Rubén Daniele fue reelecto este jueves como secretario general del poderoso sindicato de empleados municipales de la ciudad de Córdoba(Suoem). Liderando la oficialista Lista Verde obtuvo el 84% de los votos, quintuplicando las adhesiones captadas por la opositora Lista 13.
Con este contundente respaldo, el “Gringo” ostentará el cargo hasta el año 2028, completando 14 períodos, equivalentes a 42 años. Desde la vuelta de la democracia sólo estuvo cuatro años fuera de la conducción, entre 2018 y 2022, período en el cual la conducción gremial estuvo a cargo de Beatriz Biolatto, una persona de su confianza.
A punto de cumplir 73 años, el ya histórico dirigente mantendrá su rol central en el sindicalismo cordobés. Como es costumbre, su propio entorno carece de certezas sobre la posibilidad de continuar más allá de 2028. Los resultados la noche de este jueves y la ausencia de una oposición interna parecen indicar el camino hacia una nueva postulación.
Desde el gobierno municipal no emitieron expresión oficial sobre el proceso eleccionario del personal estatal. Mucho menos sobre los candidatos, el reelecto Daniele y sus retadores, Susana Rins y Aldo Cabello, quienes confluyeron en la Lista Multicolor.
En diálogo con Letra P, fuentes oficiales destacaron que el intendente Daniel Passerini y sus secretarios mantienen un vínculo estrictamente institucional con la dirigencia del SUOEM. “No tenemos relación especial. Da igual que gane uno u otro”, dijeron en la previa.
No obstante, los mismos funcionarios daban por descontado un triunfo del oficialismo. No sólo consideran consolidada la figura del célebre secretario general; también atendieron cuidadosamente el endurecimiento de sus posturas en las semanas previas a su lanzamiento.
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Rubén Daniele, de festejo. Va por su cuatro décadas al frente del sindicato de empleados municipales de la ciudad de Córdoba.
El cierre del año pasado, especialmente en los meses de octubre y noviembre, encontró a los municipales en las calles, con un plan de lucha que ejecutaron día a día, en reclamo de una recomposición salarial que les permitiese recuperar el poder adquisitivo perdido desde la devaluación de diciembre del 2023.
La resolución del conflicto no difirió esencialmente de los acuerdos previos, resueltos en mesas de negociación que suplantaron negociaciones paritarias que la intendencia prefería evitar. Sin embargo, el mensaje fue interpretado inequívocamente: el “Gringo” iría por más.
La búsqueda de Rubén Daniele
Detractores de la conducción sindical y dirigencia opositora al gobierno municipal han acusado a Daniele de ejercer una conducción mucho más amable con la sucesión de intendentes peronistas que con sus antecesores, particularmente Daniel Giacomino y Ramón Javier Mestre.
Señalan, como ejemplo que el exalcalde radical intentó, sin éxito, jubilar al empleado en áreas contables de la Municipalidad hace ocho años. Interpretada como una maniobra para apartarlo de la práctica sindical, la maniobra fue revertida por un fallo judicial.
Las mismas voces recuerdan también que, en su primer año en la intendencia, Martín Llaryora avanzó sobre una serie de conceptos que impactaban sobre la remuneración de los municipales (horas extras y bonificaciones), sin que el SUOEM mostrase la resistencia de tiempos previos. “Era la única forma de reducir el impacto de la masa salarial en el presupuesto: llegó a representar el 75% del presupuesto, hoy es menos del 45%”, afirman desde el Palacio 6 de Julio.
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Desde el gremio recuerdan que cada recorte fue respondido con fuertes protestas, algunas de las cuales derivaron en acciones judiciales que involucraron al propio Daniele. “Tuvimos detenidos y echados”, evocan. También destacan que, pese a la pertenencia al peronismo, éste ha sido siempre crítico de “Martín y Daniel”.
Desafíos para el sindicalismo de Córdoba
La vigencia del experimentado dirigente en el arco sindical mediterráneo también parece ajustada a los tiempos que corren. Tras la salida de conspicuos líderes de los principales sindicatos de trabajadores estatales (Juan Monserrat de Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba y José Pihen del Sindicato de Empleados Públicos), no faltaron vaticinios sobre un paulatino retraimiento de la combatividad gremial. La división de la CGT Córdoba reforzó tal idea.
Dos años después, bajo el gobierno de Javier Milei, con su plan de motosierra sobre el gasto público y los ingresos de los asalariados, hay una creciente demanda de actos de resistencia hacia las centrales gremiales. Especialmente de aquellos empleados públicos, sobre quienes recayó el ajuste practicado por el gobierno provincial en busca de su propio superávit. Estudios privados indican que la masa salarial destinada a los trabajadores se desplomó casi un 20%.
Sobre ese terreno mantiene relevancia la encendida verba de un dirigente al que respetan sus representados y al que han sabido temer los funcionarios. El mismo cuya, aún potencial, ausencia en las mesas de negociación plantea interrogantes hasta a quienes lo rechazan.