese a que falta solo un mes para el cierre de listas.
Herida abierta
El enfrentamiento entre Soria y el kirchnerismo es histórico. La relación tuvo sus altibajos, sobre todo cuando Miguel Ángel Pichetto era la referencia de esa vertiente en Río Negro. Con la aparición de La Cámpora, Doñate acaparó el espacio y tomó dimensión en el armado de ese espacio dentro de los límites rionegrinos.
Con la ruptura de este año, antes de firmar la alianza con Weretilneck, cuando el ministro le dijo “bobo” a su tocayo y senador, las posibilidades de un acuerdo con vistas a las primarias de agosto parecen hasta imposibles.
Otro dato importante en la negociación es el destino del Movimiento Evita. La foto entre Emilio Pérsico y la vicepresidenta de este martes acotó el margen de acción a la estructura rionegrina, representada en Silvia Horne. Si bien no se expresó, dan por hecho que buscará competir este año luego de ponerse al frente del espacio Vamos Con Todos, una alianza que cosechó el 10% de los votos.