En modo DT episcopal, Jorge Bergoglio subraya la idea de dar continuidad en el tiempo a su línea doctrinal renovadora y hacia una Iglesia que define debe ser “abierta” y “de los pobres para los pobres”, con la selección de obispos jóvenes, sub 60, para jurisdicciones eclesiales consideradas clave. Ahora lo hizo con el sucesor de Tucho Fernández en la arquidiócesis de La Plata. Se trata del marplatense Gabriel Mestre, de 54 años, quien desde hace seis años está al frente del gobierno pastoral de su diócesis natal.
Tal como lo había contado Letra P, Mestre figuraba entre los candidatos más firmes para suceder a Fernández, de 60 años y futuro cardenal mandamás del Dicasterio para la Doctrina de la Fe en el Vaticano, en una terna de posibles que según trascendió también integraban el obispo quilmeño Carlos Tissera (71 años) y el obispo villero porteño Gustavo Carrara (50).
Bergoglio saca así a un obispo que guiaba a la feligresía católica en un municipio gobernado por Guillermo Montenegro (Juntos por el Cambio) para enviarlo a la provincia de Buenos Aires administrada por Axel Kicillof (Frente de Todos), quien buscará la reelección con Unión por la Patria.
Esta movida bergogliana que cruza territorios políticos y eclesiales tiene un antecedente bien reciente, pero en sentido inverso: la promoción de Jorge García Cuerva, de 55 años, desde las comarcas santacruceñas del kirchnerismo de Alicia Kirchner a la arquidiócesis primada porteña y principal bastión del PRO, que conduce el ahora presidenciable Horacio Rodríguez Larreta.
Otro ejemplo de que el papa ya optó por esta línea de juego se remonta a hace más un año, cuando Francisco eligió al jesuita Ángel Rossi (64 años) para Córdoba; un arzobispo –próximo a ser creado cardenal- que en marzo pasado ya alteró la campaña de Juan Schiaretti (Hacemos Unidos por Córdoba) al denunciar el avance “sin control” de la violencia narco en esa provincia.
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El obispo Gabriel Mestre con los precandidatos a la intendencia de General Pueyrredón
Nadador de aguas abiertas y antigrieta
Mestre tenía apenas 48 años cuando en 2017 Francisco lo nombró obispo de Mar del Plata. Nacido en la ciudad balnearia, abrazó de joven la vocación sacerdotal inspirado por las enseñanzas del cardenal Eduardo Pironio. Mientras, incursionaba en competencias de natación de aguas abiertas. Desde su llegada a la curia marplatense, renovó el estilo de gestión con su cercanía a los sectores más empobrecidos, una postura dialoguista con la dirigencia política y con impronta social marcada.
“Busco ser artesano de la paz ante la grieta”, se autodefinió en varias oportunidades el prelado que ha tenido intervenciones clave en conflictos sociales locales. Mestre adoptó una posición de mediación ante la crisis del sector pesquero, tanto por cuestiones salariales como en el acompañando a familiares de las personas desaparecidas tras incidentes repetidos por el hundimiento de barcazas.
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Gabriel Mestre bendice a quienes recogen residuos para reciclar en el basural marplatense
Igual actitud de cercanía asumió Mestre ante la tragedia del submarino ARA San Juan, que culminó con denuncias por irregularidades en la búsqueda de la embarcación en la que murieron 44 personas y derivó en una causa contra Mauricio Macri por las escuchas ilegales a familiares, por la que finalmente el expresidente fue sobreseído.
Mestre también ha convocado a una mesa de diálogo permanente a fin de buscar soluciones a la problemática humana, social y medioambiental que se generó en torno a la gestión del basural que tiene esta ciudad balnearia, y que involucra a las autoridades comunales y a los recicladores informales. En este sentido, Mestre juntó e hizo firmar en noviembre pasado un acta compromiso a quienes se precandidatean para la intendencia de General Pueyrredón: Fernanda Raverta (Frente de Todos), Guillermo Montenegro (Juntos por el Cambio), Gustavo Pulti (Acción Marplatense), Santiago Boniffati (Consenso Federal), Marisa Zizmond (NOS) y Alejandro Martínez (Unidad de Luchadores y la Izquierda).
Montenegro realizó su primer mandato comunal con Mestre ya instalado como diocesano de Mar del Plata y en este tiempo han tenido una relación, definen ambos, marcada por la colaboración mutua y el respeto. El dirigente macrista, que busca la reelección, fue uno de los primeros en felicitar al obispo por su promoción episcopal a través de las redes sociales. Kicillof, en tanto, no se expresó de momento sobre la llegada de un nuevo pastor para la grey católica platense.
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Los juveniles juegan en primera
Estos cambios episcopales también están atados a la estrategia papal de nombrar prelados jóvenes y de su riñón doctrinal en las principales plazas episcopales del mundo. El dato, tomando en cuenta que canónicamente recién deberán renunciar a sus cargos al cumplir 75 años, irrita a las figuras ultraconservadores de la Iglesia. Este sector lee la selección de obispos con dos décadas de mandato como una jugada para perpetuar en el tiempo la esencia pastoral bergogliana.
A los casos de cabotaje de Mestre y García Cuerva, se suman las promociones recientes del obispo José Cobo Cano, de 57 años, como arzobispo de Madrid (España) y del sacerdote Luc Terlinden, de 54 años, como arzobispo Malinas-Bruselas (Bélgica). La queja eclesial ultraconservadora también pasa por el hecho de que estos referentes bergoglistas tienen posibilidades ciertas, y próximas, de ser creados cardenales y votar hasta los 80 años para elegir y ser elegidos papa en futuros cónclaves.