La visita del papa Francisco al país sigue en la agenda de “pendientes” del pontífice argentino, que se fue a Roma en 2013 y nunca regresó a su tierra natal. En el contexto del recambio de autoridades, la canciller Diana Mondino tampoco contribuye a que se confirme ese viaje apostólico, por razones de nombres. Es que la ministra de Relaciones Exteriores todavía no designó ni a quien ocupará la Secretaria de Culto ni a la persona que representará a Argentina ante la Santa Sede.
Estas nominaciones son clave para organizar el regreso postergado de Jorge Bergoglio a Buenos Aires y que, como contó Letra P, sigue figurando en la lista de intenciones para el primer semestre de 2024 después de la “reconciliación” del papa con el presidente Javier Milei mediante un llamado telefónico tras su triunfo en el ballotage.
Fuentes diplomáticas confirmaron a Letra P que Mondino eligió a Roberto Bosch Esteves, un funcionario de carrera que se autodefine como “promercosuriano”, para ocupar la oficina del noveno piso de la Cancillería, en el barrio porteño de Recoleta.
Las mismas fuentes reconocieron que la demora de la canciller en oficializar la designación de Bosch Esteves en la Secretaría de Culto se debe a que el funcionario está organizando su regreso familiar al país tras acompañar, como segundo, al radical Ricardo Alfonsín en la representación diplomática en España.
Lobby religioso e interna amarilla
Atrás quedó el lobby religioso y la interna amarilla para imponer un funcionario propio en la Secretaría de Culto. En la lista de posibles quedaron Agustín Caulo, titular del Frente Joven, la organización celeste que levantó la bandera antiaborto y que promovía el diputado libertario Santiago Santurio, integrante de la mesa chica de Milei.
También quedaron en el camino Alfredo Abriani, quien ocupó esa secretaría durante la gestión de Mauricio Macri; Rodrigo Fernández Madero, un asesor comunicacional de fe católica y extrapartidario que acercó Patricia Bullrich tras el Pacto de Acassuso; y el ex director de Culto Católico Luis Saguier Fonrouge, que promovía la Conferencia Episcopal Argentina (CEA).
Tensión diplomática de mujeres
En la lista de cambio diplomáticos lógicos de una administración a otra, hubo dos nombres relacionados con lo político religioso que llamaron la atención. Uno es la propuesta anunciada de Milei de promover al rabino Axel Wahnish, quien lo asesora en las enseñanzas de la Torá, como embajador argentino ante Israel y con la misión diplomáticamente incorrecta de trasladar la sede argentina de Tel Aviv a Jerusalén.
En la purga que realizó Mondino, llamó la atención que figurara el nombre de María Fernanda Silva, una diplomática de carrera acreditada ante la Santa Sede y protegida del papa, que se especuló que podría continuar un tiempo más y fue removida por la canciller. “Silva era más la embajadora del papa que de la Argentina”, justificó a modo de queja una fuente del Palacio San Martín, para justificar la remoción.
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En esa casilla diplomática ante la Santa Sede hay pocos nombres en danza. Mientras que oficialmente aseguran que el cargo será para una persona de “carrera”; en las últimas horas surgió el nombre de Victoria Morales Gorleri, asesora educativa del papa en Buenos Aires y quien quedó afuera de la Cámara de Diputados tras apoyar a Horacio Rodríguez Larreta en la interna de Juntos por el Cambio.
De confirmarse esa versión, Morales Gorleri pasaría en poco tiempo de quedarse políticamente afuera de todo, a ser la representante argentina ante la Santa Sede; previo paso por la Secretaria de Bienestar y Tercera Edad porteña por la decisión de la gestión naciente de Jorge Macri.
Plan motosierra, activado
Tal como contó Letra P, Mondino tenía previsto aplicar el Plan Motosierra en la estructura ministerial de la Cancillería. El dato quedó confirmado esta semana, a través de la información proporcionada por la página web del Ministerio de Relaciones Exteriores.
El excanciller Santiago Cafiero dejó una estructura ministerial compuesta por cinco secretarías, siete subsecretarias, una Unidad de Gabinete de Asesores y 69 direcciones dependientes. Con la llegada de Mondino, apenas quedaron dos: la Secretaría de Culto, sin designación oficial confirmada; y una Unidad de Gabinete de Asesores, tampoco con una persona que asuma esa responsabilidad.
La Secretaría de Culto estaba organizada en tres: Dirección del Registro de Cultos, Dirección de Asuntos de Culto y Dirección de Culto Católico. Sólo quedó la Secretaría, aunque sin responsable a cargo al cierre de esta nota.