Con la confirmación del radical Luis Petri como el ministro de Defensa de La Libertad Avanza (LLA), la vicepresidenta electa, Victoria Villarruel, quedó sin funcionarios afines en el gabinete y este martes comenzará a buscar tener al menos una cuota de poder en el Senado: por la tarde, se reunirá con los siete integrantes de su bloque para definir una estrategia que le permita quedarse con las presidencias de las comisiones más importantes y llegar fortalecida al tratamiento del paquete de leyes que enviará el presidente, Javier Milei. También quiere asegurarse las secretarías de la Cámara.
Villarruel dedicó el fin de semana a reuniones con su equipo de colaboradores a la espera del anuncio de Petri como conductor político de las Fuerzas Armadas. Supo que era inevitable cuando este domingo el futuro ministro del Interior, Guillermo Francos, había considerado "muy probable" la designación del excompañero de fórmula de Patricia Bullrich. La diputada quería para ese cargo al coronel retirado Jorge Vives, coordinador de la fundación Oíd Mortales, con quien esperaba revisar las designaciones del kirchnerismo.
Por orden de la vicepresidenta electa, Vives participó de varias reuniones en el Hotel Libertador, a la espera de una confirmación de la mesa chica de Milei sobre algún lugar en el gabinete. Nunca llegó. Como explicó Letra P, la relación entre el binomio presidencial se rompió durante la campaña electoral y no se recompuso tras la victoria en el ballotage.
Tal es así que hubo una reunión entre ambos al día siguiente de los festejos, en la que Milei le anunció que rompería el acuerdo preelectoral que había hecho público y consistía en cederle a Villarruel la designación de las autoridades en los Ministerios de Seguridad y Defensa. Finalmente, se las obsequió a la fórmula de JxC que compitió con LLA en octubre.
La revancha del Senado
Sin poder en el gabinete, en el entorno de Villarruel insisten en que su poder será el Senado de la Nación, donde ya logró que presidencia provisional sea para la Libertad Avanza, pero esta semana intentará que el resto de las fuerzas cumplan con otra tradición: cederle al partido gobernante el cargo más alto de las principales comisiones, que si bien no garantiza una mayoría para dictaminar, permite controlar la agenda.
Las más relevantes son las de Presupuesto y Asuntos Constitucionales, en las que la vice quiere nombrar a Ezequiel Atauche (quien también es jefe de la bancada) y al riojano Juan Pagoto. También están en la mira libertaria los cargos en las de Relaciones Exteriores y Legislación General. Otra discusión dura es por las bicamerales, que por tradición nunca son presididas por quienes recién ingresan. En LLA la única figura con historia es Carolina Piparo, enfrentada a Milei por haber quedado fuera de ANSES luego de ser anunciada.
Para imponerse, Villarruel tratará de tener ayuda de la actual oposición, pero teme una rebelión de la UCR, el único bloque que no la recibió la semana pasada. Sus referentes sí se reunieron con Francisco Paoltroni, quien será presidente provisional. En el PRO, puja por presidir el bloque Luis Juez, quien está dispuesto a ayudar a LLA, pero si en el acuerdo no participan peronistas. Se lo hará saber estos días.
La disputa por los cargos en el Senado tiene otra complejidad: la elección de esos cargos se realiza a fines de febrero, por lo que la futura vice debe mover las riendas para anticipar al menos la presidencia provisional y las comisiones más importantes. Para cualquier decisión, necesita consenso.
https://publish.twitter.com/oembed?url=https%3A%2F%2Ftwitter.com%2FNachoTorresCH%2Fstatus%2F1729874249568096336&partner=&hide_thread=false
Hay un antecedente que no ayuda a las pretensiones de Villarruel: en 2015, el PJ retuvo la titularidad de todas las comisiones. No fue un problema para el entonces presidente Mauricio Macri porque Miguel Pichetto, quien era jefe de la bancada peronista, le juntaba los votos para las leyes que necesitaba.
Villarruel no puede esperar lo mismo del jefe de UP, José Mayans, pese a la amable reunión que mantuvieron el pasado miércoles. El formoseño, además, peleó para quedarse con la presidencia provisional, pero chocó con la resistencia de Cristina Fernández de Kirchner.
Una tensión similar mantienen por la renovación de las secretarías del Senado: la parlamentaria (encargada de organizar las sesiones) y la administrativa (que lleva las cuentas del Palacio). Mayans quiere acordar esos cargos con los radicales y la saliente vice lo considera absurdo. "Nadie va a querer ser nombrado como empleado de Villarruel", trató de convencerlo Cristina Kirchner.
La diputada tiene que definir a quiénes propone para las secretarías, que no imagina tener que resignar. "Si eran de Cristina, van a ser de ella", dijo uno de sus colaboradores en la reunión de este domingo, en las oficinas de calle Mitre, que la semana pasada utilizó para tratar que su bloque se ponga de acuerdo en la elección de autoridades.
Problemas de coordinación
La tensión entre Milei y Villarruel complicó la organización de la ceremonia de asunción de ambos. Hasta este lunes, el economista no había informado cuál sería su itinerario y dejó correr el rumor de que hablaría en las escalinatas del Congreso.
La vicepresidenta electa, desorientada, no envió funcionarios a las reuniones de coordinación. El exsenador del PRO Federico Pinedo la brindó la asistencia de empleados que trabajaron con él, pero poco pueden hacer si no hay instructivos precisos.
Por si acaso, la diputada sí logró dejar una buena impresión en su recorrida por el Senado de la semana pasada, donde, a través de sus colaboradores, aclaró que no está en sus planes hacer una purga de personal. "Nos dejaron claro que no son el PRO y que tampoco son Milei", contaban asombrados algunos empleados del oficialismo. La semana próxima sabrán si es cierto.