Cualquier excusa pone a Jorge Bergoglio en el punto de mira de quienes lo consideran un “enemigo” y que, según atribuyen en su entorno, representan a los extremismos de derecha e izquierda, y también al liberalismo económico, que desde su llegada al Vaticano lo critican tanto por su prédica social como por su decisión de reformar las estructuras eclesiásticas. Esta vez los cuestionamientos fueron de cabotaje, vinieron del lado de la política y del clero, y apuntaron a la designación del sucesor del cardenal Mario Poli en la arquidiócesis de Buenos Aires y a la esencia doctrinal de una homilía por los 40 años de democracia y la concepción de la pobreza.
Uno de esos embates contra el pontífice devino de la designación de Jorge García Cuerva en la jurisdicción primada porteña, a quien desde el minuto uno lo “empujaron” –reconoció el hasta entonces diocesano santacruceño- para el lado peronista de la grieta por su amistad con Sergio Massa y Malena Galmarini y una homilía de 2016, cuando todavía era cura, reivindicativa de esa identidad partidaria en una misa por el aniversario del fallecimiento de Juan Domingo Perón. “¿Vínculos con el kirchnerismo? Políticamente, te aseguro que mi postura es otra", dijo en declaraciones a LU12 Río Gallegos al tomar distancia de la dirigencia oficialista, entre ellas de su vecina, la gobernadora Alicia Kirchner.
García Cuerva también visibilizó su independencia partidaria exhibiendo fotos con figuras de la oposición como la exgobernadora María Eugenia Vidal o la exministra de Desarrollo Social Carolina Stanley; y subrayando las advertencias que hizo recientemente sobre el impacto de la inflación en los sectores vulnerables; variable económica que la administración de Alberto Fernández no logra controlar y a la que definió -tal como lo contó Letra P antes de su nombramiento- como el “impuesto a los pobres”. En ese contexto, también trascendió que el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta lo llamó para felicitarlo por su promoción arzobispal.
https://twitter.com/dgcultos/status/1662146090404134942
Otro hecho que se leyó como un tiro por elevación contra Bergoglio, fue el ataque a quien es considerado el intérprete teológico papal más puro: el arzobispo Tucho Fernández. Fue a raíz de su predicación durante una celebración religiosa por los 40 años de la democracia en la catedral platense a la que asistieron el gobernador Axel Kicillof, la vicegobernadora Verónica Magario y el intendente local Julio Garro, entre otras autoridades. Allí el prelado habló sobre el esfuerzo de quienes trabajan en las calles recolectando cartones y las críticas que reciben por parte de personas que "viven de rentas", "de la política" o de "herencias".
Operaciones a diestra y siniestra
El sermón de Tucho Fernández sobre meritocracia y derechos sociales provocó la reacción de la dirigencia de izquierda, que utilizó sus publicaciones partidarias para denunciar: “La Iglesia habla de los pobres y celebra con quienes generan más pobreza”, acompañada de la imagen del referente eclesiástico junto a la dirigencia provincial y municipal.
En el otro extremo de la ideología política, se plantó el presidenciable Miguel Ángel Pichetto (Juntos por el Cambio), quien acusó al arzobispo de “reivindicar el mundo cartonero y la patria de (Juan) Grabois”, otro precandidato a la Casa Rosada. El prelado salió a refutar el comentario replicando en Twitter el video de su homilía completa y una sugerencia: "Escuchando todo el contexto se puede comprender mejor el sentido último de lo dicho".
https://twitter.com/MiguelPichetto/status/1662798045367476224
No fue esa frase del referente del autodenominado Peronismo Republicano que se interpretó como un ataque al papa, sino otra. "Los dos hombres más importantes de la Iglesia, el obispo de La Plata y el de Buenos Aires tienen una clara identificación con ideas viejas del pobrismo y que la sociedad argentina debe dejar de lado para avanzar en un proceso ligado a la producción y el trabajo", opinó Pichetto, uno de los dirigentes más críticos del pontífice, en relación con dos prelados de máxima confianza de Bergoglio.
Tucho Fernández fue también quien puso en contexto esos planteos de los extremos de la ideología política: “Lo llamativo es cómo hoy se unen con los mismos enemigos la extrema izquierda, la extrema derecha y el liberalismo económico con un enemigo común, que es Francisco”, puntualizó en una entrevista con el portal religioso español RD, en la que también denunció haber sido víctima de “operaciones que vienen desde estos sectores tan diferentes pero curiosamente con las mismas metodologías”; y hasta dijo que recibió información en cuanto a que la “extrema izquierda” también acude a “servicios de inteligencia con dólares que les llegan de afuera”.
Capellán desbocado y sanción
El prelado platense también advirtió que hay católicos, que no son precisamente de izquierda, con la “misma metodología inmoral”, aunque sin referirse puntualmente al caso del sacerdote Rodrigo Vázquez, quien lo llamó “gay y afeminado” tanto a él como al electo arzobispo de Buenos Aires, en un audio de WhatsApp que se hizo viral.
https://twitter.com/profesoracens/status/1662534781471543296
El sacerdote le reprochó a los dos de ser “recontra francisquista”, en alusión al papa Francisco y en elíptica puesta en duda del magisterio pontificio. El excapellán militar también acusó a García Cuerva de “ser peronista, kirchnerista”, “apoyar al terrorismo” y a Abuelas de Plaza de Mayo, y de “respaldar a los grupos de LGBT y todas esas porquerías”.
Vázquez, quien debió retractarse por sus dichos, estuvo unos años en el seminario diocesano de San Isidro, donde conoció a García Cuerva, y se ordenó sacerdote para el Obispado Castrense, jurisdicción eclesiástica de la que fue expulsado, hasta terminar incardinado en la diócesis bonaerense de San Nicolás. Por sus expresiones difamatorias, el sacerdote recibió una sanción canónica de la curia nicoleña, que además le advirtió que en caso de reincidencia podría ser suspendido de su ministerio.