ELECCIONES 2023

Tucumán: Campero y Alfaro juegan a las escondidas y JxC se acerca a una fractura

El intendente de la capital jugó con Larreta, perdió y no entrará al Congreso. El radical ganó, pero necesita los votos de su rival interno. Pronóstico de tormenta.

En Tucumán, Juntos por el Cambio (JxC) sufre la necesidad de unificar a los espacios que se enfrentaron en las PASO. No solo para intentar renovar las dos bancas que pone en juego en la Cámara de Diputados en las elecciones generales. La principal preocupación pasa por definir el rol del intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, que apostó todo a la precandidatura presidencial de Horacio Rodríguez Larreta, encabezó su lista a la Cámara baja y perdió. Lo superó su par de Yerba Buena, el radical Mariano Campero, que encabezó la nómina de Patricia Bullrich y va por la conducción de la alianza local. A raíz de las diferencias entre ambas tribus, todavía no hubo foto de unidad y se teme que Alfaro no juegue a fondo en octubre. Sería el anticipo de la salida de la coalición del Partido por la Justicia Social (PJS) que conduce. La fractura se da por hecho si la candidata del PRO no entra al ballotage, un escenario que no descarta la dirigencia cambiemista tucumana.

El alfarismo acumula una serie de derrotas al hilo. Primero su líder debió aceptar a regañadientes secundar en la fórmula provincial al diputado radical Roberto Sánchez. En los comicios de junio, el peronismo les ganó por 23 puntos. Ese mismo domingo perdió también la intendencia de la capital, cuya candidata fue la senadora Beatriz Ávila, esposa de Alfaro. Ahora, el resultado del 13A lo dejó frente a la certeza de que tampoco podrá aspirar a una banca en el Congreso: JxC salió tercero en la provincia. Si se repitieran en octubre los guarismos de las PASO, solo Campero llegaría a la Cámara baja.

El trago es difícil de digerir porque en los cálculos del alcalde tucumano no estaba esa seguidilla de derrotas, reconoció a Letra P un dirigente de segunda línea, con cargo en el municipio, que admite que tiene ante sí un futuro incierto, como varios funcionarios. El escenario se puso más gris con la derrota de Larreta, porque un eventual triunfo del porteño le hubiera permitido a Alfaro encontrar refugio en algún cargo nacional.

Octubre podría ser la última instancia para que Alfaro haga valer los 96.000 votos obtenidos en las primarias, antes de entregar la administración de la ciudad a la peronista Rossana Chahla y volver al llano. Campero necesita esas adhesiones para intentar mejorar la performance de JxC en la provincia, pelear el segundo escaño que arriesga y apuntalar la proyección de Bullrich.

Separados

El primero que movió para acercar posiciones fue Campero, quien se reunió días atrás con quienes integrarán la lista para Diputados de JxC. En el cónclave estuvieron figuras alfaristas como Valeria Amaya, el legislador Walter Berarducci y el concejal electo Carlos Arnedo, funcionario del municipio. También el jefe de gabinete de Yerba Buena, Manuel Courel.

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En principio, todo indicaba que este encuentro se había realizado con el visto bueno del intendente capitalino, pero no fue así. Dos días más tarde Alfaro publicó en su cuenta de Twitter una foto de una reunión que mantuvo con dirigentes de su máxima cercanía: los legisladores provinciales electos Rolando Alfaro y Agustín Romano Norri, el secretario de Gobierno municipal, Rodolfo Ocaranza; Héctor Argañaraz y Enrique Pedicone. Definió la reunión con una palabra: "Reorganizándonos".

"Esperamos que no empiecen los amagues, los mensajes por redes y a través de los medios entre Alfaro y Campero, como pasó antes de cerrar a último momento la fórmula con Sánchez, lo que nos haría perder mucho tiempo y restar, en vez de sumar", confesó un radical cercano al alcalde de Yerba Buena.

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Para este operador, urge que se produzca una cumbre entre ambos caciques para que baje a la dirigencia cuanto antes un mensaje de unidad. Será difícil, se admite, porque Alfaro dio a entender a su entorno que el radicalismo tucumano fue para atrás en la capital -donde se observó un marcado corte de boletas en perjuicio de Ávila- y jugó en su contra en las primarias, a pesar de que el presidente de la UCR, Gerardo Morales, fue compañero de fórmula de Larreta.

"Se romperá con Alfaro, tarde o temprano. El radicalismo se cansó de su destrato", reconoció a este medio un dirigente boina blanca de llegada directa a la conducción nacional. La pregunta es cuándo ocurrirá la fractura, porque sus votos son necesarios para la alianza en el corto plazo.

De los nueve escaños en la Cámara baja que tiene Tucumán, se vencen en octubre los mandatos de Mario Leito, Carlos Cisneros y Mabel Carrizo por el peronismo, y de Domingo Amaya y Lidia Ascárate, por JxC. Si la oposición pretende renovar estos últimos, teniendo en cuenta que en las PASO quedó detrás del oficialismo y de Fuerza Republicana, necesitará más que nunca de los votos del alfarismo, que está dispuesto a hacer valer cada uno de ellos.

tucuman: el peronismo busca las razones de la derrota para darla vuelta en octubre
Alfaro, Larreta y Malmierca, dirigente que está en la lista del intendente de la capital tucumana.

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